miércoles, 14 de diciembre de 2016

La ONU decide esta semana sobre el futuro de los robots asesinos



La ONU decide esta semana sobre el futuro de los robots asesinos

Al igual que sucedió con las armas láser, la comunidad internacional acordará si regula, prohíbe o pospone su posición acerca de estos dispositivos militares capaces de matar sin supervisión humana.

La ONU decide esta semana sobre el futuro de los robots asesinos
La ONU decide esta semana sobre el futuro de los robots asesinos.

GINEBRA// Este lunes comenzó en Ginebra la Quinta Conferencia de Examen de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales. Tras la confusa jerga de Naciones Unidas se esconde un asunto crucial que podría redefinir la palabra guerra: durante una semana, 123 países -entre ellos España- revisarán ese tratado y decidirán si abren o cierran la puerta al uso de armas autónomas letales, máquinas militares más conocidas como robots asesinos que están programadas para matar a personas sin intervención humana.
robots asesinos
En la presentación inicial de la conferencia, las delegaciones nacionales pronunciaron discursos diplomáticos en los que, haciendo gala de sus compromisos con la legislación internacional (derecho internacional humanitario, Convención de Ginebra sobre las “leyes de la guerra”, compromisos con el desminado de ciertas regiones, etcétera) y transmitiendo más o menos urgencia para aclarar el futuro de estas armas, dejaban entrever su postura. España, en boca del embajador y jefe de delegación Julio Herráiz, lanzó uno de los discursos más contundentes -dentro de los límites del argot diplomático- en contra de las armas autónomas letales, aunque también pidió más conocimiento técnico antes de decidir. La embajadora de Francia, país que sí estaría desarrollando esta tecnología militar en secreto y no da muestras de querer darle portazo, no hizo ni una sola alusión a los robots asesinos.
Representantes de las delegaciones de Iraq y Afganistán accedieron a hablar con La Marea sobre las informaciones no contrastadas que aseguran que Washington ya ha probado sus propios robots asesinos en sus territorios. Estas fuentes, que piden anonimato, no confirman la información pero sí señalan que las delegaciones de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China, Rusia, India e Israel son las que más están torpedeando los avances hacia la prohibición de las armas autónomas letales.
El debate legal sobre los robots asesinos lleva tres años dando vueltas a la espera de que la comunidad internacional se ponga de acuerdo, a pesar de que los textos de Naciones Unidas ya hablan de “guerras híbridas”. Mientras tanto, las principales potencias mundiales siguen perfeccionando esta tecnología militar en secreto, aprovechando que la legislación internacional aún no lo prohíbe. En abril y marzo de este año se celebró la última reunión de expertos de distintas áreas y auspiciada por Naciones Unidas, que generó literatura y conclusiones para facilitar la toma de decisiones por parte de unos gobiernos que, durante todo este tiempo, se han limitado a ganar tiempo pidiendo más detalles técnicos y jurídicos.
La decisión es compleja, está llena de matices -hay robots militares autónomos que apagan fuegos, desactivan bombas…- y navega a la deriva en un mar de contradicciones legales, culturales, éticas y políticas que abarcan desde la cadena de responsabilidad e impunidad (¿quién es culpable si el robot mata a inocentes?) hasta las limitaciones de la máquina, pasando por el riesgo de proliferación inherente a los robots asesinos, entre otros.
El próximo viernes a más tardar los países que han ratificado la Convención tomarán una decisión sobre este tema, y para ello seguirán un procedimiento que podría dar lugar a tres escenarios: tras debatir durante toda la semana, las 123 delegaciones (no pueden votar quienes han firmado la Convención pero aún no la han ratificado) darán luz verde a esta incipiente tecnología militar -abrirían un proceso para regular su uso-, pospondrán la decisión una vez más o sentarán las bases para un protocolo detallado que prohíba el desarrollo y despliegue de robots capaces de matar de forma independiente y sin supervisión humana, de la misma forma que se hizo en el pasado para evitar la proliferación de armas láser o detener el uso de las bombas de racimo.
La primera jornada empezó y terminó, no obstante, con un hecho simbólico que merma las esperanzas de quienes temen ver robots armados y autónomos en el campo de batalla: el primer punto a tratar tras la ronda de presentaciones fue de tipo financiero. Varias naciones no han pagado su aportación para la celebración de esta conferencia examinadora, la primera en cinco años. Otro hecho desalentador: La Marea fue el único medio presente al inicio de esta cita histórica e internacional.
Varias organizaciones no gubernamentales están presentes durante la revisión de la citada convención, entre las que destacan Amnistía Internacional, la Campaña Stop Killer Robots (agrupa a distintos colectivos e instituciones independientes), el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI), Human Rights Watch, la Cruz Roja y varias universidades, en su mayoría anglosajonas. Todas estas organizaciones están en contra de que se desarrollen y utilicen robots asesinos en el campo de batalla.
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