Una filtración a la prensa británica reveló ayer que el gobierno conservador de Theresa May tiene previsto poner fin a la libre circulación de trabajadores entre el Reino Unido y el resto de Europa una vez que se produzca el Brexit. Además, sólo piensa admitir a los que cumplan con requisitos de calificación laboral decididos en Londres.
Sin embargo, según fuentes de la Unión Europea (UE), cercana a las negociaciones, citada por el diario Times, Bruselas bloquearía un acuerdo de transición e impondría límites reales al acceso al mercado único si el Reino Unido sigue presionando con las propuestas de inmigración como la que se filtró. Los líderes empresariales británicos también reaccionaron ayer y mostraron su preocupación por el enfoque esbozado en los documentos filtrados porque argumentan que terminará afectando a las industrias que dependen de los inmigrantes.
La propuesta migratoria del ministerio del Interior británico que elaboró para las negociaciones sobre la salida de la UE contempla la suspensión del libre movimiento de trabajadores comunitarios una vez se haya consumado el Brexit, reveló ayer el diario The Guardian de Londres. Si bien las propuestas aún no fueron puestas a debate por el ejecutivo, el documento revela la línea que quiere seguir el gabinete de la premier May en un proceso de negociaciones con la UE que deberá concluir antes del final de marzo del 2019.
A lo largo de 82 páginas, el texto propone medidas para regular el flujo migratorio que, en la práctica, implicarían la introducción de límites en la circulación de trabajadores. Los inmigrantes con menor cualificación sólo podrán optar a un permiso de residencia de hasta dos años, mientras que en el caso de “ocupaciones cualificadas” el periodo oscilará entre los tres y los cinco años.
El borrador también plantea el desconocimiento de la jurisdicción europea en relación a los derechos de traslado de familiares, la obligatoriedad de viajar con pasaporte a Reino Unido (no bastarán documentos de identidad nacionales) y restricciones generales para la reunificación familiar. El residente que quiera llevar a Reino Unido a un cónyuge deberá acreditar que gana al menos 18.600 libras (unos 20.300 euros) anuales.
El texto del Ministerio del Interior británico apunta por otro lado que el nuevo sistema que aplicará para los ciudadanos comunitarios no tiene por qué ser necesariamente el mismo que rige actualmente para los extranjeros ajenos a la UE.