Burns Strider, asesor de la campaña electoral de Clinton de aquel año, no fue despedido por orden de la propia candidata, pese a que una empleada lo había acusado de acoso, según The New York Times.
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© AP Photo/Matt Rourke
Durante la campaña de 2008 para obtener la nominación demócrata para Presidencia de Estados Unidos,
Hillary Clinton 'encubrió' a un asesor electoral al que una joven empleada del mismo equipo
había acusado por reiterado acoso sexual, según fuentes del diario estadounidense
The New York Times. En aquella ocasión, aunque la entonces directora de campaña recomendó que no despidieran a Burns Strider, la candidata decidió no despedirlo e hizo que reubicaran a la joven. A Strider, que era asesor de Clinton en materias de fe y religión y -según CBS News- y era descrito como su "gurú espiritual", le descontaron el sueldo de varias semanas y le ordenaron que se sometiera a terapia.
Posteriormente, encabezó el grupo independiente Correct the Record, creado en 2006 para respaldar la candidatura de Clinton, si bien fue despedido del mismo por varias razones, incluidas supuestas acusaciones por hostigar a una asistente, según tres fuentes de The New York Times.
La misma Clinton comentó este sábado estas informaciones a través de su cuenta de Twitter, asegurando que se sintió "consternada" cuando tuvo lugar el suceso, si bien le "infundió ánimo" el hecho de que la joven denunciara los casos de acoso y de que el asunto "se tomara en serio y fuera afrontado". Asimismo, ha agregado que tras la aparición del artículo en The New York Times llamó a la mujer para mostrarle que se siente "orgullosa" de ella.
Desde que estalló el escándalo sexual en torno al productor del cine estadounidense Harvey Weinstein,
Hillary Clinton ha elogiado en varias ocasiones a las mujeres que se atreven a denunciar casos de acoso sexual
. Asimismo, criticó al presidente de EE.UU.,
Donald Trump
, por su modo de tratar a las mujeres,
recoge The Guardian.
Hillary Clinton: Hoy apareció una historia sobre algo que ocurrió en 2008. Me sentí consternada cuando ocurrió, pero me animó que la joven se presentara, que fuera escuchada, y que sus preocupaciones fueran tomadas en serio y atendidas. La llamé hoy para decirle lo orgullosa que estoy de ella y para asegurarme de que sabe lo que todas las mujeres deberían saber: merecemos ser escuchadas.