lunes, 29 de octubre de 2018

Democracia líquida, la nueva democracia


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Democracia líquida, la nueva democracia

 

 

Opinión Bajío /Elsa Ontiveros*@ElFinanciero_Ba

La democracia líquida, también conocida como la democracia delegativa, es hoy una realidad gracias a los avances tecnológicos.
La democracia delegativa se podría describir como un híbrido entre la democracia directa y la democracia representativa, donde las personas le confían su voto a la decisión de su representante.
Es una realidad que pocos conocemos a nuestros representantes y mucho menos sabemos sus intereses personales.
Confiamos ciegamente en que si pertenece a cierto partido entonces tendrá que actuar de cierta forma, pero estas categorías partidistas dejan a medio camino muchos temas de suma importancia para la ciudadanía.
Esta lejanía entre nuestros representantes, su agenda política, sus intereses personales y su socialización con ciertas temáticas, está totalmente fuera del control de los ciudadanos.
Y es justamente en este contexto de interés, a partir de la inconformidad y la falta de sistemas efectivos de influencia en políticas públicas, que nace la democracia líquida, bien se dice que todo viene en su tiempo.
Esta nueva democracia está basada en una nueva tecnología llamada DAO (Organizaciones Autónomas Descentralizadas, por sus siglas en inglés) que usa la cadena de bloques y contratos inteligentes para distribuir automáticamente las decisiones entre todos los involucrados.
En este sistema se recuperan aspectos que parecían perdidos en lo que llamamos “la democracia actúa”, ya que promueve la transparencia, la inclusión, el interés político a partir de la influencia tangible y directa, y la responsabilidad de ofrecer votos informados.
En esta nueva democracia las consultas políticas son públicas, por lo que ya no requeriríamos de representantes de tiempo completo, pagados con nuestros impuestos, como lo son senadores o congresistas.
Pero ¿Qué pasa si se realizan consultas de alteración genética en el DNA? Para temáticas complejas en las que el ciudadano se sienta no capacitado, este voto se podría delegar sólo en esta ocasión a algún científico de su confianza o a alguien que esta persona considere experta en el tema, un “proxy personal”.
Según David Erns, fundador de united.vote, la democracia directa o 1.0 sería la vieja Atenas, la versión 2.0 es lo que enfrentamos hoy, y la democracia 3.0 es la red de democracia líquida que promueve un gobierno de bajo costo.
*Docente del Departamento de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro.
enontiver@itesm.mx

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