lunes, 18 de febrero de 2013

Peña Nieto y su peculiar subgabinete


Peña Nieto y su peculiar subgabinete

Cubículo EstratégicoCarlos Mota

No pasará mucho tiempo para que se empiece a generalizar alguna reflexión adversa al presidente Enrique Peña por la forma en la que ha integrado los mandos directivos de varias carteras dentro de la administración pública federal. ¿A qué me refiero? A que se está notando, con gravedad, que en muchos casos hay directores generales, titulares de unidad e incluso algún subsecretario, que no tiene ni la más remota idea del área para la que ha sido nombrado. Ninguna experiencia; ningún conocimiento.
Difícil prejuzgar a la gente por su experiencia, ya que eso no le impide estrenarse en un cargo nuevo, aprender velozmente y tomar decisiones correctas. A todos nos apetece probar nuevos retos profesionales.
Pero la conformación de algunas direcciones generales —y varios cargos superiores— en el Ejecutivo tiene un común denominador: se trata de operadores políticos que carecen de la más mínima intención de especializarse en el área que les ha sido encargada. Advenedizos. Alguno, incluso, sin preparatoria terminada. Es gente dedicada a movilizar masas, a administrar favores, a buscar posiciones de palanca para sumar votos. Individuos de cepa puramente política que de pronto están encargados de algún despacho que requiere conocimiento técnico; pero que no tienen ese conocimiento y algunos de ellos ni siquiera quieren obtener.
¿Cómo operan estos directores generales? Repitiendo la frase “por instrucciones del Presidente…”, escudando así su ignorancia en las órdenes que provienen de arriba. Es el modus operandi jerárquico priista que muchos anhelaban y por el que votaron: el Presidente ordena y todos los demás callan; el Presidente prioriza y todos los demás secundan.
Para la gente de negocios de alto nivel fue rápidamente evidente que la integración del subgabinete está obedeciendo a favores políticos; y empieza a preocuparles la escala de este tipo de nombramientos a todo lo ancho del gobierno... y se habla de una fila enorme de priistas todavía esperando su hueso.
Gabinete de primera, con mandos altos y directores de tercera. ¿Hasta cuándo? Hasta que alguno, por su ignorancia, cometa un error de gran calado que le estalle a un secretario o al Presidente en las manos.

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