jueves, 7 de noviembre de 2013

Reforma de Peña ahuyenta a petroleras

Reforma de Peña ahuyenta a petroleras

Los contratos de utilidad compartida son poco atractivos para firmas privadas, dicen funcionarios; la reforma energética debe incluir acuerdos de producción compartida o corre riesgo de fallar.

Por: Edgar Sigler |
Jueves, 07 de noviembre de 2013 a las 06:05





El Gobierno federal pronostica que con la reforma el país tendrá una producción de 3 millones de barriles de crudo diarios en 2018. (Foto: Thinkstock)
El Gobierno federal pronostica que con la reforma el país tendrá una producción de 3 millones de barriles de crudo diarios en 2018. (Foto: Thinkstock)
CIUDAD DE MÉXICO (CNNExpansión) — La propuesta del Gobierno de permitir la entrada a la inversión privada en el sector de hidrocarburos a través de los contratos de utilidad compartida, y que ya generó temor entre algunas petroleras, podría arruinar el esfuerzo de reformar al sector energético, advirtió el comisionado de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), Guillermo Domínguez. "Yo he hablado con varios de ellos (petroleras), no puedo decir los nombres ni mucho menos, y no les han resultado muy atractivos (los contratos de utilidad compartida)", expresó el funcionario en entrevista con CNNExpansión.
Este martes, The Wall Street Journal aseguró que el Gobierno Federal y el Partido Acción Nacional (PAN) negocian con petroleras privadas el compartir la producción de hidrocarburos, citando fuentes involucradas en el tema, en lugar de optar por explotar los contratos de utilidad compartida, como se estableció en la reforma energética presentada por el Ejecutivo
La reforma que el presidente Peña Nieto sometió a consideración del Congreso propone que empresas privadas entren a las actividades de producción y exploración de hidrocarburos a través de los contratos de utilidad compartida, un esquema donde las petroleras privadas compartirán las ganancias de la venta de los barriles de petróleo o gas natural con Pemex, una vez que el Estado coloque los energéticos en el mercado.
El esquema de utilidad compartida se diferencia de los contratos de producción compartida, que usan países como Colombia y Brasil, en que con esta última opción las petroleras se dividen y pueden comercializar lo extraído.
Domínguez señaló que las grandes petroleras no usan el modelo de utilidad compartida porque lo verdaderamente atractivo es entrar en la comercialización con un esquema que les permita compartir la producción de hidrocarburos.
"Si realmente queremos atraerlas, entonces necesitamos ofrecerles un modelo que conozcan, y que ya hayan usado".
El Gobierno federal pronostica que con su reforma el país saltará de una producción de 2.5 millones de barriles crudo promedio diario, a 3 millones en 2018 y 3.5 millones o más hacia 2025.
En cuanto al gas, la producción podría alcanzar los 8,000 millones de pies cúbicos en 2018 y 10,000 o más en 2025.
El comisionado consideró que se debe discutir la pertinencia de permitir abrir a concesiones la producción de gas shale, un esquema que le otorgaría amplios terrenos a las empresas privadas para trabajarlos sin necesidad de una alianza con Pemex, pues resulta un negocio de menores márgenes.
"En el gas shale la ganancia es mucho menor, y si les ofreces contratos de producción compartida tampoco son atractivas. Necesitas darles bloques grandes para que puedan participar como lo hacen del lado americano".
Pemex, débil ante apertura
Ante la posible apertura del sector energético del país, se debe otorgar un periodo de gracia para que Pemex se prepare para la competencia, pues corre el riesgo de quedar relegado ante la apertura.
"Hay que sanar a Pemex. No se puede lanzar a Pemex a competir así como así. Se debe dar un periodo de transición", expresó el consejero profesional independiente de la paraestatal, Fluvio Ruiz.
El funcionario, que está en contra de las modificaciones constitucionales dentro de la reforma energética, se mostró contento por ver que las propuestas de los tres mayores partidos (PRI, PAN y PRD) convergen en que se debe dar mayor autonomía presupuestal a Pemex, un punto fundamental para que pueda fortalecerse.
La paraestatal presentó pérdidas netas por cerca de 39,200 millones de pesos (mdp) durante el tercer trimestre del año, que se comparan de manera desfavorable frente a la ganancia que tuvo de 24,500 mdp en el mismo periodo de 2012, según datos de Pemex.

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