domingo, 10 de agosto de 2014

La "civilización" de la muerte

La "civilización" de la muerte

 

El mundo entero vive un embate violento por parte de personas y lobbies que promueven la civilización de la muerte. La ONU, la WWF, las familias Rockefeller y Rothschild, la Bohemian Grove, Astrea, Ford Foundation y el cártel internacional de los banqueros sionistas al servicio de los Illuminati (Goldman Sachs, Barclay Capital, JPMorgan Chase, McKinsey, Merrill Lych, Bank of America), han desatado desde 2009 un ataque violento en contra de la vida, el matrimonio y la familia, encontrándose México entre sus prioridades.

El proyecto es drástico, y es totalitario, estructurado en cuatro niveles:
1. Onanismo: los bebés no deben ser concebidos (promoción de la homosexualidad, la esterilización, la anticoncepción).
2. Aborto: los bebés concebidos deben ser matados antes de nacer.
3. Depravación infantil: los niños que logren nacer deben ser corrompidos.
4. Perversión adulta: los mayores de edad deben ser privados de todo valor moral, de forma que su razón pueda ser confundida y su voluntad debilitada, promoviendo el hedonismo y la cultura de la muerte a través de los medios de comunicación y de cualquier expresión anticultural posible. Así se puede lograr más fácilmente el Onanismo, y el ciclo vuelve a empezar con crecientes posibilidades de éxito.
El proyecto está detalladamente descrito en la obra monumental de Michael Jones Libido Dominandi: Sexual Liberation and Political Control. Jones desentraña la historia y las estrategias de las redes internacionales para reducir el sexo a placer, y para abrir la puerta a un sinfín de relaciones antinaturales, todo por motivos de control político global.
En el fondo, es un plan inspirado y dirigido por Satanás: una vez que los hombres se hayan corrompido y vaciado de todos los valores será fácil para el “padre de la mentira” tener a todos bajo su control. Se hará adorar por todos, nos dice San Juan en el Apocalipsis: “La Tierra siguió a la Bestia, y los hombres adoraron al Dragón… lo adoraron todos los habitantes de la Tierra…” (Ap 13, 12ss).
El cártel de los banqueros centrales tiene la intención de imponer en el mundo un socialismo global, con la convicción de que el triunfo de la revolución sólo se logrará pasando por la destrucción del cristianismo. A la vez, representa una gran industria por lo que promover la cultura de la muerte lo consideran una verdadera y propia “inversión”.
En México, legisladores y ministros de la Corte antipatriotas que, sabiéndolo o no, favorecen esos intereses sionistas extranjeros, están promoviendo el aborto, las uniones homosexuales, la anticoncepción, el divorcio express, el alquiler de vientres y  la perversión infantil mediante la adopción por parte de homosexuales. Adicionalmente, grupos de anticatólicas por el derecho a matar (con sede en Washington) recorren el país promoviendo e intentado legitimar el homicidio de inocentes.
Nadie consultó a los homosexuales si les interesaba casarse, tampoco indagaron sobre las gravísimas consecuencias sociales que provocarán sus medidas contra la vida, el matrimonio y la familia. Lo único que pretenden es estar “con la moda”, sin saber de dónde viene toda esa corriente mundialista, porque así se granjean financiamiento por parte de fundaciones que promueven esa agenda, obteniendo apoyo para sus campañas: Ford Foundation, Rockefeller Brothers Fund, Open Society Institute, IBM International Fund, Tides Foundation, International Gay and Lesbian Human Rights, y de transnacionales catalogadas como “amigables con los homosexuales” como Citigroup, Pepsi, Starbucks, Procter & Gamble, Microsoft, L´Oreal, Chevron Corp, BP America, Shell, Arco, Texaco, Caltex, McDonald y muchas otras (publicado en Fortune, 11-05-06; 30-11-06; 05-12-06).
Pretenden que con todo ese dinero podrán ganar campañas, pero su cálculo es errado. Rumbo a las elecciones del 2011 y 2012, los católicos de cualquier partido político apoyaremos solamente a los candidatos que estén a favor de la vida y de la familia. Esta no es una amenaza, sino una resolución que diversas organizaciones hemos tomado basándonos en nuestras propias convicciones.
Promoveremos espectaculares y campañas de Internet y Twitter contra Marcelo Ebrard y contra todos los candidatos promotores de la civilización de la muerte. Pondremos en evidencia la incongruencia profesional y ética de los ministros de la Corte. Denunciaremos a los gobernadores que como candidatos prometieron blindar la vida en sus legislaciones locales, y simplemente no cumplen con sus compromisos.
Los católicos estamos ya cansados de esta avalancha mundial que va en contra de nuestros valores y de nuestros hijos. Ya no vamos a seguir pasivos viendo cómo se destruye lo más propio que tenemos.
Mientras que los políticos ingenuos celebran un bicentenario jacobino, los católicos nos preparamos para celebraciones más importantes: México es una Nación que se formó a partir de la aparición de la Virgen Santísima de Guadalupe, de la que en 2011 se cumplieron 480 años, y nuestra Independencia se consumó en 1821, cumpliéndose 190 años.

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