miércoles, 24 de diciembre de 2014

Los 365 días de AMLO

Los 365 días de AMLO

@pacot23 mié 24 dic 2014 07:58
Para todos aquellos que aún creen en esa Tierra de Tinto.
La camioneta Suburban donde Andrés Manuel López Obrador suele transportarse en sus frecuentes (casi diarios, se podría decir) recorridos por el país frenó por completo unos 100 metros antes de llegar al lugar del mitin, un 7 de enero del 2014 en Bahía de Banderas, Nayarit. Nada extraño para el tabasqueño, pues el fervor de la gente siempre lo obliga a tener que recorrer caminando el último tramo hacia su destino. “¡Mucha salud, Peje!”, fueron los primeros gritos que escuchó este año. Casi personalmente saludó a los presentes. Y es que en el contacto directo con la gente es donde se sustenta su arraigo masivo. 20 minutos después, ya en el templete, rejuveneció de tal manera que nadie sospecharía lo ocurrido un mes atrás. “Amigas, amigos, feliz año. Estamos aquí en Bahía de Banderas para iniciar un año histórico, en el cual esperamos inaugurar una nueva etapa en la transformación del país. Este 2014, Morena se convertirá en partido político”. Sus seguidores estallaron en júbilo como en cada plaza pública que visita, haciendo que sus palabras tomaran casi el mismo tiempo al de los vítores.
El 2014 no arrancó de la mejor manera para el alguna vez Jefe de Gobierno del Distrito Federal. Las famosas reformas estructurales y la campaña gubernamental de “Mover a México”, así como su aparente ocaso tras las complicaciones de salud sufridas a finales del 2013, y que le hacían ver el presente año con una cuesta muy inclinada en su contra. “Siempre nos las hemos visto así”, me comentó en su primera visita del año a Monterrey, “pero eso significa que vamos bien, que estamos siendo una piedrita en el zapato para el régimen”. El optimismo mostrado ante el embate solo demuestra que es un hombre más cómodo nadando contra corriente que con el agua en calma. Quizá su año con más errores fue el 2006, momento en el que todas las encuestas lo ubicaban como favorito para ganar la Presidencia de la República, concluyendo el proceso con el IFE dando por ganador a Felipe Calderón, con todo y los señalamientos de un fraude electoral.
Para seguir ilustrando, es importante destacar los múltiples elogios que Peña Nieto recibió el primer semestre del año. El más claro vino de la revista Time con su portada “Saving Mexico”, resaltando su “atrevimiento” para darle un cambio de rumbo al país. Mientras tanto, pueblo por pueblo, AMLO informaba sobre el número de afiliados a Morena. “Cada día más mexicanos nos dan la razón, porque si antes todo iba mal, ahora toda va peor”, repetía perseverantemente el ex candidato presidencial. Pero las cámaras estaban con el Ejecutivo y los cambios estructurales propuestos. Al tiempo que Peña Nieto cenaba con Christine Lagarde, Directora del FMI, Andrés Manuel hablaba frente a 90 personas en Etchojoa, Sonora.
Mucho se alega de la terquedad del personaje que tratamos, aún más cuando se habla de su, para muchos anticuada, forma de hacer política. No obstante, en el 2014 demostró que el contacto con la gente no significa aislarse de los nuevos medios de comunicación. Por eso, decidió hacerse cargo personalmente de su cuenta en Facebook. Ahora la frase “Amigos del feis”, con la que usualmente inicia sus publicaciones, se ha convertido en todo un éxito entre los usuarios de esta red social. Aunado a esto, el perfil de AMLO se ve un poco más moderno con la incorporación de fotografía profesional y el uso de videos en internet.
Con todo y el innegable avance logrado este año, Andrés Manuel y Morena perdieron la batalla más importante de estos 12 meses: lograr una consulta popular para revertir la reforma energética. No se puede negar que fue una derrota para el movimiento, pero pudiera haberle favorecido la negativa del Poder Judicial para comprobar con hechos su tesis de todos los días. “¿Ven? Se los dije, el Poder Judicial actúa a favor de los intereses de Los Pinos”. Simplemente no había cómo decirle que no. Porque la gente pensaba en la exactitud de sus predicciones dadas en el segundo debate presidencial.
A pesar de todo, septiembre, octubre y noviembre no fueron los meses más destacados de López Obrador. Desapareció casi por completo de la escena política en los medios de comunicación, ya que la tragedia ocurrida en Ayotzinapa, así como la “Casa Blanca” de Angélica Rivera,  marcaron la pauta de la opinión pública. Con mucho coraje, cientos de miles de mexicanos se lanzaron a las calles para protestar lo que consideraban un crimen de Estado. “¡PRI represor!”, “¡Un pueblo pobre no soporta a un gobierno rico!”, “¡Fuera Peña!”, eran algunas de las consignas que se escuchaban a lo largo y ancho del país en las protestas realizadas. Los mismos reclamos de AMLO se escuchaban ahora en boca de un movimiento popular y espontáneo. Precisamente por esto, hace unas semanas en su reciente visita al norte del país, decidí ahondar un poco más sobre esto en un encuentro informal. “Andrés Manuel, ¿crees que el tiempo te está dando la razón?”, le cuestioné. Su respuesta fue una que no me extrañó. “Yo sostengo que al pueblo se le puede engañar una, dos o tres veces, pero no se le puede engañar para siempre”, afirmó.
Llegado diciembre, Grupo Reforma publicó una encuesta donde Morena aventajaba en el Distrito Federal en la intención de voto para la ALDF. Menuda sorpresa se llevaron el PRI y el PRD, pensando que enlodar de igual manera a AMLO con el caso de Ayotzinapa lo iban a tumbar de las encuestas. Pero no sucedió, y mucho menos en el bastión de la “República Amorosa”.
Desde hace ya algunos días, Andrés Manuel se despidió de la vida pública hasta el 2015, donde los primeros días habrá de visitar Veracruz. No recuerdo un año en el que tomara tantas vacaciones. Sin embargo, ahora tiene un antecedente médico y le conviene recargar las energías porque se viene un año por demás ajetreado para Morena. Con elecciones a la vuelta de la esquina, electores indignados y un AMLO en pie de guerra, parece que los tiempos no han cambiado tanto como pensamos.

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