Comparto, nota sobre la situación en Brasil, publicada en Página/12 de hoy,
Lunes, 10 de agosto de 2015
Por Atilio A. Boron *
Si en Grecia la democracia sufrió un duro revés, otro tanto parece que está a punto de ocurrir en Brasil. Incapaz de prevalecer en las urnas, la derecha griega y sus mandantes en Bruselas reprobaron en el Parlamento lo que había sido aprobado por el pueblo en el referendo convocado por Syriza.
Lunes, 10 de agosto de 2015
Por Atilio A. Boron *
Si en Grecia la democracia sufrió un duro revés, otro tanto parece que está a punto de ocurrir en Brasil. Incapaz de prevalecer en las urnas, la derecha griega y sus mandantes en Bruselas reprobaron en el Parlamento lo que había sido aprobado por el pueblo en el referendo convocado por Syriza.
En
Brasil, la derecha vernácula y sus compinches en el imperio lograron
que el voto popular en contra del programa de la derecha radical
encabezada por Aécio Neves fuese neutralizado por un golpe de mercado a
resultas del cual el equipo económico de quien fuera derrotado en el
balotaje fue instalado en Brasilia para perpetrar un ajuste salvaje.
Pero esa derecha brasileña, en línea con la ofensiva destituyente lanzada por Washington, no quiere esperar hasta el próximo turno electoral, en octubre del 2018.
Pero esa derecha brasileña, en línea con la ofensiva destituyente lanzada por Washington, no quiere esperar hasta el próximo turno electoral, en octubre del 2018.
Haciendo gala de su profundo desprecio por las normas democráticas y confirmando la sabiduría del dictum de Maquiavelo cuando dijo que no hay oposición leal, ahora pretende derrocar a Dilma Rousseff apelando a las tácticas del “golpe blando”:
sabotaje del muy corrupto Congreso con “leyes bomba”;
persecución del Poder Judicial, súbitamente preocupado por la corrupción del sector público y propenso a convalidar una salida “a la paraguaya” o “a la hondureña” de la presidenta;
desenfrenado terrorismo mediático liderado por O Globo bajo
el pretexto del combate a la corrupción, y convocatoria a marchas y
cacerolazos para expresar el repudio de la “sociedad civil” en contra
del gobierno del PT.
Como ya lo dijéramos, éste, el PT, tiene una enorme responsabilidad en el estallido de la crisis actual porque desde inicios de su gestión gubernativa, en 2003, desmovilizó a su militancia, desorganizó su base social, adoptó un enfoque posibilista y tecnocrático que terminó debilitándolo frente a sus cada vez más enconados enemigos, lo que terminó por dejar a Dilma indefensa frente a los lobos de la derecha.
Pero, más allá de esta crítica, lo que quisiéramos señalar es otra semejanza con lo ocurrido en Grecia: propinar un castigo ejemplar, un escarmiento inolvidable, al povao brasileño que tuvo la osadía, como los griegos, de decir que no al ajuste ultraneoliberal.
Lo
impusieron después, por vías antidemocráticas, pero sin el
consentimiento popular. Ahora debe sufrir en carne propia el costo de su
insumisión.
Cierta
izquierda puede caer en veleidades pseudointelectuales y dudar de la
inmanencia de la lucha de clases en el capitalismo, pero la derecha
jamás incurre en semejante despropósito.
No conformes con el ajuste ya implementado por Dilma con el equipo de Aécio, van por más.
Aprovechan
la debilidad del gobierno para apoderarse de lo que queda de las
empresas públicas, sobre todo Petrobras, perpetuar la dictadura del
capital financiero (que embolsa el 51 por ciento del presupuesto federal
del año 2015, un disparate en todo sentido), desandar los logros en
materia de política social y, sobre todo, demostrar que en Brasil no
puede haber gobiernos de izquierda, aunque sea de una izquierda
inmoderadamente moderada como ha sido el caso del PT, para su propia
perdición.
Lo
que detiene por ahora la escalada golpista es el peligro de una
desestabilización completa del sistema político que desemboque en una
situación de ingobernabilidad, inédita en la historia de un país que, no
por casualidad, sus clases dominantes fueron las últimas en la faz de
la tierra en eliminar la esclavitud. Ayer Grecia, hoy Brasil, ¿quién
será el próximo?
* Director del PLED, Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales.
* Director del PLED, Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales.
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