jueves, 17 de diciembre de 2015

¿Llevarán las provocaciones turcas a una guerra con Rusia?


almanar.com.lb

¿Llevarán las provocaciones turcas a una guerra con Rusia?

Mientras que las recientes declaraciones de responsables turcos indican una voluntad de disminuir sus compras de gas ruso, en las últimas semanas se ha producido justo lo contrario, un importante aumento de la adquisición de gas ruso por parte de Turquía. Según algunos expertos, Ankara quiere almacenar gas, sea cual sea su procedencia, antes de llevar a cabo una guerra contra Rusia, que cesaría en tal caso de vender el gas.
Las provocaciones, tanto verbales como militares, de Turquía hacia Rusia se hacen cada vez más frecuentes, en especial las declaraciones realizadas por su ministro de Exteriores, Mevlüt Cavusoglu: “Llamamos a Rusia a la calma, pero decimos también que nuestra paciencia tiene sus límites”.
Esta sorprendente arrogancia tiene lugar poco después de que Turquía derribara un aparato militar ruso por encima de Siria y cuando se han producido provocaciones marítimas turcas, que han sido rechazadas cada vez sin contemplaciones por las fuerzas navales rusas.
Tras el incidente del pesquero turco que se dirigía hacia un destructor ruso en ruta de colisión, lo cual obligó a este último a efectuar disparos de advertencia, Turquía ha detenido un total de 27 buques comerciales rusos en el Mar Negro so pretexto de carecer de los documentos necesarios. "Las autoridades turcas han detenido un total de 27 barcos rusos por carecer de los documentos previstos por el Memorando de entendimiento del Mar Negro", informó este miércoles el diario turco Haberturk, citando una fuente anónima.
Turquía ha retirado a parte de sus tropas del norte de Iraq, pero se niega a proceder a una evacuación total del territorio de su vecino. EEUU unió sus voces este miércoles a los que piden a Turquía que lleve a cabo tal retirada. El Consejo de Seguridad de la ONU ha recibido una petición de Iraq para implicarse en este tema.
¿Cuál es el motivo de tales provocaciones? Algunos analistas apuntan a razones económicas indicando que Turquía se ha visto golpeada duramente en el plano económico por las sanciones decretadas por Rusia y los ataques contra el tráfico de petróleo de su aliado y socio comercial, el EI. Otros apuntan a la frustración de Erdogan por su fracaso en Siria.
Por su parte, Rusia ha tomado medidas de carácter preventivo, desplegando, por ejemplo, helicópteros de combate y un sistema antiaéreo en las bases de Armenia y, sin duda, situará próximamente unidades aéreas en bases en Chipre a través de un acuerdo que está a punto de firmarse.
Turquía cree que su pertenencia a la OTAN le garantiza ayuda en caso de conflicto. Sin embargo, las acciones de Erdogan están comenzando a hartar a los europeos y norteamericanos. En el caso de que estalle una guerra con una culpabilidad evidente de Turquía (un ataque contra fuerzas militares rusas, por ejemplo) este apoyo occidental podría revelarse inexistente.
Desgraciadamente para Turquía, su comportamiento ha ayudado a cristalizar una alianza política, estratégica y militar entre Rusia, Siria, Iraq e Irán, que se perfila como un eje de poder en Oriente Medio frente a los planes desestabilizadores de Arabia Saudí, Turquía y Qatar, los grandes patrocinadores del terrorismo internacional.
Además, en caso de conflicto Rusia obtendría una superioridad aérea desde el primer día. Rusia cuenta con aparatos más avanzados y sofisticados que los turcos a los que hay que añadir el sistema S-400 que puede operar en gran parte del territorio sirio y también del turco. En consecuencia, Rusia bombardea cada día objetivos en la frontera sirio-turca sin que se produzca una reacción de Ankara.
El despliegue reciente de un submarino ruso en las costas de Siria y su ataque con misiles de crucero Kalibr contra objetivos del EI en Raqqa ha sido igualmente una advertencia a Turquía de que los submarinos y barcos rusos en la costa de Siria y en los mares Negro y Caspio pueden destruir fácilmente objetivos en el territorio turco si fuera necesario. Lo mismo cabe decir de los bombarderos estratégicos rusos Tu-160, Tu-22 y Tu-95. Turquía tiene también fuerzas navales, sistemas antiaéreos y misiles capaces de atacar blancos en Rusia, pero no dispone de una gran cantidad de ellos y además su utilización llevaría a una escalada en los ataques rusos contra blancos en Turquía, incluyendo centrales eléctricas e incluso la Presa Ataturk, lo que llevaría a la pérdida para Turquía de millones de metros cúbicos de agua y un desabastecimiento de la misma en gran número de ciudades y pueblos, aparte de grandes inundaciones en grandes partes de su territorio.
El bloqueo de los puertos turcos por unidades navales y misiles rusos tendría también efectos devastadores para la economía de Turquía, que está ahora además rodeada de países hostiles. La segura interrupción de todas las actividades de importación y exportación supondría un enorme daño a la economía turca a corto, medio y largo plazo.
De este modo, la amenaza de una destrucción de una gran parte de su territorio y una segura derrota deberían tener un efecto de disuasión, pero los dirigentes turcos parecen estar llevando a cabo una huida hacia delante y multiplicando sus provocaciones contra Rusia y sus aliados.

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