jueves, 20 de abril de 2017

Carme Chacón: un servicio fiel al régimen y a la corona


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Carme Chacón: un servicio fiel al régimen y a la corona

El pasado 9 de abril fallecía en su vivienda de Madrid Carmen Chacón, a la edad de 46 años. Numerosas personalidades del mundo de la cultura, de la política, etc., han lamentado su muerte. Ríos de tinta han corrido desde entonces para ensalzar la personalidad y la trayectoria de la exministra del gobierno de Zapatero. Mujeres públicas de distinto signo político han dicho de ella que fue un “referente” en la lucha de las mujeres por la igualdad. Según Susana Díaz, Carmen Chacón “ha marcado una época para las mujeres en nuestra democracia, con su fuerza y su valentía, abriendo techos de cristal”.
Por Laura Requena
Pero no tenemos acuerdo en reivindicarla ni como una mujer “feminista luchadora” ni como un referente por sus “convicciones socialistas y compromiso con la justicia social”, como se ha dicho de ella.

Su paso por el Ministerio de Vivienda

Entre Julio de 2007 y Abril de 2008 fue Ministra de Vivienda. Desde este Ministerio, en el que estuvo apenas diez meses, coincidiendo con el final de la burbuja inmobiliaria, puso en marcha una serie de medidas para impulsar el alquiler como la “Renta Básica de Emancipación o las deducciones del IRPF por alquiler de viviendas. Y también una de sus medidas más cuestionadas: El desahucio express, que sirvió y sigue sirviendo para desahuciar a miles de familias vulnerables durante la crisis, por no poder pagar el alquiler, con mucha más celeridad que cuando se trata de un impago de hipoteca. Carmen Chacón impulsó una reforma de la Ley de Enjuiciamiento Civil para agilizar los desahucios que finalmente se aprobó siendo ministra de Vivienda Beatriz Corredor. La Ley 19/2009, de 23 de noviembre, de medidas de fomento y agilización procesal del alquiler y de la eficiencia energética de los edificios.

Su gestión como Ministra de Defensa

Pero si por algo será recordada es por haber desempeñado este cargo desde abril de 2008 hasta diciembre de 2011. Su imagen en estado de gestación avanzada pasando revista a las tropas en Afganistán, dio la vuelta al mundo entero. Colocar a una mujer joven, catalana y además embarazada, al frente de las Fuerzas Armadas que es una de las principales instituciones del régimen monárquico, fue sin duda un golpe de efecto importante del gobierno ZP que intentó hacer de la lucha por la igualdad, una de sus “señas de identidad”. Pero más allá de algunos cambios cosméticos, la gestión de Chacón al frente del ejército, no se diferenció en lo esencial de la de sus antecesores.
Ella fue ministra de defensa de un gobierno que mantuvo las tropas en Afganistán, a pesar del rechazo a su permanencia de la inmensa mayoría de la población española.
Una ocupación de la mano de la OTAN y el gobierno de Obama que desde el año 2001 se mantuvo con la excusa de la guerra contra el terrorismo a raíz de los atentados del 11-S en Estados Unidos y que dejó un total de 149.000 muertes directas en Afganistán y Pakistán, incluidos más de 47.700 civiles.
Una ocupación que no tenía otro objetivo que sacar tajada de los recursos energéticos y geoestratégicos de Oriente Medio ya que el territorio afgano sería el lugar más ideal y barato para transportar el 40% de las reservas de gas del mundo. Que no sirvió para llevar más democracia ni mejores condiciones de vida a la población afgana y que tampoco mejoró la terrible situación de opresión en que vivían y aún se encuentran las mujeres afganas bajo el régimen talibán —que tanto escandalizó al mundo y que hoy, más de quince años después, —apenas ha variado.
También le tocó gestionar la crisis del pesquero vasco Alakrana, que permaneció 47 días secuestrado por “piratas somalíes” y que terminó con el pago de un rescate por el gobierno español de unos 2,3 millones de euros para liberar al atunero. Pero lo que se ocultó a la opinión pública es que flotas de distintos países imperialistas, con la connivencia de la ONU, llevan años pescando furtivamente y además descargan basura tóxica en aguas somalíes y de otros países africanos como Costa del Marfil. De este modo roban el alimento a una de las naciones más pobres del mundo y arruinan el sustento de vida legítimo de los pescadores. Estas son las causas que están detrás de la aparición de estos “piratas” que empezaron siendo la propia población organizada para detener la devastación continua de los recursos marinos somalíes y la descarga de basura tóxica.
Tampoco le tembló la mano para militarizar a los controladores aéreos civiles en diciembre de 2010 por orden del gobierno y decretar el único estado de alarma de la democracia, así como la posterior prórroga hasta el día 15 de enero de 2011 con todo lo que eso supone de privación de derechos civiles.
Un documental de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) del año pasado explica como ya son 20 los juzgados españoles que han archivado las acciones penales contra los controladores, al estimar que estos no abandonaron sus puestos de trabajo el 3 de diciembre de 2010 como sostuvo el Gobierno. Zapatero y su ministra de defensa los militarizó y cerró el espacio aéreo para doblegar a este colectivo en la defensa de sus reivindicaciones, obligándoles a trabajar pese a que muchos ya habían finalizado su jornada laboral anual, fijada en un máximo de 1.670 horas al año. Todo esto en el marco del proyecto de privatización de Aena.
Chacón apoyó, en octubre de 2010, las medidas de austeridad presupuestaria impuestas por el Gobierno, porque “son útiles a medio y largo plazo para restaurar la confianza y la estabilidad en la economía española”.
Posteriormente, ya sin ocupar un cargo ministerial, apoyó por “lealtad a Rubalcaba”, la enmienda constitucional anunciada por Zapatero para establecer en la Constitución un límite sobre el déficit y la deuda pública, aunque criticó la decisión de no utilizar un referéndum.

Ni feminista ni socialista

En resumen, Carmen Chacón fue ministra de un gobierno burgués. Si de algo es ejemplo es de haber desempeñado sus cargos de forma totalmente fiel a este régimen corrupto y antidemocrático y a la monarquía.
El PSOE, donde militó hasta su muerte, es un partido que por su dirección, su programa y las políticas que aplica cuando llega al gobierno, hace muchos años que dejó de ser obrero y socialista. Es el partido que privatizó y desmanteló sectores industriales enteros. El suyo fue un Gobierno que, al dictado del FMI y la UE, aplicó sus planes de guerra social contra los trabajadores a golpe de decretazos. Un partido de la Monarquía y de la unidad de España a la fuerza. Carmen Chacón se declaró muchas veces en contra del independentismo catalán. Es por eso que miles de catalanes se han opuesto a que el Govern le concediera de forma póstuma la Creu de Sant Jordi.
Su feminismo no pasó de ser la reivindicación de la igualdad para una minoría privilegiada de mujeres. No dudamos de que como cualquier otra mujer en esta sociedad machista que vivimos, habrá tenido que sortear muchas más dificultades que sus compañeros de partido y soportar muchas actitudes y comportamientos machistas en su trayectoria política.
Pero para nosotras no es suficiente que una mujer llegue a las instituciones del poder para celebrar automáticamente esto como una victoria “de todas las mujeres”, sino que lo importante es ver qué políticas aplica cuando llega ahí y para quien gobierna. Que haya mujeres en situaciones de y con poder económico, político o social, en este sistema, no tiene nada de progresivo, porque no es garantía de nada para aliviar las condiciones de explotación y machismo que sufrimos la inmensa mayoría de mujeres.
Al contrario, Dilma, Merkel o Tatcher en el pasado son mujeres con las que las mujeres trabajadoras no tenemos la más mínima confluencia. Aquellas que pactan con la burguesía, bien porque formen parte de ella o porque, como Carmena o Colau, no estén dispuestas a enfrentarla, terminan aplicando políticas que van en contra de las mujeres trabajadoras, que somos la mayoría y se convierten en nuestras enemigas de clase.
El que el PSOE se convirtió hace tiempo en un partido burgués lo demuestra también la hipocresía de sus dirigentes, que en una exhibición de esa “doble moral” a la que nos tiene tan acostumbrados la burguesía, han jugado a fingir una aparente “unidad” ante los medios, aunque la fractura del PSOE es ya tan evidente que no hay forma de ocultarla.
Varios de sus compañeros de partido, a quienes pudimos ver muy compungidos por su muerte y haciendo declaraciones para alabar la figura política de Chacón, son los mismos que le pusieron toda clase de zancadillas para apartarla de la política, no tanto por ser mujer, sino porque su candidatura para presentarse a las elecciones generales primero y después como secretaria general de su partido, no encajaban con el proyecto político de la burocracia dirigente que lleva las riendas del PSOE.
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