martes, 6 de febrero de 2018

¿Qué gana Rusia del cambio drástico en la política energética de Arabia Saudí?


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¿Qué gana Rusia del cambio drástico en la política energética de Arabia Saudí?

 


La creación de un imperio de refinación de petróleo es muy importante para el principal productor mundial de crudo. Saudi Aramco trata de consolidar sus posiciones antes de lanzar una oferta pública de venta que podría convertirse en la más grande de la historia.
Modernización a gran escala
Aramco emprende este paso, es decir, lanza una oferta pública de venta para contrarrestar las pérdidas derivadas de la toma de decisión por parte de los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de reducir las extracciones de crudo.
Durante los últimos dos años, Arabia Saudí —el mayor productor y exportador de petróleo en el mercado mundial— ha tenido que afrontar una dura situación, directamente ligada a la caída de precios del oro negro. En estas condiciones, las autoridades saudíes tuvieron que dar un giro a su política petrolera.
La crisis amenazó a numerosas partidas del presupuesto saudí, en primer lugar a los programas sociales. Tras esta crisis, según informa la revista rusa Expert, llegaron los nuevos tiempos, que obligaron a Riad a poner en marcha una segunda modernización. Esta ha sido realizada en todos los ámbitos de la vida e incluso en la propia compañía Saudi Aramco, que pertenecía íntegramente al Estado.

A comienzos de 2018, Saudi Aramco fue reconfigurada y obtuvo el estatus de sociedad anónima. El cambio de su estatus jurídico está relacionado con el hecho de que próximamente lanzará una oferta pública de venta. Es decir, Aramco pondrá a la venta sus acciones.
Aramco tiene un valor de 60.000 millones de riyales —16.000 millones de dólares—, dividido en 200.000 millones de acciones, según los estatutos de la compañía publicados en el boletín oficial. Los fondos que serán reunidos a través de la venta de estos valores en el mercado bursátil serán invertidos en la exploración y el desarrollo de nuevos yacimientos.
La puesta en venta de las acciones de la petrolera más grande de Arabia Saudí, así como otras profundas reformas de su economía y de su sociedad patriarcal, forman parte de un gran plan de modernización del país, que ha sido propuesto por el príncipe heredero Mohamed bin Salman, señala el análisis realizado por los periodistas del medio Expert.
"Durante años hemos pensado que podíamos diversificar la producción y encontrar otras fuentes de ingresos. Sin embargo, el desplome de los precios del crudo reveló que el proceso de diversificación no ha hecho más que empezar", explicó a Expert Said Sheikh, principal economista del Banco Nacional de Comercio en Yeda. 
Para tapar los vacíos en el presupuesto estatal formados tras la caída de los precios de petróleo, el príncipe está efectuando reformas económicas de calado. La más importante tal vez fue la que introdujo el impuesto sobre el valor añadido. Actualmente, esta tasa alcanza el 5%.

Además, el príncipe lanzó importantes reformas sociales. Arabia Saudí ha empezado a permitir a las mujeres salir a la calle sin ser acompañadas por sus esposos, conducir vehículos y atender eventos deportivos, incluidos partidos de fútbol.
John Ross, analista estadounidense especializado en petróleo destacó, citado por la revista, que, mediante sus reformas económicas, "Arabia Saudí está marcando una línea política muy clara". Según Ross, el país necesita inversiones.
Las compañías estadounidenses y europeas pueden ayudar a Riad a desarrollar sus reservas de gas natural. Los vecinos de Arabia Saudí ya adelantan al país en cuanto al volumen de inversión extranjera. Este hecho empuja a las autoridades saudíes a abrir el acceso a sus depósitos de gas y petróleo.
Ventajas para Rusia
Los vientos de cambio también han soplado en la política exterior del país.
"Eso es crucial para Rusia", añade la publicación Expert.
© Sputnik/ Valery Melnikov
Las relaciones entre dos avanzadas potencias petroleras hace poco adquirieron el carácter de colaboración estratégica, prosigue el análisis. La llegada del rey saudí a Moscú y su encuentro con el presidente ruso, Vladímir Putin, dieron un nuevo impulso a los lazos bilaterales en otoño del año pasado.
"Tras esta reunión, las partes apostaron por el desarrollo de las relaciones bilaterales, por la implementación de varias iniciativas conjuntas y establecieron planes de inversión, entre otros los relativos a inversiones extranjeras directas en la economía de ambos países. Arabia Saudí y Rusia planean invertir sus fondos en cinco sectores clave: energía solar, medicina, transporte e infraestructura portuaria", destaca el medio saudí Maal.
Hay otro proyecto importante que las autoridades de ambos países planean realizar: la construcción de una superciudad que estará ubicada en los territorios fronterizos de tres países: Arabia Saudí, Jordania y Egipto. Esta localidad vivirá a cuenta de la producción de energías renovables, y principalmente de energía solar. Los promotores del proyecto ya han inventado incluso el nombre que se dará a la futura ciudad: Neom.

"Teniendo en cuenta la agenda global y la aprobación por parte de Saudi Aramco del programa de transformación, es justo hablar sobre el establecimiento de una colaboración energética [entre Rusia y Arabia Saudí], en particular en el ámbito de extracción de gas natural. Gazprom ya mantiene negociaciones sobre este tema con los saudíes. Los últimos sucesos ponen de relieve que es fácil superar los factores que pudieran impedir el desarrollo de la cooperación bilateral", concluyen los autores del artículo publicado en Expert.

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