viernes, 19 de julio de 2013

¿Cuba se abre a la propiedad privada?

¿Cuba se abre a la propiedad privada?

Гавана вид города

Josefa Hernández está sorprendida. Este domingo ha sido mucho más fácil visitar a su hija y su nieto en el pueblo de San José de las Lajas, Mayabeque, a unos veinticinco kilómetros de La Habana. El transporte público, unos pequeños camiones de pasajeros (semiomnibus), sigue siendo el mismo, pero algo ha cambiado. En lugar de pasar horas esperando, están “uno detrás de otro”, dice. Y es que también ha cambiado la forma de gestión, de estatal a cooperativa.

Estos medios de transporte pertenecen ahora en modo de arrendamiento, a una de las ciento veinticuatro cooperativas no agropecuarias que se han sumado recientemente al sector independiente de la economía cubana. Una medida calificada de “osada” por analistas y de la que se benefician, además de los consumidores del servicio, los propios cooperativistas y el Estado, que se ve liberado de actividades productivas y de servicios no fundamentales ni eficientes hasta ahora.
Este es un paso más en el proceso de transformaciones derivado de los Lineamientos de la Política Económica y Social, aprobados en abril del 2011, y que proponen modificar principios y procedimientos rectores durante décadas en la economía cubana, como la propiedad estatal exclusiva o la centralización. Pero para muchos, este documento no refleja claramente cuál es el modelo al que se aspira y las vías y plazos para conseguirlo. “Es posible que haya una estrategia, pero no la sabemos. Yo sí querría tener más claro hacia dónde va mi país y que pasos se darán para conseguirlo” opina Alexis, joven graduado de Comunicación social.
Lo cierto es que por ahora no hay prisas. “Falta un largo y complejo camino para actualizar nuestro modelo económico y social”, afirmó el presidente Raúl Castro, en un reciente discurso en la Asamblea Nacional.
Algunas transformaciones ya empiezan a notarse en la vida diaria. Las absurdas restricciones que durante mucho tiempo arrastraron los cubanos para viajar, tener un celular, hospedarse en un hotel o vender su vivienda, son historia pasada. También ha aumentado el número de trabajadores por cuenta propia a casi medio millón.
Pero el crecimiento del 3 % del PIB el pasado año es una cifra que se mantiene lejos del bolsillo del cubano común, que sigue intentando sobrevivir con un salario que cada vez llega a menos. “Yo cobro cerca de setecientos pesos (alrededor de treinta dólares), y eso porque tengo dos especialidades y una maestría”, dice Mariela, una cirujana. “Pero casi todo debo comprarlo en CUC (moneda convertible), y al cambio son apenas 30. La cuenta no da”.
Esta situación, generalizada en los empleos estatales, es una de las causas principales de la inercia mostrada por muchos ante el trabajo.
El propio Raúl Castro ha apuntado en varias ocasiones a la imposibilidad de aumentar salarios sin productividad, y se refirió a la dualidad monetaria como “uno de los obstáculos más importantes para el progreso de la nación”. Pero muchos de los que cobran una nómina estatal a fin de mes no pueden evitar ver el problema desde su perspectiva. “Por mucho que trabaje lo que gano se me va en dos compras de comida en el agro. Ni pensar en ropa, ni casa, ni vacaciones, y menos en ahorrar”, dice Yohan, graduado de contabilidad. “No creo que así pueda crecer la productividad, y sin producir más, tampoco suben los salarios. Es como el cuento de qué fue primero, la gallina o el huevo”.
Leonardo Padura, uno de los más importantes escritores cubanos, lo resume así: “Hay una reforma sin la cual no es posible plantearse un futuro económico para Cuba, y es la solución de la trampa de la doble moneda, cuya existencia deforma todos los niveles de la economía, desde la macro hasta la doméstica”.
Otros, como el joven economista Pavel Vidal, especializado además en temas financieros, ha dicho que “la circulación de dos monedas, la sobrevaloración del tipo de cambio oficial, la dualidad de las tasas de cambio y la inconvertibilidad del peso cubano para las empresas son elementos estrechamente relacionados y que deberán, por lo tanto, resolverse de manera casi simultánea”.
Especialistas y autoridades coinciden así en lo complejo de reajustar el modelo económico y social del país. Mientras, los cubanos de a pie siguen esperando que, más temprano que tarde, la actualización signifique además un aumento sustancial en su nivel de vida.
fs/as

No hay comentarios.:

Publicar un comentario