viernes, 6 de mayo de 2016

La impunidad histórica de la actual sociedad

La impunidad histórica de la actual sociedad


Por Vladimir Rebato

Ayer, cinco de mayo, recuerdo con algunos compañeros el 71º Aniversario de la liberación del campo de Mauthausen de los camaradas y antifascistas españoles que sobrevivieron al exterminio nazi.

Hoy, como ayer, vuelve a ser cinco de mayo, porque al igual que los republicanos, la sociedad que esperaban encontrar no existe. Sigue perviviendo la hidra del fascismo, en las entrañas de su paridora, el imperialismo.

Hoy, como ayer, la mayoría de los españoles sufren una persistente migraña paralizante, que les impide pensar por ellos mismos. Tan fuerte es su enfermedad que han olvidado de donde proceden los pocos derechos sociales que disfrutan. Fue con la lucha de decenas de años de trabajadores, desde que Carlos Marx, predijo que será la clase obrera la que creará su propia libertad, pues lo único que perderán serán sus cadenas.

Mañana, surgirá el sol, de ello estoy seguro. Pues la ciencia, la sociedad, la juventud de los hechos y las ideas, van hacia adelante, hacia la colectivación social, no hacia atrás. Por muchos psicópatas tipo Aznar, por muchos criminales tipo Franco, siempre emerge la Unidad de los trabajadores, para abrir las puertas de este campo de exterminio llamado Régimen de Esclavitud Asalariada.

Dejo un poema de Francisco Ortiz, antifascista que sufrió este campo de exterminio:

Tuve que salir de España
por la sencilla razón,
defender la libertad
y que haya un mundo mejor.

En ese duro combate
el destino me llevó
al campo de Mauthausen,
hoy cementerio español.

Allí está el Danubio Azul
que un día cambió de color,
con sangre republicana
del guerrillero español.

¡Campo de Mauthausen!
tus muros bañan en sangre
unos matados a palos,
otros murieron de hambre.

Esa es la sangre española,
derramada en el combate.
Y para que el mundo sepa
y le quede en su memoria,
el español no fue vencido
nunca jamás en su historia.

Y aquí dejo por escrito
para cada ciudadano:
Más vale morir de pie
con las armas en la mano.

¡Más vale morir de pie
con las armas en la mano!


Añado.

Un enlace aparecido en el diario Público, que habla de aquel 5.05.45:

El 5 de mayo de 1971, hace hoy 71 años, las tropas estadounidenses liberaban la red de campos de concentración nazis Mauthausen-Gusen, por donde habían pasado cerca de 10.000 republicanos españoles. Los presos recibieron al ejército norteamericano con una enorme pancarta que rezaba: "Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras". Sin embargo, no habría liberación para los republicanos.

El preso José Alcubierre relató la experiencia que vivió durante los días que siguieron a la liberación: "Los soviéticos se iban a Rusia, los franceses a Francia y los españoles nos quedamos allí, solos. Nadie nos quería, así que nos quedamos un mes en Mauthausen". 

De esta manera, la liberación del campo, sin embargo, no significó para los republicanos el final de la guerra comenzada en 1936. Muchos no pudieron volver a la España del franquismo y habrían de encontrar asilo en otros países, sobre todo en Francia, tras una etapa en la que fueron convertidos en rehenes de las tropas estadounidenses.

La geopolítica dejó, por tanto, a los liberados sin un hogar a la que regresar. Habían salido de los campos nazis con vida, pero eran apátridas.

De hecho, el soldado estadounidense Álvaro Rodríguez se refiere de esta manera a la suerte que corrieron los republicanos : "Algunos españoles empezaron a trabajar para nuestro ejército. Hacían de traductores, de conductores o, simplemente, limpiando las instalaciones. Sin embargo, poco después, les echaron porque decían que eran comunistas".

La mayoría de los republicanos españoles presos en los campos nazis habían combatido con Francia en la II Guerra Mundial y esperaban que los aliados les ayudaran a acabar con la última dictadura fascista de Europa, la del general Franco. Pero nada más lejos de la realidad. Los aliados determinaron que Franco ya sólo era un problema para los españoles y prefirieron no intervenir en España. Estados Unidos y Gran Bretaña ya solo pensaban en su siguiente enemigo, Stalin. La geopolítica dejó, por tanto, a los liberados sin un hogar a la que regresar. Habían salido de los campos nazis con vida, pero eran apátridas.

Traicionados por la España del general Franco, que les había negado la condición de españoles y los había abandonado a su suerte; traicionados después por los aliados, que renunciaron a derrocar a Franco; y traicionados también por la España democrática, que fue incapaz de honrar y rendir homenaje a los miles de españoles que sufrieron la barbarie nazi.

El cordobés Virgilio recordó en declaración a Carlos Hernández en el libro Los últimos españoles: "La muerte de Franco y la llegada de la democracia fue una enorme alegría para todos nosotros. Pero, poco después, nos dimos cuenta de que nos habían dejado abandonados. Por eso nos llaman 'los olvidados', porque nadie se ha ocupado de nosotros. No le hemos interesado a nadie". Así fue y así sigue siendo. Los deportados españoles fueron víctimas del llamado "espíritu de la Transición", que más bien puede denominarse como la amnesia, la impunidad y el olvido de la misma.

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