martes, 8 de noviembre de 2016

¿Qué puede esperar Rusia de las elecciones en EE UU?


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¿Qué puede esperar Rusia de las elecciones en EE UU?

para RBTH
Expertos discrepan sobre quién es el candidato más favorable para Rusia.
¿Qué puede esperar Rusia de las elecciones en EE UU?
Donald Trump es el candidato más popular entre los rusos Fuente:AP
Mientras se vota en EE UU, los medios en Occidente no se han cansado de repetir que Rusia ha favorecido a un candidato y que ha utilizado incluso ataque cibernéticos para influir en las elecciones, algo que es cuestionable y podría ser un truco mediático para influir ante la opinión pública.
Lo que es cierto es la preocupación de Moscú acerca del peso que tendrá la inercia de la retórica contra el Kremlin en caso de que Hillary Clinton asuma la presidencia.
Aunque hay expertos que restan importancia a esta cuestión y creen que para Moscú es mejor que haya una presidencia demócrata.
Rusia "necesita a alguien que sea predecible", dice Peter Kuznick, profesor de la American University de Washington D.C. "Trump podría hacer cualquier cosa. Habla sobre el uso de armas nucleares. No sabe lo que son. Jruschov dijo que cuando le informaron sobre la capacidad de las armas nucleares en 1952, no pudo dormir durante días", explica Kuznick.
Kuznick visitó recientemente Moscú para asistir a una conferencia sobre sociedad civil, medios y poder. "Trump apela a los peores instintos de la política estadounidense. Apela a las tendencias más regresivas y al miedo. En su discurso, los negros, los migrantes y los extranjeros son peligrosos".
Otros académicos creen que a pesar de sus limitaciones, "Trump habla de cuestiones de seguridad como un hombre de negocios. Esto es mío, esto es tuyo y el resto es negociable". Son palabras de Eduard Lozanski, presidente de la Universidad Americana de Moscú.
Mientras, el periodista británico de derechas, John Laughland se muestra más favorable a Trump. "Ha repetido en muchas ocasiones, y ha sido criticado por ello, que quiere llegar a acuerdos con Rusia y que quiere priorizar la lucha contra el Estado Islámico en vez de el antagonismo con Rusia", dice. "No me parece que estas afirmaciones sean las de un loco, al contrario, me parecen perfectamente razonables".

Rusia como enemigo y posible guerra

Según Josepeh Dunford, director del think tank Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales, que si EE UU crea una zona de exclusión aérea en Siria, que es precisamente lo que Hillary Clinton dice que quiere hacer, "será la guerra" con Rusia.
Eduard Lozanski, no está del todo de acuerdo. "Cuando se llega a la presidencia, al Despacho Oval, uno se modera", comenta. "Aunque Hillary Clinton ya ha estado allí. No es una recién llegada. Ha estado en la Casa Blanca y en el Departamento de Estado y ha apoyado las guerras en Irak, Libia y Siria, así que hay que hacer frente a la realidad de lo que puede ocurrir".
John Laughland también cree que los peligros son reales ya que "los establishment estadounidense y británico están preparados mentalmente para un conflicto con Rusia".
Según este periodista los generales de EE UU ya han declarado que “la guerra es inevitable, que será rápida y letal". Laughland traza un paralelismo con los generales alemanes que en 1913, "estaban convencidos, mucho antes que Hitler, que el blitzkrieg podría resolver sus problemas. El plan Schlieffen, era una cuestión de tiempo".
"Ahora los militares de EE UU dicen que si no contienen a Rusia mediante la confrontación militar, la posición de Occidente será debilitada. No estoy de acuerdo con ellos".
Aunque no todas las visiones son tan catastrofistas. Kuznick, que es un claro defensor de Hillary Clinton, hace énfasis en el nuevo equilibrio de poder dentro del Partido Demócrata.
"Ahora hay mucha más influencia progresista alrededor de Hillary Clinton. Ahí está Elizabeth Warren [senadora de Massachusetts], Bernie Sanders, Russ Feingold [senador de Wisconsin], Barbara Lee [congresista de California] y el Black Caucus del Congreso".
"Creo que hay mucha gente razonable que van a presionar a Clinton para que evite un camino de confrontación con Rusia", dice Kuznick.
"Trump no debería ser idealizado", dice Elena Ponomariova, profesora del Instituto Estatal de Moscú de Relaciones Internacionales. Aunque reconoce que si Clinton gana las elecciones hay un riego de que haya una "acelerada confrontación con Rusia". Si Donald Trump se convierte en presidente las relaciones bilaterales podrían "ser complicadas pero con vistas para poder llegar a acuerdos", dado que empresas de EE UU, incluso militares, podrían hacer dinero si hay una cooperación con Rusia.
Hay incluso una tercera opción, añade Ponomariova. "Como Hillary está enferma y es ambiciosa, EE UU podría acabar en un escenario en que se eligiera al candidato de Manchuria", metáfora sobre la novela de Richard Condon. Básicamente se refiere a que el senador de Virginia Tim Kaine, podría acabar como número uno, una persona prácticamente desconocida para el gran público.

El sistema político se enfrenta a una revisión

Una de las cuestiones más intrigantes de este culebrón estadounidense tiene que ver con el sistema político, que da muestras de falta de credibilidad y parece que necesita importantes reformas.
insultos políticos
"Ya no funciona ni el paraguas republicano ni el demócrata", dice Kuznick. "Trump está enfrentado al Partido Republicano. El Partido Demócrata ya no es el de Roosevelt o Kennedy. Está el ala neocon, cercana a Hillary Clinton y la parte progresista. La cuestión es, ¿qué tipo de coaliciones se podrían hacer? ¿Habría que empezar alrededor de cuestiones importantes, en vez de las elecciones".
Ya se ven las primeras señales de cambios tectónicos, aunque "por el momento no son del todo visibles", comenta Kuznick, que añade que "si Bernie Sanders hubiera obtenido la nominación del Partido Demócrata tendríamos un candidato razonable. La demografía y la composición étnica están cambiando".
Las elecciones de 2016 se han convertido en un punto de inflexión para la democracia occidental, con sus claras deficiencias y un electorado frustrado. Está claro que, independientemente de quien gane, EE UU no seguirá siendo el mismo.


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