Anthony Scaramucci, director de Comunicaciones de la Casa Blanca (REUTERS/Ruben Sprich)
Anthony Scaramucci, director de Comunicaciones de la Casa Blanca (REUTERS/Ruben Sprich)
Una semana le bastó a Anthony Scaramucci, flamante director de Comunicaciones de la Casa Blanca, para convertirse en el funcionario más polémico de la administración de Donald Trump. Decidido a librar una guerra contra las filtraciones a la prensa, se encolerizó esta semana al leer un tuit de Ryan Lizza, periodista de The New Yorker. El corresponsal en Washington de la tradicional revista había contado que el Presidente iba a cenar con Bill Shine, ex ejecutivo de Fox News, y Sean Hannity, presentador estrella de la cadena.
Scaramucci lo llamó el miércoles a la noche para preguntarle quién le había contado del encuentro. Ante la negativa del periodista a revelar sus fuentes, el jefe de Comunicaciones lanzó una larga y vulgar diatriba contra otros miembros del gobierno. Lizza contó todos los detalles de la conversación en una nota publicada este jueves.
El jefe de Gabinete frenó nuevas normativas, camino a reducir también las ya implementadas. (Getty Images)
El jefe de Gabinete frenó nuevas normativas, camino a reducir también las ya implementadas. (Getty Images)
"Lo que quiero es matar a todos los malditos que filtran", dijo Scaramucci, que luego amenazó con despedir a todos sus subordinados. "Eché a uno ayer. Mañana voy a echar a tres o cuatro. Voy a dar con la persona que te contó esto".
Entonces atacó con munición gruesa a Reince Priebus, jefe de gabinete de Trump. "Reince es un maldito paranoico esquizoide, un paranoico", dijo. Y agregó que "en breve le van a pedir la renuncia".
Steve Bannon (AP)
Steve Bannon (AP)
Las declaraciones subieron aún más de tono cuando se refirió a Steve Bannon, uno de los principales asesores de Trump. Él y Priebus fueron dos de los principales detractores de su desembarco en la Casa Blanca. "No soy Steve Bannon. No estoy tratando de chuparme el pene. No estoy tratando de construir mi propia marca a costa de la maldita fortaleza del presidente. Estoy para servir al país", afirmó.
Para terminar la charla, Scaramucci dijo: "Sí, déjame ir, porque tengo que empezar a tuitear alguna mierda".
Al ver la reacción que suscitaron sus declaraciones, el funcionario dio una especie de explicación en su cuenta de Twitter. "A veces uso un lenguaje colorido. Voy a tratar de contenerme en esta arena, pero no voy a renunciar a mi lucha apasionada por la agenda de Donald Trump", escribió primero. Y luego agregó: "Cometí el error de confiar en un periodista. No volverá a pasar".