Los pilotos son las personas más importantes dentro de un vuelo (iStock)
Los pilotos son las personas más importantes dentro de un vuelo (iStock)
Cabinas cerradas, puertas en armado y un avión que despega. Los cinturones de seguridad permanecen ajustados hasta que la señal lo disponga. Las luces se apagan, la tripulación de cabina sirve la cena, la película ya empieza. Todo lo que sucede dentro de un avión no le escapa a la normalidad. El despegue, las rutinas y las horas de vuelo. El aterrizaje. Allí, en el aire, suceden innumerables situaciones en las que todo queda en manos de los pilotos.
Son los mismos pilotos quienes revelaron algunos secretos que las aerolíneas prefieren mantener ocultos. Son ellos quienes mantienen menos contacto con los pasajeros, aun cuando sus decisiones deben ser acatadas por cientos de personas.
No apagar las señales en la cabina es el principal error de los comandantes (iStock)
No apagar las señales en la cabina es el principal error de los comandantes (iStock)
No se puede volar si el avión no está en buenas condiciones. El clima, amigo y enemigo en el aire, no es el único factor que provoca un vuelo defectuoso. Los comandantes de las aeronaves son tan responsables como la naturaleza de que todo suceda favorablemente en el aire.
Problemas con los tiempos
Un vuelo sale a tiempo si se desengancha de la puerta de embarque a la hora oficial, con 14 minutos posteriores de tolerancia. Para las llegadas, se estima que está "en horario" si aterriza a la hora estipulada (o 14 minutos más tarde).
Según Karlene Petitt, piloto estadounidense y autora del blog Flight to Success, al igual que los viajeros, los pilotos y personal de cabina se verán, igualmente, obligados a modificar sus planes y sus horarios en caso de que se presenten retrasos, por lo que es también para ellos un tanto tedioso tener que lidiar con la demora de la que muchas veces no tienen la culpa.
¿Un vuelo sin turbulencias?
No se puede garantizar un vuelo sin turbulencias. Pettit pide a los pasajeros que sean más comprensivos con estas incidencias: "Los pilotos se sirven de su experiencia y su criterio para tomar la difícil decisión de permanecer en tierra y cancelar un vuelo. Es una resolución que no se toma a menudo y siempre tiene como base la seguridad". Según ella, una cancelación puede, literalmente, salvarle la vida a muchas personas.
Los pilotos no pueden llevar material de distracción a la cabina (iStock)
Los pilotos no pueden llevar material de distracción a la cabina (iStock)
La comandante Laura Einsetler, autora del blog Capitan Laura, ofrece un pequeño truco a aquellos que sientan particular aprensión por este inevitable fenómeno: "Les recomiendo que vuelen, siempre que puedan, por la mañana, que es cuando más tranquila está la atmósfera".
La verdad sobre las turbulencias
"Les decimos a los pasajeros solo lo que necesitan saber. Jamás les develaremos algo que les asuste innecesariamente", explicó Einsetler.
Los pilotos poseen algunas herramientas para poder sortearlas, pero es imposible asegurar al 100% que un vuelo vaya a ser completamente tranquilo: "La atmósfera es un fluido que cambia constantemente en el que se pueden producir turbulencias de manera casi instantánea. Así que siempre hay que llevar el cinturón puesto mientras se esté sentado", cuenta el piloto de American Airlines Chris Manno, autor del blog JetHead.
El despegue y el aterrizaje: los momentos preferidos de los pilotos de avión (iSock)
El despegue y el aterrizaje: los momentos preferidos de los pilotos de avión (iSock)
Los errores de los comandantes
Los pilotos, humanos como los pasajeros, también cometen errores. Uno de ellos -molesto para los viajeros- es el de olvidarse de apagar la luz que señala la obligatoriedad de llevar el cinturón puesto.
En caso de necesitar ir al baño apenas el avión ganó una altura suficiente como para poder desabrocharse el cinturón, lo mejor es preguntarle al personal de cabina si ya está permitido levantarse del asiento.
Los pasatiempos están prohibidos
Eric Auxier, un comandante con más de tres décadas de experiencia, señala que muchas compañías aéreas prohíben meter en la cabina cualquier material que pueda convertirse en una distracción: revistas, libros, música, entre otros.
Para ellos, el único entretenimiento está, en muchos casos, en hablar con el compañero de cabina. Las compañías evitan, a través de diferentes trabajos de grupo, que en un mismo vuelo coincidan personas que no se llevan bien.
Las aerolíneas intentan que los tripulantes de cabina se lleven bien entre ellos (istock)
Las aerolíneas intentan que los tripulantes de cabina se lleven bien entre ellos (istock)
Los problemas graves no se cuentan
El pánico en una aeronave no tiene ninguna utilidad. No es más que un obstáculo que añade más contrariedades a una situación crítica. Para calmar a los pasajeros, las habilidades comunicativas juegan un papel fundamental. Si un desperfecto obliga a volver al aeropuerto de origen, la noticia será siempre dada en forma mesurada. Por ejemplo, se le comentará a los pasajeros que "el avión regresará al punto de partida por razones técnicas".
"Jamás les desvelaremos algo que les asuste innecesariamente", sostuvo Jim Tilmon, piloto de American Airlines retirado.
Sus habilidades, a pesar de todo
Los aviones llevan cada vez más sistemas para automatizar el trabajo de los pilotos. Por eso mismo, los momentos que estos trabajadores disfrutan más son, precisamente, los de despegue y aterrizaje. En una encuesta llevada a cabo por The Telegraph, los pilotos reconocieron que los aeropuertos más complicados y que más les ponían a prueba eran también los que más les gustaban: Nápoles, Madeira, Innsbruck o Gibraltar se encontraban entre ellos.