Un estudio elaborado por Mapping Police Violence señala el gran número de personas matadas por la Policía estadounidense en 2017: unos 1147 casos. El análisis indica que la mayoría de tales homicidios podría haberse evitado.
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De acuerdo con el
estudio
, si la Policía no hubiera matado a personas que no representaran una amenaza con un arma de fuego, en 2017 se habrían producido 638 muertes menos: es decir una reducción del 57 %.
El estudio además precisa que los afrodescendientes en EE.UU. tienen más probabilidades de ser asesinados por la Policía. La brutalidad de la Policía de EE.UU., sobre todo contra la comunidad afroamericana y otras minorías, ha convertido el país en escenario de masivas protestas, y ha sido objeto de críticas de diversas organizaciones de derechos civiles.