martes, 8 de mayo de 2018

Cómo los partidos políticos y sindicatos españoles fueron y siguen siendo administrados por EEUU y la CIA


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Cómo los partidos políticos y sindicatos españoles fueron y siguen siendo administrados por EEUU y la CIA


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EL FRENTE POLÍTICO DE LA CIA EN ESPAÑA El domingo 4 de marzo de este año apareció un pomposo reportaje en el diario progre Público sobre el supuesto espionaje que la CIA habría habría estado realizando sobre partidos políticos como (no se rían) el PSOE y sindicatos durante los años de la "transacción franquista". El alcance del espionaje habría llegado incluso hasta la central sindical anarquista CNT y el PCE de Carrillo. El artículo se llama La CIA oculta datos sobre el espionaje a sindicatos y partidos en España, señalando a continuación que "Durante más de cuarenta años, el servicio secreto americano elaboró numerosos informes sobre organizaciones de izquierda en España. También escribió detallados informes sobre el primer gobierno del PSOE. A día de hoy, una parte importante de esos documentos continúa censurada".
En realidad, nada es lo que parece y ese documento o documentos desclasificados no dicen otra cosa que no sea hacer un análisis de inteligencia muy a la "americana" (anticomunista, por supuesto) que, a la hora de la verdad, es muy posible que se trate de información dentro de un pack de "doble uso" (muy habitual en un servicio de espionaje), sobre lo acontecido en la transición española.
Me refiero a que por una parte los de la CIA informaban dentro de la previsible línea oficial anticomunista estadounidense sobre el "peligro izquierdista", pero por otra parte, y esta es la más importante, los diferentes agregados culturales, laborales, políticos y económicos de EEUU (en la práctica, empleados de la CIA) adscritos a la embajada norteamericana en Madrid, más los oficiales consulares de la CIA repartidos por otras capitales españolas, establecían numerosos contactos con partidos políticos, en especial los más influyentes (el PSOE, más, lógicamente, con ese remiendo franquista llamado UCD), pero también con los comunistas y sindicatos (excluido CCOO, que era comunista en la transición, pero si con la CNT, UGT y USO). Todo ello con el objetivo de encauzar el cambio desde el franquismo hacia un Estado pro-occidental, pero sobre todo pro-norteamericano. Estos agentes políticos y sociales, huelga decir, sabían a quién tenían enfrente; no eran encuentros en los que desconocieran quién era su interlocutor.
EEUU decidió utilizar como principal frente político de la transición al PSOE, una vez abandonado el "marxismo" en Suresnes (Francia), y a su líder Felipe González, alias "Isidoro", el protegido político de la policía franquista, para garantizar los intereses estratégicos de EEUU en España y acabar con la izquierda antiamericana. Esto es de sobra conocido.
Respecto de las ocasionales divergencias de algunos miembros del PSOE con EEUU, que apunta el diario progre Público, aquellas se referían básicamente, y según los testimonios aportados por funcionarios norteamericanos que prestaron servicio en España, al apoyo que había proporcionado Washington al franquismo en el asunto de las bases militares (acuerdos de 1953) y otras negociaciones bilaterales entre la dictadura del general y EEEU. Era algo que muchos socialistas (más de fuera del aparato que de dentro) les había resultado indigerible (como a cualquiera que estuviera en la órbita del antifranquismo).
Es conocido que gracias al programa de adoctrinamiento americano de las becas Fullbright, la contrapartida (o una de ellas) que ofreció Washington a cambio de la renovación del acuerdo sobre las bases militares norteamericanas en suelo español, futuros ministros del primer gobierno del PSOE fueron enviados a EEUU a formarse en los principios políticos del imperialismo.
De hecho, La CIA en Madrid (a través de sus agregados u oficiales) jugaron un importante papel en la vida política española, como se señala en un compendio de entrevistas a distintos funcionarios estaodunidenses que fueron destinados a España en el período 1930-2000, que tengo en mi poder, donde dejan bien a las claras que EEUU ha monitoreado todo el proceso político español, desde los inicios de la dictadura franquista hasta nuestros días.
En el extenso documento de entrevistas a funcionarios diplomáticos y consulares norteamericanos que recalaron en España en los últimos ochenta años se pueden encontrar cosas más que interesantes, aunque en las más de 400 páginas de preguntas y respuestas se encuentra más paja (muchísima), en mi opinión, que trigo. Muchas anécdotas, irrelevantes, sobre cuestiones personales y aspectos de trabajo de contenido burocrático... y poquísimas preguntas incisivas de los entrevistadores (americanos). A poco que se les hubiera hecho una pregunta comprometida es posible que el resultado hubiera sido más productivo.
Con todo, en ese glosario de entrevistas podemos leer algunas más que relevantes aportaciones. Leslie M. Alexander (oficial económico de la embajada de EEUU en Madrid, 1981-1983) dice que desde la embajada desempeñaron una importante labor a la hora de realizar un trabajo de identificación de "líderes emergentes socialistas" para el futuro gobierno del PSOE en los años 80. Algunos de los futuros ministros del primer gobierno socialista fueron previamente contactados por la embajada americana y fueron enviados a formarse a EEUU. También los agregados laborales de la embajada servían de enlaces con los sindicatos españoles o el ministro de turno. El primer ministro socialista del Trabajo fue uno de ellos.
Los vínculos estadounidenses con el PSOE se realizaron a través de sus funcionarios (de la CIA-personal diplomático) en Madrid, quienes mantuvieron reuniones secretas con políticos o personas del entorno más representativo del panorama político español, entre ellos el PSOE y el grupo de Enrique Tierno Galván, el "viejo profesor" del Partido Socialista Popular, más los comunistas de Carrillo. Curtis C. Cutter, oficial político de la embajada de Madrid (1970-1972 y oficial consular en Sevilla 1972-1975) afirmaba: Hemos tenido contacto con esas personas (socialistas) pero también con comunistas, con los miembros más jóvenes, especialmente en el Sur, cuando yo estaba en el Consulado de EEUU en Sevilla. Allí tuve muchos contactos con comunistas
Robert E. Service consejero político en la embajada de EEUU en Madrid, (1982-1987) afirmó: "En un momento, pensé que sería útil conocer al Partido Comunista de España. Tom Enders, entonces embajador, me dijo que adelante, que no iba a poner ninguna objeción. Tuvimos almuerzos cada cierto tiempo con comunistas, gente joven, no de la cúpula. Las relaciones con el Partido Comunista no eran con gente vinculada a Moscú, sino con los llamados eurocomunistas, comunistas democráticos (sic)". Probablemente, la cúpula del PCE delegó entonces en esos jóvenes para no levantar sospechas (es una suposición, obviamente).
Gary S. Ursey, oficial consular mayor de EEUU, en Bilbao (1985-1988) a la pregunta de ¿Cómo se relacionaron con el Partido Comunista? responde:
"Tuvimos contactos ocasionales con su gente. En lo fundamental apoyaban a EEUU. En la Guerra Fría, en España, el comunismo actuó más lento que en el resto de países europeos a la hora de "entrar en razón" y deshacerse de la vieja retórica marxista ."
Mientras que Robert W. Zimmermann (Cónsul general en Barcelona, 1970-1974 y oficial político estadounidense en la embajada de EEUU en Madrid, 1960-1966) también fue terminante:
"El PCE mantuvo contactos con funcionarios estadounidenses durante la transición."
En definitiva, el juez político de la transición española, EEUU, era quien decidía y manejaba los hilos de la clase política del Estado español, era quien "aconsejaba", quien sugería, mandaba y ordenaba. Un ejemplo es la siguiente cita del influyente Wells Stabler, embajador de EEUU en España a mediados de los años setenta: Adolfo Suárez me preguntó mi opinión sobre el Partido Comunista. Le dije:
"Oficialmente tengo que decirle que no estamos de acuerdo con la presencia política del Partido Comunista, que no nos gusta nada de ellos y creemos que no deben desempeñar ningún papel en el proceso político español".
El mismo Stabler, dijo también que el alemán Willy Brandt fue muy útil en términos de la socialdemocracia para tratar de convencer a los socialistas españoles de no hacer "nada drástico" (que contraviniese, lógicamente, los intereses del imperio, por ejemplo, que los socialistas se radicalizasen o se coaligasen con los comunistas). El abanico de contactos y reuniones de los funcionarios estadounidenses llegaron incluso hasta el nacionalismo del País Vasco, viejo aliado del espionaje estadounidense, con la cuestión separatista de por medio. Y lo hicieron tanto con el abertzalismo (¿oh sorpresa?) como con el PNV.
Funcionarios como el ya señalado Gary S. Ursey, desempeñando el cargo de oficial consular mayor de EEUU en Bilbao, dijo:
"Tuvimos contactos con ETA, pero indirectamente, con una formación llamada Herri Batasuna (Ursey, en la entrevista, no dice correctamente su nombre y habla de "Iterri" Batasuna), que es como el Sinn Fein (la rama política del IRA irlandés) de ETA. Pero más importantes fueron nuestros contactos con el PNV, una corriente conservadora del nacionalismo moderado. Hice un montón de informes para Thomas Enders (embajador). Mi trabajo consistía en permanecer en contacto con ese espectro del extremismo vasco.

Enders dijo que era un buen trabajo y a Jack Binns, que era del DCM
(Deputy Chief of Mission, o Jefe adjunto de la Misión diplomática), también le gustó por lo que siempre fui bien considerado en ese aspecto y recibí un montón de dinero para realizar dicho cometido."
La gran cuestión sería saber qué cantidad de ese dinero fue destinada, en su caso, a sus interlocutores nacionalistas vascos y con qué fin. Los tentáculos de EEUU en España, además de alcanzar a políticos, se han extendido a otros ámbitos de la sociedad civil española. Richard Ogden, Consejero político en la embajada de EEUU en Madrid, de 1992 a 1995, lo reseña claramente: Hemos tenido mucho trato con líderes políticos y también frecuentes contactos con la prensa y diversos encuentros con líderes del ámbito de la cultura y estudiantil, así como reuniones con prominentes líderes empresariales y financieros.
Le faltaba añadir a la inevitable judicatura española, donde es conocido su subordinamiento a los intereses de EEUU, en particular, a través de ese tribunal de Orden Público llamado Audiencia Nacional en el que jueces, magistrados y fiscales han despachado a menudo con funcionarios estadounidenses de la embajada de EEUU en Madrid.
Igualmente, los agentes culturales de la CIA en la embajada de Madrid, ayudaron a implantar las televisiones privadas en España y programas de formación de periodistas (en los años 90). En el País Vasco, por ejemplo, según Daniel Withman, asistente de información del SINA (1989-1993) en la embajada de EEUU en Madrid, colaboraron con el Opus Dei y también se dirigieron a la Universidad Complutense, en su Facultad de Periodismo, donde entrenaban a los estudiantes.
La prensa, falsimedia, ha sido siempre una herramienta indispensable para la propaganda pro-americana, para lo cual es fundamental que esté nutrida de periodistas o reporteros que sean, de alguna manera, agentes encubiertos de EEUU (cosa que no es muy difícil de comprobar al ver tratamiento que hacen muchos de ellos en las noticias sobre política internacional, muy favorables todas ellas a EEUU y al Estado de Israel y en contra de Venezuela, Irán, Siria, Cuba o Rusia. Lean el libro del alemán Udo Ulfkotte 'Gekaufte Journalisten' ('Periodistas comprados') sobre cómo la CIA, el Mossad israelí y agencias de inteligencia han comprado a medio periodismo de Europa para hablar mal de Rusia o, simplemente, para entender cómo funciona la manipulación y las "fake-news" en los medios controlados.
EL FRENTE LABORAL DE LA CIA EN ESPAÑA
El frente laboral de la "transición" española, importante por haber sido una herramienta combativa contra el régimen franquista y luego como potencial ariete rupturista, no podía ser un flanco dejado a la improvisación por EEUU. Si la CIA operó en el terreno político para legitimar al hijo del dictador (Juan Carlos) y apostó políticamente por su hombre "fuerte", Felipe González, para garantizar la influencia y el control de EEUU sobre España y, de paso, perpetuar alguna forma de continuismo del franquismo sin Franco, los sindicatos debían ser una pieza manejable más en el tablero de intereses de Washington para aniquilar la influencia del comunismo sindical antiamericano en la España postfranquista.
Una influencia "comunista" que, a nivel político, la del "carrillismo", era una pantomima que ya había entregado sus ideales en beneficio de la "reconciliación" y había asumido que tenían que estar bajo la bota americana. Pero eso, para EEUU, era poca cosa. El hecho de llamarse "comunistas" (o eurocomunistas, una trampa semántica para seguir llamándose lo que ya no eran) fue motivo suficiente para iniciar una campaña de liquidación cruenta contra, en general, todas las organizaciones de izquierda, pero básicamente contra la que más fuerza tenía, el PCE, empezando por la capitulación del propio Carrillo. Al mismo tiempo, la CIA utilizó la infiltración y deslegitimación de la izquierda antifascista mediante agentes saboteadores o bien echaron mano, junto a la policía española y el CESID (CNI) del terrorismo mediante la Operación Gladio.
El terrorismo de grupos autodenominados de izquierda en la "transición" fue clave, tal y como sucedió en Italia, para avivar la estrategia de tensión y demonizar al comunismo. En Italia Gladio-CIA actuó con extrema violencia a través de sus organizaciones izquierdistas infiltradas o creadas "adhoc" (Brigadas Rojas) y fuerzas ultraderechistas al servicio del SISMI (la inteligencia militar italiana) y la CIA, mientras que en España ocurrió con sus equivalentes GRAPO (el ex oficial de la CIA Philip Agee dijo en 1978 que el GRAPO era una cubierta creada por la Agencia), FRAP y, por otro lado, paramilitares fascistas italianos de Gladio y españoles usando diversas siglas terroristas creadas desde las cloacas del Estado español: GAL, BVE, Triple A, estos últimos protegidos, pagados y dirigidos por el CESID (CNI) y la policía española.
Una de las campañas previas a la "transición" de demonización del comunismo más sangrientas que se produjeron en España fue el atentado de falsa bandera ocurrido en Madrid, en la calle Correo, en 1974, contra la cafetería Rolando, lugar que era frecuentado por policías de una comisaría cercana y que se cobró más de una decena de muertos (ajenos todos ellos a la fuerzas de seguridad ya que ese día, "casualmente", no hubo ningún policía en el interior de la cafetería). El atentado fue atribuido a ETA y a un grupo de comunistas, pero muy probablemente fue orquestado por la policía y el SECED o inteligencia franquista (el antecesor del CESID y CNI) utilizando a infiltrados o chivos expiatorios entre los autores-cooperadores del atentado.
Se cree, con certeza, que circuló una nota de la DGS (Dirección General de Seguridad, dependiente del Mº de Interior) instando a los policías a no acudir el día del atentado a la cafetería Rolando, información que fue publicada por la revista Cambio16 y que nunca fue desmentida, en los siguientes términos:
«Fuentes relacionadas con la DGS (Dirección General de Seguridad) confirmaron los rumores según los cuales días antes del atentado se habían dictado normas a los funcionarios policiales en el sentido de que se abstuvieran de pararse junto a las fachadas del edificio, y de que tratasen de no circular ante la puerta principal y no frecuentasen la cafetería Rolando.»
Dicha información viene recogida en la hemeroteca de ELPAIS (año 1979). Recordemos, por otra parte, que Santiago Carrillo, secretario general del PCE, se negó a prestar asistencia jurídica a los comunistas que fueron detenidos y luego torturados por la policía. Hablemos ya del sindicalismo español en la "transición" en boca del historiador Charles Powell, quien en su libro-coleccionario de anécdotas, medias verdades (leve crítica a Kissinger), omisiones deliberadas y la inexcusable propaganda imperialista (El Amigo Americano) señala que: "En agosto de 1976 visitaron España dos respetados sindicalistas norteamericanos, Victor G. Reuther y Ben Stephansky. Tras reunirse con varios dirigentes de UGT y USO (sindicato "obrero" católico de derechas) en Madrid y Barcelona, entre ellos Nicolás Redondo, informaron al embajador norteamericano Stabler de la necesidad de apoyar económicamente a ambos sindicatos, dada su precaria situación frente a sindicatos como CCOO", entonces comunista y mayoritario.
Según Powell, el "socialista" estrechamente vinculado con EEUU y el Estado sionista de Israel, Enrique Múgica, aprovechó una reunión con diplomáticos estadounidenses para solicitar a la embajada más ayuda para la UGT por parte de los sindicatos norteamericanos y muy especialmente de los United Auto Workers (UAW). Poco después, el vicepresidente del AFL-CIO, Albert Shanker, que era también presidente del American Federation of Teachers (AFT), aprovechó su presencia en Madrid con ocasión de una reunión internacional para entrevistarse con Redondo y varios dirigentes de la Federación de Trabajadores de la Ense-ñanza (FETE) y explorar posibles vías de ayuda a sus homólogos españoles.
Si el PCE era la única izquierda con fuerza y relevancia política que podía haber dicho "algo" en la transición, en la vertiente sindical, el sindicato CCOO, tradicionalmente comunista (aunque luego se convirtió en una caricatura sindical idéntica a la UGT) era su homólogo combativo en aquellos años, aún más que el propio PCE. Esto, para EEUU, suponía una amenaza a erradicar o, al menos, había que reducir la influencia comunista sindical a lo testimonial.
En otro sentido, si el PSOE fue la "niña bonita" política de Washington para pilotar el proceso de "transacción" en España, el sindicato "socialista" del PSOE, la UGT, lo fue para la tapadera sindical estadounidense de la CIA, el AFL-CIO, tanto que, dice Powell, el responsable internacional del AFL-CIO, Mike Boggs, fue informado por el ugetista Manuel Simón de que su sindicato recibía anualmente 6 millones de pesetas de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) y que habían calculado que precisarían unos 120 millones para sostener su organización en 1977, aunque dudaba que sus afiliados pudiesen aportar más de una tercera parte de esa cifra.
La AFL-CIO, también conocida como AFL-CIA es la mayor organización sindical de EEUU, una corporación de espectro mafioso cuyo ideario es netamente pro-capitalista y anticomunista en un país donde el sindicalismo de clase anti-oligárquico, anti-imperialista y anti-capitalista, es simplemente utópico. La AFL-CIO está bajo control de la Agencia Central de Inteligencia que la ha usado como plataforma y enlace para financiar a sindicatos "libres" en todo el mundo. Irving Brown, que fue miembro de la AFL-CIO, desempeñó un papel crucial en Europa occidental y en África, durante la Guerra Fría, apoyando la división entre sindicatos para contrarrestar la influencia comunista. Mientras era agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) fundó en 1962 el Instituto Estadounidense para el Desarrollo del Trabajo Libre junto con el ex miembro del Partido Comunista de América y agente de la CIA Jay Lovestone.
Huelga decir que tanto UGT como CCOO (quien se incorporó más tarde), más el católico-derechista USO y el vasco ELA-STV, son compañeros actuales de viaje del pseudosindicato gangsteril AFL-CIO cuya trayectoria en la guerra fría, al igual que del CIOSL (luego CSI), otra apuesta "sindical" de la CIA, fue la de incentivar económicamente en Occidente la creación de sindicatos al servicio del capitalismo estadounidense y minar la influencia de los sindicatos comunistas. CCOO, que era comunista en los años 70, luego fue pilotado por saboteadores profesionales como Antonio Gutiérrez (acabó en el PSOE) o el siniestro José María Fidalgo, este último terminando de asesor en la ultraderechista FAES de Aznar. No obstante, hay que recordar que CCOO, siendo comunista en la "transición" (con Camacho), suscribió los Pactos de la Moncloa y acuerdos anti-obreros como el ANE (Acuerdo Nacional de Empleo, de 1981) que fueron, en la práctica, los que pusieron fin al sindicalismo de clase (si es que había existido algo parecido) en España. Que no te den por el ANE decían entonces los "neutrales y combativos" de la CNT (ahora sería "políticamente incorrecto").
Y es que, hablando de la CNT, en la transición, EEUU buscó aliados sindicales "inesperados" en el anarquismo español para borrar cualquier vestigio comunista, tanto que, señala el historiador Powell, la embajada norteamericana incluso llegó a establecer relaciones con el sindicato anarquista CNT (Confederación Nacional del Trabajo). Para el embajador Stabler la CNT era ante todo rabiosamente anticomunista, como había demostrado al negarse a unirse a CCOO en la creación de la Coordinadora de Organizaciones Sindicales (COS) en septiembre de 1976, y además había dado la espalda al uso de la violencia. De ahí que el embajador solicitara formalmente que se retirase a la CNT de la lista de organizaciones subversivas del Departamento de Estado, como paso previo a la inclusión de algún representante suyo en el programa de visitantes extranjeros de la embajada.
Uno recuerda, en su adolescencia, que en los primeros años 80 la CNT se dedicaba a realizar pintadas en apoyo del sindicato anticomunista y clerical polaco Solidaridad, un franquiciado del Vaticano y la CIA para derribar el gobierno comunista de Jaruzelsky. La CNT, esos que quisieron hacer la guerra por su cuenta en el 36 torpedeando la unidad antifascista contra Franco, resulta que estaban en la cartera de la CIA para ser autogestionados... por EEUU. En la transición la CNT era un sindicato que tenía un poder de convocatoria en sus mítines muy superior o similar al de cualquier partido de los que hoy llaman "mayoritarios". Ellos mismos se hicieron la demolición controlada tal como la hicieron en la guerra civil con el bando republicano. Como siempre, las bases eran la carne de contrabando para ser víctimas del engaño de la dirigencia. Y, en cualquier caso, el ideario anarquista "anti-estatalista" era un excelente contrapeso para dividir a la clase obrera.
Otro sindicato que gozó del favor de EEUU para la "transición" fue el nacionalista vasco ELA-STV. Un sindicato reaccionario que servía de apoyo a la burguesía vasca católico-aranista del PNV; el vasallo perfecto del imperio para contrarrestar a otros sindicatos izquierdistas en el País Vasco. Apunta Powell que ELA-STV celebró su tercer congreso en Eibar en octubre de 1976 (el segundo había tenido lugar en Vitoria en 1933). A dicho congreso asistieron en representación de la AFL-CIO, Mike Boggs y Glenn Watts, cuya presencia fue sorprendentemente bien recibida por los asistentes. De dicha documentación se desprende que los norteamericanos valoraron especialmente su acendrado anticomunismo
Para canalizar la ayuda a los sindicatos españoles no comunistas la mejor opción era hacerla, no directamente a través del Departamento de Estado norteamericano, sino que que fuesen las organizaciones sindicales norteamericanas, bajo su cobertura, las que ayudasen económicamente a sus homólogos españoles. De este modo la UAW contribuyó a la campaña electoral sindical de la UGT con 75.000 dólares y varias organizaciones afiliadas a la AFL-CIO donaron al menos 20.000 dólares a ELA-STV, el sindicato español que más activamente había solicitado estas ayudas. El Departamento de Estado también apoyaba la solicitud de recursos adicionales para financiar actividades como la visita de una veintena de dirigentes sindicales españoles a EE.UU. cada año, el envío a España de hasta doce expertos norteamericanos, la organización de seminarios y talleres en Madrid y Barcelona y la traducción al español de manuales norteamericanos sobre relaciones laborales, cuyo coste total rondaría los doscientos mil dólares anuales. A esto habría que sumar el coste de destinar en la embajada norteamericana a un agregado laboral adicional (de la CIA), que se ocuparía de coordinar estas iniciativas
Entonces es cuando entran en juego las fundaciones 'privadas', instituciones dependientes de partidos políticos, financiadas casi en su totalidad por los Gobiernos, como la mejor manera de "untar" a sindicatos, diversas asociaciones, oenegés y demás parásitos del capitalismo. La Fundación alemana Friedrich Ebert Stiftung, socialdemócrata, fiel a la Alianza Atlántica, a la CIA y anticomunista, fue una de las que destinó fondos a la UGT y, como dice Powell, sin que ello suscitase la menor resistencia política, ni en el país donante ni tampoco en el receptor
Las donaciones norteamericanas a sindicatos españoles no se limitaron a los "sobornos" durante la "transición" sino que una vez que EEUU copió el modelo europeo de Fundaciones privadas, o think tanks, se puso manos a la obra. El intermediario fue esta vez la recién creada Fundación de la CIA, NED (National Endowment for Democracy), en los años 80, un activo injerencista de EEUU que fue impulsado por Ronald Reagan para financiar movimientos opositores golpistas y/o anticomunistas, sindicatos, periodistas o entidades que contribuyeran a difundir los intereses imperialistas de Washington en el mundo.
La UGT y el vasco ELA-STV fueron beneficiarios del NED, en 1986, según consta en esta información de ELPAIS, sacada del archivo de su hemeroteca:
"UGT recibirá dinero indirectamente del Gobierno de Estados Unidos a través de la National Endownment for Democracy (Fundación Nacional para la Democracia, NED) un organismo que opera con fondos públicos, creado por Ronald Reagan y el Congreso en 1983 para "defender los valores democráticos en todo el mundo". La entrega del dinero (12.000 dólares) ya ha sido aprobada, y el cheque está firmado por el Free Trade Union Institute (FTUI), a través del cual la NED canalizaba sus ayudas a sindicatos extranjeros que se oponen al comunismo. La citada ayuda -algo más de 1.800.000 pesetas- será entregada a la Federación de Trabajadores de la Enseñanza (FETE-UGT) y había sido solicitada el pasado año por el sindicato a la Confederación Internacional de Organizaciones de Sindicatos Libres (CIOSL), con sede en Amsterdam. El sindicato nacionalista vasco ELA-STV ha recibido también, por la vía de la NED, una ayuda de 40 millones de pesetas en 1985. [...]
Encarnación Asensio, secretaria general de FETE-UGT, solicitó la ayuda para realizar cursillos de formación de 330 militantes en toda España, según comprobó EL PAÍS en la carta en que pedía formalmente apoyo. La Fundación Nacional para la Democracia, que fue creada por el Congreso en 1983 y está dirigida por Carl Gershman, un ex colaborador de Jeanne Kirkpatrick, ha mantenido en secreto la ayuda a UGT. [...] "El programa", afirmaba el documento al que ha tenido acceso EL PAÍS, "responderá a la necesidad de equipar a activistas de un sindicato de profesores democrático con las aptitudes para contrarrestar al sindicato comunista de enseñantes, que está bien financiado y compite por el apoyo de los profesores españoles".
La NED justificó asimismo su ayuda a ELA-STV como necesaria para un sindicato "que se enfrenta al reto de rivales comunistas y extremistas en el País Vasco". La NED se negó a comentar sus actividades relacionadas con España, que fueron confirmadas por Eugenia Kemble, directora, del FTUI. Preguntada por qué se conceden ayudas a sindicatos de países como España o Francia, donde la democracia no está en peligro, Kembile dijo que "se trata de un esfuerzo mundial por apoyar a sindicatos democráticos". La directora del FTUI dijo que no son programas secretos, pero que se mantiene la confidencialidad sobre las cantidades concedidas y, en ocasiones, como en el caso de UGT, el nombre de los receptores, "para respetar la sensibilidad de las organizaciones que requieren las ayudas".
La utilización de la poderosa central sindical norteamericana AFL-CIO, de la que depende la FTUI, para canalizar ayuda oficial para proyectos anticomunistas, sobre todo en Centroamérica, que coinciden con la política exterior norteamericana, es objeto de polémica en este país. A través de una serie de institutos poco conocidos -uno de ellos es el Free Trade Union Institute-, la AFL-CIO, que es liberal en política interior, se gasta 43 millones de dólares al año, en 83 países, en este tipo de programas para contrarrestar el comunismo."
El sindicato ELA-STV se atrevió a hablar, cínicamente, por boca de su entonces responsable de prensa, José Elorrieta, en los siguientes términos cuando se confirmó que recibía ayuda de la ONG de la CIA por un montante de 40 millones de pesetas de la época: "se trata de una muestra de solidaridad sindical". Un eufemismo para decir que se trataba de una financiación encubierta otorgada por una fundación que actuaba (y lo sigue haciendo) bajo el paraguas de la mayor Agencia del crimen organizado que existe en el mundo (CIA), con el objetivo de contrarrestar cualquier avance del sindicalismo de clase. La información relativa al ELA-STV se trata separadamente en otra información de ELPAIS publicada un año antes (1985).
sindicatos
LA CIA CONTROLA EL MOVIMIENTO SINDICAL INTERNACIONAL: TRABAJADORES DEL MUNDO HUNDÍOS Dice Beth Sims, en un interesante artículo publicado en 1992 en Sound End Press, a propósito del manejo sindical que ha hecho y hace en el mundo la mafia sindical norteamericana AFL-CIO, que dicho sindicato, en el período inmediatamente posterior a la segunda guerra mundial:
"se centró especialmente en la consolidación de las fuerzas sindicales anticomunistas en Europa y en el trabajo con otros organismos internacionales y regionales como la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (y su sucesora CSI). El Free Trade Union Institute (FTUI), creado por la AFL-CIO en 1977, actúa como el instituto regional europeo de la federación laboral. Cuando las dictaduras militares cayeron en España y Portugal a mediados de la década de 1970, la AFL-CIO se encontró sin un aparato efectivo para contrarrestar los fuertes movimientos sindicales socialistas en los dos países. Al reconocer la necesidad de un instituto que pueda concentrarse en los asuntos europeos, la federación revitalizó su brazo europeo. Como resultado, FTUI se estableció para ayudar a prevenir los éxitos electorales comunistas en España y Portugal, así como para aumentar la influencia de los EEUU en sindicatos europeos en general".
Crear agentes subversivos en sindicatos, con objeto de derribar gobiernos, fue otra faceta del FTUI. En Polonia, por ejemplo, dice Sims, el instituto no solo ayudó a Solidaridad en su batalla por organizar un sindicato independiente. Las donaciones de FTUI también reforzaron aquellos elementos dentro del sindicato polaco que estaban más dedicados a erradicar la influencia comunista en el país y que eran más susceptibles a las estrategias económicas y políticas conservadoras. Al ayudar a mantener encendidos los fuegos de la protesta en Polonia, la FTUI de los Estados Unidos también ayudó a derrocar al gobierno comunista La vasta industria sindical orquestada por el gran capital, al igual que sucede con las ONG de la CIA y sus Fundaciones billonarias, tenían que extender necesariamente sus tentáculos por todo el mundo. Sims señala que:
"Como organización coordinadora de las subvenciones laborales de la estadounidense NED, Fundación Nacional para la Democracia, FTUI ha servido como un conducto para el financiamiento de la NED para proyectos en países que van desde Jordania a Nueva Zelanda y desde Francia a Brasil. Sus subvenciones apoyan intercambios sindicales, educación cívica, construcción de sindicatos, capacitación en liderazgo, conferencias, seminarios y producción de publicaciones sindicales. También ha ayudado a los exiliados sindicales y a sus familias y ha proporcionado servicios sociales para sindicalistas en puntos geopolíticos como Polonia."
El Instituto Americano para el Desarrollo del Trabajo Libre (AIFLD), fundado en 1962, es el brazo internacional de la AFL-CIO en el hemisferio occidental y fue el primero de los cuatro institutos regionales que se establecerían paulatinamente. Descrito por el ex oficial de la CIA Philip Agee como un "centro de trabajo controlado por la CIA financiado a través de AID". Sims señala que el AIFLD se inspira en los principios del sindicalismo "libre" (es decir, conservador, proempresarial y anticomunista). La participación de AIFLD en operaciones encubiertas del gobierno de los EEUU es bien conocida. AIFLD y sus aliados latinoamericanos participaron en desestabilizaciones respaldadas por la CIA de gobiernos elegidos democráticamente en varios países, incluidos República Dominicana, Chile y Guyana. En Inglaterra, por ejemplo, líderes sindicales colaboraron con la Agencia Cooperativa Económica, un frente de la CIA, trabajando a través de 'Oficiales de Información Laboral' en la Embajada de los Estados Unidos. Las organizaciones secretas anticomunistas operaban en varios sindicatos británicos. El más significativo fue el 'club' de AEU (Sindicato de Ingenería Combinada), algunos de cuyos miembros anticomunistas estuvieron posicionados al más alto nivel, en la misma cúspide sindical, como fueron el secretario general Cecil Hallett y al presidente Bill Carron, a mediados de los años 50.
Cientos de dirigentes y cargos sindicales británicos hicieron viajes a Estados Unidos y les ofrecieron cursos de capacitación en la ultraconservadora Harvard Business School en virtud de programas financiados por la CIA. Tom Williamson, secretario general del GMWU (Sindicato General de Trabajadores Municipales) en ese momento, fue uno de los principales defensores del programa. Más tarde se convirtió en un participante fundador del foro de la clase dominante internacional, el Grupo Bilderberg. Williamson fue nombrado comandante de la Orden del Imperio Británico (CBE) en 1950 y caballero (Sir) en 1956
El que quiera indagar sobre la inabarcable red mundial de delincuencia sindical que ha tejido EEUU en el mundo (incluyendo África y Asia) puede seguir leyendo el interesantísimo artículo de Beth Sims.
Otro artículo esclarecedor, de reciente aparición, es el del sindicalista noruego Olav Boye titulado Cómo la CIA se infiltra en los sindicatos que pone de relieve la misma evidencia anterior, es decir, que siguen estando vigentes las viejas tácticas de la Agencia americana, tanto para neutralizar el comunismo en los sindicatos como, especialmente, para proteger los intereses corporativos de las élites financieras y empresariales globalistas, mediante la compra y adiestramiento de "cuadros sindicales". A este respecto, Boye dice que "la CIA está muy involucrada en el mundo laboral, donde su objetivo es sabotear sindicatos y obstaculizar su lucha contra la globalización y los abusos de las corporaciones multinacionales y financieras mundiales".
Boye pone el ejemplo de su intervención durante una conferencia que dio en Macedonia:
"Mi experiencia en Macedonia la tuve con un intérprete agresivo que malinterpretó y constantemente interrumpió mi conferencia ante una asamblea del Sindicato de Trabajadores Culturales. Mi conferencia fue una exposición sobre el liberalismo de mercado en la Unión Europea y la globalización, en donde expuse que esto perjudicaba enormemente la lucha del movimiento sindical por los derechos políticos y profesionales. El intérprete, que fue empleado por el Centro de Solidaridad en Skopje, una sucursal de la AFL-CIO, afirmó que las personas como yo eran comunistas y estaban destruyendo el movimiento obrero"
Precisamente, una de las plataformas involucionistas que utiliza la CIA, la antes mencionada NED, dice Boye que es la herramienta preferida para manejar los hilos del sindicalismo internacional. Él experimentó las maniobras injerencistas de la NED cuando, según sus palabras:
"A través de mi trabajo con el movimiento laboral internacional, en varias ocasiones se han acercado personas que directa o indirectamente intentaron reclutarme para sus actividades de sabotaje. Me refiero a agentes de la CIA que había entre los líderes sindicales de la CSI (Confederación Internacional de Sindicatos, auspiciada por la CIA y a la que pertenecen los españoles UGT, CCOO, ELA-STV y USO) con sede en Bruselas y los alemanes de la Fundación Friedrich Ebert (FES), que sabemos fue, y posiblemente aún lo es, financiada por la CIA."
Recordemos que la Fundación Friedrich Ebert es una de las que proporcionan, entre decenas de tinglados-ONG, ayuda económica al feminista Lobby Europeo de Mujeres, apoyado en España por, entre otras, la Plataforma Andaluza de mujeres de apoyo a dicho lobby. Boye, veterano sindicalista curtido en mil batallas, describe la experiencia que tuvo en el lejano Portugal de la fallida Revolución de los "claveles" de la siguiente manera:
"Después de la llamada Revolución de los claveles en Portugal, a mediados de la década de 1970, cuando oficiales de izquierda tomaron el poder para deponer al gobierno fascista de Salazar, fui contratado por la Asociación Educativa de Trabajadores AOF para dirigir seminarios en cooperación con los sindicatos portugueses. Viví en Portugal durante varios meses, organizando seminarios y reuniones, y luego seleccionamos conjuntamente personas para continuar la educación en la propia escuela de la Confederación Noruega de Sindicatos en Sørmarka. Durante un seminario en Oporto, noté que había dos tipos sentados en el fondo de la sala. No eran participantes, y durante el descanso les pregunté quiénes eran. Dicen que representaban a la Fundación Alemana Friedrich Ebert (FES) y tenían la misma misión, al igual que yo, de formar cuadros sindicales" [...] "Cuando llegué a Lisboa unos días después, un representante de la embajada de Noruega me llamó y me informó de que me habían despedido de la misión y me enviaban de vuelta a casa. Más tarde llegué a saber por qué. Durante la reunión en Porto, un trabajador de la construcción me preguntó si deberían organizar un movimiento sindical amplio para todos los grupos políticos, similar a los países nórdicos, o si deberían tener una división ideológica como en España, donde socialistas, comunistas y católicos (USO) cada uno tenía su propio sindicato. Mi respuesta fue que era preferible organizar un movimiento sindical amplio. A los "chicos" de la Fundación Friedrich Ebert no les gustó escuchar esto, ya que su misión en Portugal era para luchar contra comunistas y socialistas radicales."
Otra de las experiencias de Boye fue en "el día después" de la matanza perpetrada por la OTAN y la CIA en los Balcanes, la antigua Yugoslavia, donde le enviaron a formar cuadros sindicales como representante de la Unión Nórdica de Artes Gráficas, en concreto a Bosnia. Señala Boye que allí:
"El representante de la Friedrich Ebert en Sarajevo, que estaba bajo el mando de Rudy Porter (un agente de la CIA que supuestamente representaba a los sindicatos estadounidenses en el cuartel general de CES, Confederación Europea de Sindicatos, en Bruselas), fue muy crítico con mi actitud negativa hacia la globalización y el liberalismo de mercado de la UE, que discutí libremente con mis colegas bosnios. Afirmó que estaba totalmente equivocado y quería que me uniera a su equipo, para evitar que comunistas y socialistas obtuvieran ningún poder en el movimiento obrero en la ex Yugoslavia."
Boye, como sindicalista honrado que es, rechazó las condiciones que le ofrecieron (trabajar para la CIA) en la antigua Yugoslavia. Es decir, crear sindicatos favorables a las tesis de Washington y sus corporaciones mafiosas. No cabe duda en afirmar, como señala Boye, de que "El movimiento sindical es un objetivo importante para la CIA y sus amos políticos. No puede haber ninguna duda de que la CIA trabaja sistemáticamente para subvertir los sindicatos y los partidos políticos de la izquierda, como podría documentar más gente que yo. Han tenido éxito en gran medida: a nivel mundial, en Europa y en Noruega." La experiencia de Boye se puede aplicar, perfectamente, y al pie de la letra, al sindicalismo español pero desde la otra vertiente opuesta: la de ser unos sindicatos amanuenses con el orden capitalista internacional de EEUU. Sindicatos, los españoles, que han desviado su tradicional discurso "obrerista", ya irreconocible (en particular, CCOO), en aras de promover y galvanizar otros referentes de la progresía actual que están en sintonía con las demandas del Nuevo Orden neoliberal y de personajes como George Soros, como son el multiculturalismo, las ONG, la inmigración masiva y el neofascifeminismo subvencionado, utilizando a todos ellos como polos de disgregación masiva. El trabajador y la lucha de clases han quedado, en manos de esos sindicatos, relegados a mercancía reutilizable por el capital.
A nivel internacional, ya se ha comentado, sindicatos como UGT, CCOO, ELA-STV y el derechista-católico USO, están integrados en la Confederación Europea de Sindicatos, marioneta laboral de la CIA (donde a su vez están integrados sindicatos tan de "clase" como los policiales) y en la CSI, Confederación Sindical Internacional (antes CIOSL, o Confederación Internacional de sindicatos "libres"). La CSI es, en este sentido, una de las organizaciones de referencia sindical para la NED, la ONG financista-tapadera de la CIA. La CSI agrupa a un total de 331 organizaciones del sindicalismo anticomunista de todo el mundo, incluidas la CGT francesa o el CGIL italiano. Y a través de la NED, actúa el llamado Solidarity Center de la mafia sindical americana AFL-CIO, el ACILS, también rama sindical de la NED, su principal canal de distribución de fondos sindicales (más de la mitad de las donaciones de la NED).
La historia del europeo CES (Confederación Europea de Sindicatos) comenzó con el deseo de contrarrestar a la obrera e izquierdista FSM (Federación Sindical Mundial), una vez finalizada la II Guerra Mundial. Para la CES, los trabajadores no tienen que plantearse la cuestión del cambio de sociedad sino organizar el cabildeo más efectivo posible con el capital mientras todas las riendas se dejan a los grandes jefes capitalistas. Lo explican cristalinamente aquí:
"Esta doctrina, una inteligente mezcla de reformismo, socialcristianismo y sindicalismo amarillo, ha vaciado toda noción de lucha, donde la combatividad es organizar eventos una o dos veces al año. La CES nunca ha dejado de apoyar las medidas más antisociales y antidemocráticas impulsadas por una UE al servicio de los grandes grupos capitalistas: ataques permanentes contra los servicios públicos y por la "liberalización" de todos sectores comerciales, desde el transporte a la energía, la salud y la educación; ataques contra las pensiones, la seguridad social y los sistemas de solidaridad, promoción de los sistemas de seguros privados; ataques contra la soberanía del pueblo mediante el establecimiento de instituciones supranacionales al abrigo de los pueblos (Banco Central Europeo, "independiente" de los pueblos pero directamente conectado con las grandes compañías financieras, Comisión de Bruselas y toda su administración, Tribunal de Justicia de La Haya ... el Parlamento Europeo elegido con solo una fachada democrática)"
¿Dónde han estado los sindicatos "libres" ante la sangría perpetrada en los últimos años con los rescates bancarios y las brutales medidas antisociales ejecutadas desde EEUU y Europa? Entre bastidores resguardados al abrigo de las oligarquías financistas que les esponsorizan. No son sindicatos "libres" (propaganda de la CIA) sino vasallos, mercenarios y asalariados anticomunistas de sus amos capitalistas, cómplices de todas las medidas regresivas contra los trabajadores. Como dicen en la página de referencia: "Desde el comienzo de la crisis económica, la CES pidió por primera vez "salvar el capitalismo por sí mismo" y luego fingió decir que elevar el nivel de las medidas de austeridad podría "romper el crecimiento". Uno de los "grandes logros" sindicales de la Confederación Europea de Sindicatos de tiempos recientes, aparte de servir de palanganera en las últimas décadas de las políticas de desfalco social de la UE es... haber tenido una "reunión" con el Vaticano. En palabras de los agentes sindicales de la CIA:
La CES acoge con satisfacción la reunión sindical en Ciudad del Vaticano. El Secretario General de la CES acogió con satisfacción la oportunidad de debate entre los sindicatos de todo el mundo con la Iglesia Católica sobre el trabajo y el desarrollo humano y el papel de los sindicatos en un mundo cambiante.
Los puntos, resumidos, a tratar fueron bolchevismo en estado puro. Cito del engendro:
Conseguir una economía global profundamente cambiante para avanzar hacia una política macroeconómica diferente; promover una transición justa para garantizar que ningún trabajador quede rezagado como resultado de los cambios causados por la globalización; un nuevo enfoque de la migración con el objetivo de salvar vidas, dar la bienvenida y reubicar a las personas necesitadas, integrándolas en la sociedad y el mercado laboral.
En fin, todo un gran aparataje terminológico sacado de las cloacas del neoliberalismo acorde con lo que esperan sus jefes de Washington y Bruselas, todo ello para reforzar lazos de los sindicalistas progres con el reaccionarismo clerical. Retornando a las cavernas y apuntando a viejas alianzas entre "sindicatos" (Solidaridad) y curia romana. El papelón de la UGT (conocida desde hace tiempo como Unión General de Timadores) es bien conocido como organización que ha sido financiada y apoyada por la CIA a través de Fundaciones como la NED y la alemana Friedrich Ebert Stiftung (la otra recámara de la CIA). Leyendo a uno de sus mamporreros sindicales en un artículo publicado en Navarra-UGT, de hace un par de años, titulado Sindicalismo internacional y diálogo social, define bien a las claras qué clase de pelele y mercenario es el sindicato del otrora "ilustre" Pablo Iglesias (el sindicalista histórico, no el podemita). Su discurso, anticomunista, sirve perfectamente para lo que desean escuchar los explotadores y sus paladines políticos de la CIA. Decía el tal Martin Zabalza, su autor:
Los totalitarismos ultranacionalistas y comunistas destrozan, en la primera mitad del siglo XX, las históricas organizaciones de los trabajadores. Los sindicatos de orientación socialista, nacidos en el siglo XIX, se reorganizan tras la II Guerra Mundial en los países libres, reivindican los valores de la Segunda Internacional y se modernizan.
CCOO, DEL COMUNISMO ANTIFRANQUISTA A ACTUAR DE BRAZO ARMADO REPRESOR DEL CAPITALISMO FINANCISTA ESTADOUNIDENSE Y EUROPEO UGT es una carga de profundidad capitalista conocida... pero... y la históricamente comunista CCOO que actuó más combativamente durante la "transición" española ¿ha seguido la senda reaccionaria de su hermana sindical UGT? Totalmente. No sólo ya por su afiliación a las confederaciones sindicales de la CIA antes mencionadas, el europeo CES y el internacional CSI, sino porque en materia de cooperación internacional CCOO también actúa en estrecha colaboración con el AFL-CIO, asistiendo CCOO a sus Congresos en EEUU. El sindicalismo comunista del luchador antifranquista Marcelino Camacho, que era objetivo a derribar por EEUU en la transición, es ya una vieja figura icónica perteneciente a un lejano pasado. Se podría decir que secretarios generales como el luego diputado del PSOE, Antonio Gutiérrez y, sobre todo, el agente derechista José María Fidalgo pusieron el sindicato CCOO, definitivamente, a las órdenes completas del neoliberalismo. La agenda de CCOO ha sido copiosa para satisfacer las demandas del capital monopolista. Pero los nexos de CCOO con el imperialismo sindical de EEUU tienen aún tintes más siniestros. Veamos.
En materia internacional CCOO se ha involucrado en una aventura imperialista: la de formar sindicalistas procapitalistas en países altamente subdesarrollados como Haití (el más pobre del mundo junto a Bangladesh), a través de proyectos como la denominada Hoja de ruta sindical para la reconstrucción y el desarrollo de Haití (2010). Un país, Haití, devastado por catástrofes naturales, que está en manos de los delincuentes Cascos Azules y bajo el control militar de EEUU. CCOO ha puesto de su parte para hacer la contrarrevolución sindical anticomunista de la mano del sindicalismo fascista norteamericano bajo el monitoreo de Washington.
Las demandas que hace en el documento CCOO sobre que "Haití es un país libre y soberano y deberá establecerse un calendario de retirada progresiva de las fuerzas militares internacionales, en el marco de un acuerdo negociado con la ONU y con los países involucrados", no es nada más que un lavado de imagen cara a la galería, donde una vaguedad bien calculada al gusto de Washington, como es la "retirada de fuerzas militares internacionales", encubre al verdadero país ocupante (EEUU). Ya ni hablar del carácter imperialista de la ocupación. En la lista de sindicatos procapitalistas internacionales que están modelando el fascismo sindical en Haití, CCOO cita al nefasto Solidarity Center, una de las ramas injerencistas de la AFL-CIO de EE.UU.
Los Centros de Solidaridad (Solidarity Center) "sindicales", de los que ya se habló antes como correa de transmisión de la "ONG" NED-CIA, se encargan de buscar la confianza de sindicatos o trabajadores de otros países mediante una amplia red de sobornos que incluyen subvenciones económicas y aportación de material (suministro gratuito, entre otros, de equipos informáticos), además de socavar cualquier principio de democracia obrerista y derechos laborales a nivel internacional.
Pero lo de CCOO en Haití alcanza a una verdadera complicidad con el gangsterismo sindical americano. En su momento se denunció que las organizaciones más prominentes del sindicalismo internacional (CSI, AFL-CIO, OIT, etc) habían trabajado para apoyar y fortalecer a las organizaciones laborales golpistas que habían agitado la violencia en Haití para el derrocamiento del presidente progresista Jean Bertrand Aristide (2001-2004). Una vez fuera del poder Aristide, estas organizaciones sindicales haitianas se negaron a condenar los despidos, la persecución, encarcelamientos, amenazas de muerte y ataques contra los trabajadores que impuso, al compás de Washington, el dictador elegido por EEUU (Gerald Latortue).
Las instituciones sindicales internacionales con las que colabora CCOO optaron entonces por cooperar con grupos "laborales" violentos, agitados por EEUU, que habían promovido el derrocamiento de Aristide, tales como la CSH (Coordination Syndicale Haitienne) o Batay Ouvriye. El Centro de Solidaridad sindical para Haití, una vez fuera de la circulación Aristide, recibió inmediatamente fondos del Departamento de Estado de EEUU en 2006, vía la ONG de la CIA, NED, por valor de 449.956 dólares para trabajar con las organizaciones sindicales haitianas antes mencionadas. Los dos "sindicatos" reseňados (CSH y Batay Ouvriye) son colaboradores en la Hoja de Ruta de CCOO en su "aventura" por la "reconstrucción" sindical de Haití (también consta la ONG de Comisiones, Paz y Solidaridad y el otro sindicato capitalista español, UGT). En definitiva, CCOO ha estado proporcionando cobertura a la represión fascista estadounidense contra los trabajadores de Haití.
CCOO, por otra parte, es también una pieza sindical bajo la tutela de la omnipresente Fundación Friedrich Ebert (FFE), vinculada a la "socialdemocracia" europea, la CIA y la OTAN. El sindicato CCOO, abandonado hace tiempo el comunismo, se integró rápidamente en el entramado neoliberal-capitalista para mantener el chollo corporativo-sindical en pie. Así que los lazos de CCOO con la fundación alemana de la OTAN se han materializado mediante la asistencia a "encuentros" en Alemania con responsables de la Friedrich Ebert, así como de otra Fundación similar (Hans Böckler), para seguir llevando al redil del gran capitalismo a los trabajadores y desactivar toda crítica al monetarismo europeo y americano debatiendo asuntos de "gran" importancia para el trabajador como "la digitalización de los mercados laborales o el intercambio de experiencias relevantes entre sindicatos".
De ahí que la hermana "fundacional" injerencista de la CIA, Friedrich Ebert Stiftung, considere a CCOO una de sus "contrapartes". ¿Qué es una contraparte? Veamos. Contraparte, en términos estrictamente económicos, designa a la parte contraria en una operación de compraventa de divisas. Si somos los compradores, la contraparte es el vendedor, y si vendemos, habrá una contraparte que compra. Un inversor desarrollará sus movimientos siempre en ambas facetas, es decir, comprará y venderá, teniendo en cada momento sus contrapartes vendedoras y compradores. A su vez, para esa otra parte, nosotros representamos la contraparte en la operación.
En definitiva, CCOO es un asociado sindical-monetario de la Friedrich Ebert en la que ambos ofrecen contrapartidas mutuas, al igual (se cita en la página de la Fundación alemana) que lo son organizaciones sindicales como UGT o Fundaciones asociadas a los sindicatos mencionados como la Largo Caballero o la 1º de Mayo (CCOO). Pero no sólo de sindicatos vive la Friedrich Ebert sino que esta Fundación también considera contraparte a "think-tanks" ultraconservadores como el Real Instituto Elcano, una conocida arma de guerra propagandística que sirve a las políticas imperialistas de EEUU e Israel, con la que valida académicamente, entre otras, la falsa "lucha contra el terrorismo internacional" de Washington y la OTAN, fabricando narrativas falsas en torno a la "yihad" que den soporte a la geopolítica occidental.
Pero aún hay más en el redil de este simulacro sindical de "desclasados" llamado CCOO y la gigantesca red de financiación imperialista que le da cobertura, a él y a sus ONG. Donaciones financiadas por Friedrich Ebert alcanzan a la ONG de CCOO Paz y Solidaridad, como señalan en sus memorias del año 2016, donde se especifica que "se ha mantenido el intercambio institucional con distintas fundaciones e institutos de investigación europeos como el Friedrich Ebert Stiftung"
Las conferencias y eventos patrocinados por la Friedrich Ebert con la asistencia de sus marionetas progres (y menos progres) es otro de los instrumentos de control sobre el sindicalismo antiobrero y anticomunista. Por ejemplo, la Fundación Friedrich Ebert ha patrocinado la Presentación del VI Informe Independiente sobre el Estudio Prospectivo Anual de Crecimiento celebrado el día 2 de febrero de este año en la sede de CCOO Madrid, con las fundaciones 1º de Mayo, Largo Caballero y la Friedrich Ebert de ponentes. También organizó un ciclo de conferencias (lógicamente, con el consiguiente aporte dinerario a sus ponentes) en octubre de 2015 para tratar sobre "Crisis y desigualdad, alternativas sindicales" (un discurso vacío sobre dos términos que a fuerza de repetirlos, crisis y desigualdad, sirven de gancho-engaño al ciudadano medio y afianzan el sistema de desigualdad imperante).
Este último evento contó con la participación de CCOO y ponentes como su entonces secretario general Fernández Toxo y una moderadora del mismo sindicato (la Secretaria de Igualdad, Ana Herranz). Por supuesto, no faltaron miembros de la propia Friedrich Ebert como conferenciantes y tampoco de la supersubvencionada ONG del clero católico Cáritas (tapadera de caridad social de la secta para el sostenimiento del capitalismo) o una moderadora del diario progre-hembrista de Escolar-Soros (eldiario.es), Ana Requena, coordinadora de la industria de "género" en dicho medio con la sección "micromachismos" (sic).
Otros invitados a las ponencias fueron el progre-"comunista" José Antonio García Rubio, Secretario de Empleo de Izquierda Unida, políticos del PP y Psoe, el inevitable podemita de turno Iñigo Errejón o ex "comunistas" del PCE y CCOO como Nicolás Sartorius, de la Fundación Alternativas (otra pieza neoliberal tutelada por la Friedrich Ebert).
Todos estos congresos, francachelas, mamandurrias y agendas "sindicalistas" forman parte del operativo de la Fundación alemana Friedrich Ebert para tener bien ligado a todo el espectro político-sindical español en torno al imperialismo económico de EEUU y Bruselas. La burocratización e inmersión del sindicalismo español en las estructuras del capital neoliberal es algo que ya no puede discutirse hoy en día.
Finalmente, para terminar, no podía faltar en el lote del sindicalismo español de CCOO uno de sus caballos de batalla: la agenda feminista postmoderna como parte del "activismo" de las Fundaciones de la CIA y todo su arsenal de equipamiento terminológico neoliberal-progre (brecha salarial, "techo de cristal", liderazgo, empoderamiento, sororidad, violencia de género).
Así, podemos leer en la página Tribuna Feminista que
"La Secretaría Confederal de Mujeres e Igualdad de Comisiones Obreras participó en el curso de formación del European Trade Union Institute (ETUI) titulado Formación y capacitación para el liderazgo de las mujeres sindicalistas, que se está desarrollando en Madrid, forma parte del Plan de Acción de formación para el liderazgo de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), y lo coorganiza CCOO."
El ETUI (sucesor de la saboteadora golpista FETUI) es otra sucursal colaborativa de la Fundación otanista Friedrich Ebert, al igual que la CES es el frente laboral de la tapadera de la CIA, la NED. El sindicalismo español e internacional agrupado en torno a las siglas "sindicales" creadas por la CIA (la CES o la CIS) se ha convertido en un pastiche subalterno de las corporaciones financistas del capitalismo de Washington y Bruselas. Por eso, me sigue haciendo gracia que los más ultramontanos del neoliberalismo pinochetista, los ardientes seguidores de Milton Friedman y la Escuela de Chicago, sigan atizando a los sindicatos señalándoles como unos "bon vivant" subvencionados vía Presupuestos estatales (que es absolutamente cierto, pero viven bien del capitalismo que los propios neoconservadores "antisindicales" promueven para asegurarse la "paz social"), ladran cuando esos sindicatos neoburgueses alzan levemente la voz para reclamar derechos laborales básicos o cuando convocan huelgas (pactadas) que ponen nerviosos a los fans del despido libre y sin indemnización.

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