martes, 18 de diciembre de 2012

De gendarmes, pobres y embajadas

De gendarmes, pobres y embajadas

Bibiano Moreno Montes de Oca @BibianoMoreno mar 18 de diciembre de 2012
Cuando se habla de gendarmería, de inmediato se evoca el pasado. El término de gendarme estaba prácticamente en desuso, pues ahora se les conoce –o conocía— por otros nombres y apodos a esos servidores públicos: policía, uniformado, genízaro, cuico, chota, agente, etcétera. Eso y más, pero no gendarme. El último personaje con estas características es tal vez el agente 777 de la cinta El gendarme desconocido, del popular Cantinflas.
¿Por qué gendarme? ¿Por qué gendarmería? Suena como a cosa del pasado. Como quiera que sea, el presidente Enrique Peña Nieto ha dado instrucciones a su secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para que éste se encargue de trabajar en la creación de lo que se denominará la Gendarmería Nacional, que vendrá a sustituir a lo que durante el reinado panista fue la Secretaría de Seguridad Pública Federal.
El cambio de nombre no es tan importante, sino los resultados que ofrezca a la población. No obstante, en otros países hay corporaciones policiacas que basan su fama en el nombre que tienen: Scotland Yard en Inglaterra, Carabinieri en Italia, Sureté en Francia, FBI en Estados Unidos, Policía Montada en Canadá. En México, con el regreso del PRI, ahora habrá Gendarmería Nacional.
La nueva dependencia es la que estará al mando del subsecretario Manuel Mondragón y Kalb, que tuvo similar cargo los últimos cuatro años en el gobierno del Distrito Federal. Claro, no es lo mismo el DF que el país entero, pero por lo menos no queda en manos de un improvisado.
De lograrse concretar el proyecto, el cuerpo policiaco será responsable de fortalecer el control territorial en los municipios con mayor inseguridad institucional debido a que la corrupción y las amenazas de muerte impiden que los policías locales cumplan con su deber debidamente. De igual forma, la gendarmería se encargará del cuidado de instalaciones estratégicas del país: los puertos, los aeropuertos y las fronteras.
Esta Gendarmería Nacional iniciará con 10 mil elementos, pero irá en aumento  conforme se capacite personal que sea más profesional y ajeno a las corruptelas. Esto último podría sonar muy ingenuo, pero es obvio que los vicios que imperen aún no van a desaparecer de la noche a la mañana. Hay que recordar que Roma no se hizo en un día. Lo importante es que se dé el primer paso.
             
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Cuando se menciona a los gobernadores de los estados más pobres del país, uno espera ver en las fotos los rostros de puros insolventes. Pero resulta que no es así: lejos de transmitir un aire de abandono, los ejecutivos de Chiapas, Guerrero y Oaxaca se ven felices y vestidos impecablemente (el oaxaqueño es el que se nota más elegante), al lado de una sonriente Rosario Robles Berlanga, flamante titular de la Sedesol.
Dicen que al mal tiempo, buena cara. Así, Manuel Velasco Coello, Ángel Aguirre Rivero y Gabino Cué Monteagudo, chiapaneco, guerrerense y oaxaqueño, respectivamente, de muy buen talante se sumaron a la que Peña Nieto denominó como Cruzada Nacional contra el Hambre, que tendrá en la Sedesol a su punta de lanza para esta empresa.
Los gobernadores colaborarán en su ámbito de competencia con la cruzada del gobierno federal mediante la instrumentación de políticas públicas de desarrollo social que disminuyan sensiblemente los problemas de hambre y pobreza que enfrenta el país. Poco antes, los gobernadores de Durango y Morelos, Jorge Herrera Caldera y Graco Ramírez, se habían sumado también a sus tres colegas para el mismo fin.
Más cornadas da el hambre, dice el refrán popular. Ya se verá si los gobernadores cumplen su promesa o si todo fue flor de un día.

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Bueno, finalmente parece que a Beatriz La sinfonola sin cable Paredes Rangel se le cumplirá el sueño (previo visto bueno del Senado de la República) de verse convertida en embajadora de México en Brasil, luego de su estruendoso fracaso como candidata del PRI a jefa de gobierno del Distrito Federal, donde Miguel Ángel Mancera le propinó tremenda paliza.
Si bien la tlaxcalteca ya había sido embajadora de México en Cuba, es obvio que su nueva encomienda diplomática es su premio de consolación después de la derrota electoral del primero de julio pasado. La verdad, merecía menos: no le sumó votos al entonces candidato presidencial tricolor en el DF, luego de aparecer como la favorita en las encuestas previas.
Me parece que Brasil es demasiado país para doña Bety, a menos que eso sea lo que le corresponda por el volumen físico que tiene. De ser así, entonces a Agustín La cama de agua Cartens le tocaría la embajada de China.

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