viernes, 28 de junio de 2013

Partidarios del presidente egipcio forman muro de contención humano

Partidarios del presidente egipcio forman muro de contención humano
  
Por Moises Saab
Imagen activaEl Cairo, 28 jun (PL) Todos los signos de la tormenta están presentes hoy aquí: un muerto en un atentado, una vigilia de apoyo al presidente egipcio Mohamed Morsi y una campaña opositora cuyos resultados y consecuencias están por ver.
En lo inmediato, los partidarios del primer magistrado tras la plegaria del mediodía del viernes, día sagrado para los musulmanes, comenzarán a concentrarse en los alrededores de una mezquita en Medina Nasser (Ciudad Nasser, en árabe) para defender la legalidad, basados en el triunfo electoral de Morsi el año pasado.

La sentada es una réplica de la concentración realizada el viernes último en la misma zona durante la cual se escucharon exhortaciones a "purgar la judicatura y la prensa".

Anoche, desconocidos tirotearon una oficina de la Hermandad Musulmana (HM, islamistas) en Zakazik, una ciudad del delta del río Nilo, en el norte, con saldo de una víctima fatal, acorde con un reporte de la Policía.

El ataque sigue a jornadas de violencia callejera en Mansoura y Sharquiya, dos ciudades también en el norte, donde el miércoles dos personas murieron y más de 200 resultaron heridas en choques callejeros entre miembros de la HM y detractores del mandatario.

En un discurso tarde en la noche del miércoles ante miles de sus partidarios en un estadio de esta capital, en el cual admitió haber cometido errores, Morsi propuso crear un comité para modificar la Constitución proclamada en diciembre pasado, pero fue calificado por sus adversarios de "muy poco, muy tarde".

Una de las incógnitas en el presente contexto egipcio es si el opositor Frente de Salvación Nacional tiene suficiente capacidad de convocatoria para movilizar una masa capaz de minar los cimientos del Gobierno.

Otra es cómo reaccionarán los partidarios de Morsi ante una situación semejante a la que obligó a renunciar hace dos años y medio al ex presidente Hosni Mubarak en la cual todos estaban de acuerdo, islamistas y laicos, pobres y ricos, además de la clase media, una convergencia inesxistente ahora.

Sin embargo, el enigma mayor radica en qué decisiones adoptará el mando de las Fuerzas Armadas frente a una crisis que sumerja al país aún más en el desconcierto y, peor aún, en una polarización política tangible a cada paso y de consecuencias a largo plazo.

tgj/msl

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