martes, 30 de julio de 2013

Oxxo en México

MÉXXICO

MÉXXICO

El 16 de julio del presente año, Fomento Económico Mexicano S.A.B de C.V. (FEMSA) inauguró en San Antonio de las Minas, Baja California, la tienda once mil de la cadena comercial OXXO, la cual forma parte de las mil treinta y siete que se quieren abrir en el país en el 2013.

FEMSA, vale precisarlo, es la más grande embotelladora de Coca Cola en América Latina y la segunda a nivel mundial, por lo que para nada resulta casual que lo que iniciara hacia 1977, en la ciudad de Monterrey, como una propuesta de FEMSA para promover sus productos de la Cervecería Cuauhtémoc, haya vivido un auge en su expansión durante el sexenio del presidente Vicente Fox (2000-2006) –quien fuera en los años noventas ejecutivo de la Coca Cola– hasta convertirse actualmente en una plaga que destroza sin piedad las modestas tiendas de abarrotes que durante años han sido el sustento de un sinnúmero de familias mexicanas. No es un fenómeno nuevo. Baste apuntar tan sólo que las tradicionales farmacias en México, en tanto negocio familiar, fueron desplazadas por las grandes cadenas del giro. (¿Será coincidencia que FEMSA haya adquirido el 75 % en la cadena de farmacias YZA, a través de su división de Comercio, la misma que controla los OXXO?). 
“Cada ocho horas inauguramos una nueva tienda OXXO en el país. […]. Pero nuestro objetivo es abrir una cada dos horas, 12 por día”. Maximilian Zimmermann, gerente de Relación con Inversionistas de FEMSA.
Pero volvamos a estos últimos. Bajo el amparo del libre comercio y de un sistema laboral que pomposamente denomina “Líder Comisionista Mercantil” a quien no es más que el simple administrador de la tienda, los OXXO maximizan sus ganancias sin que parezca importarles el costo social de su desarrollo. Cada vez que se abre un OXXO, el cual apenas si da empleo a una seis personas (el líder, dos encargados de turno y tres ayudantes de tienda), es sólo cuestión de tiempo para que decenas de familias tengan que cerrar las modestas tienditas de abarrotes cercanas al mismo con que se ganaban el sustento y convertirse en un número más de las estadísticas del desempleo y el ambulantaje, cuando no de la inseguridad. A menos que, y siguiendo el precepto de que “si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él”, el otrora dueño de una de las tantas abarroteras fagocitadas por el OXXO de turno, decida trabajar junto con su familia para el causante de su desgracia. 
Pero no vaya a creerse que con esta decisión el “Líder Comisionista Mercantil” asciende junto a los suyos su familia al Nirvana de los Negocios. Aunque por reglamento debe recibir el 3 % de comisión de las ventas (que pueden llegar a ser de seiscientos cincuenta mil pesos al mes), también por reglamento se hace cargo de los gastos que se generen en materia de salario y, por supuesto, del pago de impuestos, además de los descuentos que resulten de los faltantes encontrados en los inventarios quincenales que se les realizan, lo que viene a demostrar que los únicos que realmente se benefician con la proliferación de los OXXO son los dueños de FEMSA, ni siquiera los clientes, quienes encontraban los mismos productos a precios más baratos en la tiendita del barrio. 
No se trata satanizar a los OXXO –a los que se les pueden reconocer valores agregados en beneficio del cliente que “las tienditas de la esquina” no han podido o sabido asumir–, sino de resaltar lo desigual y salvaje de una competencia que los lleva a imperar en un mercado cuyo único regulador es la ganancia, lo que con el tiempo podría conducir a una situación de control monopólico que devendría en perjudicial para ese mismo consumidor que hoy se beneficia con la proliferación de estos establecimientos . A la fecha los OXXO ocupan el 73 % de todo el mercado de las tiendas de conveniencia y van por más: aspiran llegar a las doce mil tiendas para 2014. Es por ello que no parece mal momento para retomar la idea que hacia fines de su mandato propusiera el presidente Felipe Calderón de cambiar el nombre del país de Estados Unidos Mexicanos a tan sólo México, si bien, para que verdaderamente se corresponda con el futuro que se avecina, lo más lógico sería llamarlo de una vez por todas MÉXXICO. 
we/kg/er 
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.

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