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la muerte que viene del mar
Rusia
ha procedido en los últimos años a cambiar las armas obsoletas que
había en su Ejército con otras nuevas avanzadas y sofisticadas que han
elevado notablemente su capacidad militar. Una de ellas es el misil de
crucero Kalibr, que fue empleado el 7 de octubre por la Flota del Caspio
para atacar objetivos terroristas en Siria a 1.500 kilómetros de
distancia. Estos misiles pueden ser instalados en submarinos y buques de
superficie.
Los Kalibr tienen la capacidad de atacar buques de superficie, submarinos y objetivos en tierra. Dependiendo de la variante, los misiles Kalibr tienen una longitud de entre 6,2 y 8,22 metros y un peso que oscila entre los 1.300 y 2.300 kilogramos. Su diámetro es de medio metro. Ellos pueden recorrer distancias hasta de 4.500 kms, lo que les permite atacar blancos a larga distancia desde el propio territorio ruso.
En sus últimas versiones, los misiles Kalibr son subsónicos en casi toda su trayectoria y vuelan a muy pocos metros sobre nivel del mar para entorpecer su interceptación. Ellos aumentan esta velocidad hasta tres veces la del sonido en la fase final de su vuelo y son capaces de realizar ataques de alta precisión al ser guiados por el sistema de navegación vía satélite ruso GLONASS.
Nadie en el mundo esperaba que Rusia hiciera lo que hizo el 7 de octubre cuando tres barcos de la Flota del Mar Caspio lanzaron 26 misiles de este tipo hacia blancos en Siria. Estos misiles atravesaron el espacio aéreo de Irán e Iraq sin sufrir percances y destruyeron los blancos previstos en Siria. Durante su vuelo, ellos cambiaron de dirección 147 veces.
Fue ese día que Rusia confirmó que disponía de esa arma, que vuela, según el presidente ruso Vladimir Putin, “a la velocidad de un avión civil comercial”. Él añadió que la existencia del misil no era ya antes un secreto, pero su alta efectividad sí pareció sorprender a algunos analistas militares occidentales.
Por otro lado, dijo Putin, “ha quedado confirmado no sólo que Rusia tiene el misil sino que también posee la voluntad de utilizarlo cuando ello responda a los intereses de nuestro estado y del pueblo ruso”.
Los Kalibr tienen la capacidad de atacar buques de superficie, submarinos y objetivos en tierra. Dependiendo de la variante, los misiles Kalibr tienen una longitud de entre 6,2 y 8,22 metros y un peso que oscila entre los 1.300 y 2.300 kilogramos. Su diámetro es de medio metro. Ellos pueden recorrer distancias hasta de 4.500 kms, lo que les permite atacar blancos a larga distancia desde el propio territorio ruso.
En sus últimas versiones, los misiles Kalibr son subsónicos en casi toda su trayectoria y vuelan a muy pocos metros sobre nivel del mar para entorpecer su interceptación. Ellos aumentan esta velocidad hasta tres veces la del sonido en la fase final de su vuelo y son capaces de realizar ataques de alta precisión al ser guiados por el sistema de navegación vía satélite ruso GLONASS.
Nadie en el mundo esperaba que Rusia hiciera lo que hizo el 7 de octubre cuando tres barcos de la Flota del Mar Caspio lanzaron 26 misiles de este tipo hacia blancos en Siria. Estos misiles atravesaron el espacio aéreo de Irán e Iraq sin sufrir percances y destruyeron los blancos previstos en Siria. Durante su vuelo, ellos cambiaron de dirección 147 veces.
Fue ese día que Rusia confirmó que disponía de esa arma, que vuela, según el presidente ruso Vladimir Putin, “a la velocidad de un avión civil comercial”. Él añadió que la existencia del misil no era ya antes un secreto, pero su alta efectividad sí pareció sorprender a algunos analistas militares occidentales.
Por otro lado, dijo Putin, “ha quedado confirmado no sólo que Rusia tiene el misil sino que también posee la voluntad de utilizarlo cuando ello responda a los intereses de nuestro estado y del pueblo ruso”.
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