El
5 de junio en Diyarbakir una explosión causó cinco muertos en una
reunión electoral del Partido Democrático de los Pueblos (HDP,
prokurdo).
El 20 de julio, en Suruç, 34 personas murieron en un atentado suicida contra defensores de la causa kurda.
El 10 de octubre pasado, en Ankara, un doble atentado suicida causó la muerte de 102 personas y cientos de heridos entre manifestantes favorables a la causa kurda.
Ninguno de esos ataques ha sido reivindicado pero, según las autoridades turcas, todas llevan la huella del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
En esos tres casos, las informaciones filtradas en la prensa señalaron a un grupo de jóvenes turcos radicalizados, cercanos al EI y originarios de la misma ciudad del sureste del país, Adiyaman, donde viven unas 200.000 personas.
"Es un mismo movimiento turco-yihadista", explica una fuente diplomática occidental, "un pequeño grupo de turcos radicalizados, que combatieron en las filas del EI en Siria y que organizan operaciones por su cuenta".
Según el diario Hürriyet, los dos presuntos autores del ataque de Ankara han sido identificados. Se trata de Ömer Deniz Dündar y de Yunus Emre Alagöz, hermano de Abdurrahman Alagöz, presentado como kamikaze de Suruç.
Dündar y su hermano gemelo son viejos conocidos de la policía y de varios habitantes de Adiyaman.
"Son hermanos gemelos, de 23 o 24 años. Estudiantes que se radicalizaron y estuvieron varias veces combatiendo en Siria", dice a la AFP un amigo de la familia, Ali Ekin. "Su padre alertó varias veces a las autoridades, pero no sirvió de nada", lamenta.
El hombre fue a buscar a sus hijos a Raqa, bastión sirio del EI, y acabaron volviendo a Turquía con sus esposas. "Vivieron durante meses en la casa familiar sin que nadie considerara oportuno ir a interrogarlos", se indigna el abogado de la familia, Osman Süzen.
El reclutamiento de los hermanos Dündar no es un caso aislado en la región de Adiyaman. "El EI se ha apoyado en un núcleo duro de cinco o seis personas para enrolar a decenas de jóvenes y formar un equipo de kamikazes", asegura Ali Ekin, que niega que la ciudad sea la capital del grupo yihadista en Turquía.
"Hay células (yihadistas) en Bingöl, Konya, Sakarya, Osmaniye, y también en Estambul y Ankara", explica una fuente conocedora de la cuestión, que pide guardar el anonimato. "El EI recluta ahí entre los medios populares, familias donde la religión está muy poco presente".
Los dos hermanos Alagöz, presuntos kamikazes de Suruç y Ankara, son kurdos, precisa Ali Ekin. "Lo más difícil para esos padres cuyos críos se hicieron explotar, es que son kurdos que mataron a kurdos o prokurdos: es lo peor".
Turquía, que se opone al régimen de Damasco, ha recibido durante mucho tiempo críticas por su pasividad ante los yihadistas. Tras el atentado de Suruç, Ankara cambió, sin embargo, de estrategia y bombardeó varias posiciones del EI, en paralelo a su ofensiva contra los rebeldes del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
bat/pa/alc/gm.zm
El 20 de julio, en Suruç, 34 personas murieron en un atentado suicida contra defensores de la causa kurda.
El 10 de octubre pasado, en Ankara, un doble atentado suicida causó la muerte de 102 personas y cientos de heridos entre manifestantes favorables a la causa kurda.
Ninguno de esos ataques ha sido reivindicado pero, según las autoridades turcas, todas llevan la huella del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
En esos tres casos, las informaciones filtradas en la prensa señalaron a un grupo de jóvenes turcos radicalizados, cercanos al EI y originarios de la misma ciudad del sureste del país, Adiyaman, donde viven unas 200.000 personas.
"Es un mismo movimiento turco-yihadista", explica una fuente diplomática occidental, "un pequeño grupo de turcos radicalizados, que combatieron en las filas del EI en Siria y que organizan operaciones por su cuenta".
Según el diario Hürriyet, los dos presuntos autores del ataque de Ankara han sido identificados. Se trata de Ömer Deniz Dündar y de Yunus Emre Alagöz, hermano de Abdurrahman Alagöz, presentado como kamikaze de Suruç.
Dündar y su hermano gemelo son viejos conocidos de la policía y de varios habitantes de Adiyaman.
"Son hermanos gemelos, de 23 o 24 años. Estudiantes que se radicalizaron y estuvieron varias veces combatiendo en Siria", dice a la AFP un amigo de la familia, Ali Ekin. "Su padre alertó varias veces a las autoridades, pero no sirvió de nada", lamenta.
El hombre fue a buscar a sus hijos a Raqa, bastión sirio del EI, y acabaron volviendo a Turquía con sus esposas. "Vivieron durante meses en la casa familiar sin que nadie considerara oportuno ir a interrogarlos", se indigna el abogado de la familia, Osman Süzen.
El reclutamiento de los hermanos Dündar no es un caso aislado en la región de Adiyaman. "El EI se ha apoyado en un núcleo duro de cinco o seis personas para enrolar a decenas de jóvenes y formar un equipo de kamikazes", asegura Ali Ekin, que niega que la ciudad sea la capital del grupo yihadista en Turquía.
"Hay células (yihadistas) en Bingöl, Konya, Sakarya, Osmaniye, y también en Estambul y Ankara", explica una fuente conocedora de la cuestión, que pide guardar el anonimato. "El EI recluta ahí entre los medios populares, familias donde la religión está muy poco presente".
Los dos hermanos Alagöz, presuntos kamikazes de Suruç y Ankara, son kurdos, precisa Ali Ekin. "Lo más difícil para esos padres cuyos críos se hicieron explotar, es que son kurdos que mataron a kurdos o prokurdos: es lo peor".
Turquía, que se opone al régimen de Damasco, ha recibido durante mucho tiempo críticas por su pasividad ante los yihadistas. Tras el atentado de Suruç, Ankara cambió, sin embargo, de estrategia y bombardeó varias posiciones del EI, en paralelo a su ofensiva contra los rebeldes del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
bat/pa/alc/gm.zm
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