Derrota de Clinton aborta sus planes de guerra contra Siria
Yusuf Fernández
Durante
la campaña electoral norteamericana algunos de los asesores de política
exterior de Hillary Clinton afirmaron que ella pondría en marcha tras
su elección una revisión de la política hacia Siria dirigiendo el foco a
atacar al gobierno del presidente Bashar al Assad e imponer un cambio
de régimen, en abierta violación del Derecho Internacional. Al mismo
tiempo, ella se rodeó de un grupo de asesores belicistas que se
distinguieron anteriormente en la puesta en marcha de la guerra sucia
contra Siria.
El
papel de la propia Clinton en la invasión de Libia y el inicio de la
guerra por medio de terceros contra Siria son una muestra de su
predisposición a lanzar guerras o escalar las ya existentes. Ella era,
sin duda, la candidata de la guerra en estas últimas elecciones.
Uno
de los asesores de Clinton, el antiguo jefe de Estado Mayor y ex
funcionario de la CIA, Jeremy Bash, afirmó que EEUU provocaría una
escalada en la guerra “contra el EI y contra Assad”. Él no mencionó a
grupos terroristas como el Frente al Nusra con lo que dejó ver que
podrían ser utilizados por el gobierno de EEUU en esa estrategia de
confrontación.
Un
think tank dirigido por Michele Flournoy, antigua funcionaria del
Departamento de Defensa y probable secretaria de Estado en una
hipotética administración de Hillary Clinton, pidió explícitamente
“limitados ataques aéreos” contra el Ejército y el gobierno sirio.
Leon
Panetta, antiguo secretario de Defensa y director de la CIA, era de la
misma opinión. Él pidió ataques aéreos contra las tropas sirias para
ayudar a los “rebeldes moderados” que luchan contra el presidente sirio y
más fuerzas especiales de EEUU para luchar contra el EI y contra Assad.
Dado que dichas fuerzas tienen actualmente como misión la de luchar
contra el EI y no contra el gobierno sirio, él busco crear una confusión
añadiendo en realidad una misión nueva que era de la luchar contra el
Ejército sirio.
Significativamente,
cuando Panetta pronunció este discurso belicista en la Convención
Nacional Demócrata, fue interrumpido por los delegados que se pusieron a
corear consignas como “no más guerra”. La gran mayoría del pueblo
norteamericano favorece una guerra contra el EI, pero no una contra el
gobierno de Siria, y esto ha sido uno de los grandes obstáculos de los
halcones antisirios en EEUU a la hora de plantear un conflicto abierto
con Damasco.
Más
recientemente, Clinton y su entorno mostraron su apoyo a la creación de
una “zona de exclusión aérea” sobre Siria para impedir a los aviones
rusos y sirios atacar a los grupos terroristas. Algunos responsables
militares del Pentágono advirtieron que esto equivaldría a una guerra
abierta con Rusia y Siria. Rusia ha respondido mostrando sus músculos
mediante el despliegue de su flota y realizando pruebas de nuevos
misiles nucleares en un recordatorio a EEUU de que no debía poner a
prueba su paciencia.
Todos
estos planes han sido abortados felizmente con la derrota de Clinton.
Donald Trump, que ha manifestado su predisposición a luchar contra el
terrorismo junto con Rusia y que ha manifestado su oposición a las
políticas de cambio de régimen, adoptará previsiblemente una política
más realista y sensata que aleje el espectro de una guerra a gran escala
en Oriente Medio o incluso el mundo.
Fuente: Sitio de Al Manar en Español
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