En Oriente Medio triunfa el eje de la resistencia Irán-Siria-Líbano
El martes de la semana pasada el New York Times publicó un
artículo sobre la llegada de Michel Aoun a la Presdencia de Líbano, al
que define como un aliado fiel de Irán y Hezbollah. Es una matiz que el
periódico neoyorkino jamás mencionaría de haber sido cualquier otro el
elegido. Nunca hubiera reconocido que Hariri era un aliado fiel de
Estados Unidos.
A partir de ahí las conclusiones del New York Times son obvias cuando constata que Oriente Medio evoluciona de manera favorable a los intereses de Irán, lo que pone en relación, a su vez, con la alianza “cada vez más estrecha” entre Irán y Rusia en una región que el periódico califica como “ultraestratégica”.
Lo que el periódico no pone de manifiesto es que hay algo más. Aoun no es el aliado de Irán sino el representante de todo un movimiento que en el Líbano habían sido tradicionalmente, aliados de Estados Unidos y ahora han dejado de serlo, es decir, que los imperialistas siguen perdiendo puntos de apoyo.
Luego analiza el primer discurso que Aoun nada más tomar posesión de su cargo que, lamentablemente, no deja lugar a ninguna clase de dudas: va a defender al eje de la resistencia Irán-Siria y la política del tercer pilar de ese mismo eje, Hezbollah, no sólo en Líbano sino también en Siria.
Teniendo en cuenta la vieja rivalidad de Aoun con el padre de Al-Assad y con Siria, en general, dicha declaración merece ser tenida en cuenta porque expresa el rumbo que están tomando los acontecimientos en Oriente Medio, algo que parece irreversible.
Que el contencioso de Aoun con Siria es cosa del pasado lo ponen de manifiesto los comentarios que en las redes sociales ha suscitado el regalo que le ha hecho Al-Assad a su homólogo: un ramo de rosas gigantes.
A continuación el New York Times comenta la conversación telefónica mantenida por Aoun con su homólogo iraní unas horas después y tampoco caben ambigüedades: “Aoun aseguró a los iraníes su voluntad de hacer frente a toda amenaza procedente de los rebeldes sirios o de Israel”.
Después de su elección y de su primer discurso, Aoun también habló con Kerry, a quien le expuso que es necesaria una solución rápida a la “crisis” en Siria, para lo cual afirmó que se dispone a “lanzar una acción preventiva y disuasiva contra los terroristas takfiríes”, algo que considera como la mayor de sus prioridades.
Aoun recuerda las guerra que han enfrentado a Israel y Líbano, destacando que bajo su presidencia Líbano “no escatimará ningún medio parea liberar el resto de los territorios que están bajo la ocupación sionista”.
A partir de ahí las conclusiones del New York Times son obvias cuando constata que Oriente Medio evoluciona de manera favorable a los intereses de Irán, lo que pone en relación, a su vez, con la alianza “cada vez más estrecha” entre Irán y Rusia en una región que el periódico califica como “ultraestratégica”.
Lo que el periódico no pone de manifiesto es que hay algo más. Aoun no es el aliado de Irán sino el representante de todo un movimiento que en el Líbano habían sido tradicionalmente, aliados de Estados Unidos y ahora han dejado de serlo, es decir, que los imperialistas siguen perdiendo puntos de apoyo.
Luego analiza el primer discurso que Aoun nada más tomar posesión de su cargo que, lamentablemente, no deja lugar a ninguna clase de dudas: va a defender al eje de la resistencia Irán-Siria y la política del tercer pilar de ese mismo eje, Hezbollah, no sólo en Líbano sino también en Siria.
Teniendo en cuenta la vieja rivalidad de Aoun con el padre de Al-Assad y con Siria, en general, dicha declaración merece ser tenida en cuenta porque expresa el rumbo que están tomando los acontecimientos en Oriente Medio, algo que parece irreversible.
Que el contencioso de Aoun con Siria es cosa del pasado lo ponen de manifiesto los comentarios que en las redes sociales ha suscitado el regalo que le ha hecho Al-Assad a su homólogo: un ramo de rosas gigantes.
A continuación el New York Times comenta la conversación telefónica mantenida por Aoun con su homólogo iraní unas horas después y tampoco caben ambigüedades: “Aoun aseguró a los iraníes su voluntad de hacer frente a toda amenaza procedente de los rebeldes sirios o de Israel”.
Después de su elección y de su primer discurso, Aoun también habló con Kerry, a quien le expuso que es necesaria una solución rápida a la “crisis” en Siria, para lo cual afirmó que se dispone a “lanzar una acción preventiva y disuasiva contra los terroristas takfiríes”, algo que considera como la mayor de sus prioridades.
Aoun recuerda las guerra que han enfrentado a Israel y Líbano, destacando que bajo su presidencia Líbano “no escatimará ningún medio parea liberar el resto de los territorios que están bajo la ocupación sionista”.
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