lunes, 29 de mayo de 2017

Europa ciega ante la 'musulmanización' y la dependencia de EEUU


lahaine.org

Europa ciega ante la 'musulmanización' y la dependencia de EEUU

 

 

 

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Debido al envejecimiento de la población de la UE, actualmente se necesitan unos 2 millones de extracomunitarios como población económicamente activa
En los últimos 10 años, una Europa cada vez más vieja, se convirtió por la voluntad de sus líderes burócratas en un aliado obediente y un seguidor incondicional de la política norteamericana que la está dirigiendo hacia una Unión Europea militar bajo el mando de la OTAN.
La idea de la soberanía política y en especial, la creación de su propio Ejército europeo independiente, del cual habló con tanto entusiasmo el año pasado el presidente de la Comisión de la UE, Jean-Claude Juncker y cuya iniciativa fue apoyada por Angela Merkel y el resto de los gobernantes de 28 países, fue desechada por órdenes de Washington. El 27 de abril pasado el mismo secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, aclaró en la reunión de la alianza que "se acordó claramente por parte de la Unión Europea que su objetivo no es construir un nuevo Ejército europeo ni estructuras de mando que compitan con las de la OTAN sino algo que sea complementario con lo que hace la OTAN".
Con esta decisión, la Unión Europea confirma su estatus de mero satélite de la OTAN cuyas decisiones se toman, no en Bruselas, sino en Washington. El bastón de mando final está actualmente en manos del general norteamericano Curtis Scaparrotti — Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa, nombrado por el presidente estadounidense. Ya se sabe que en la Cumbre de la OTAN que se celebrará en Bruselas el próximo 25 de mayo y a la que asistirá Donald Trump, el general Scaparrotti hablará de su plan para el 'Teatro Europeo de Operaciones'.
El general ya anunció que "el 'Teatro de operaciones en Europa' sigue siendo crítico para nuestros intereses europeos" debido a los intentos de una "Rusia resurgente que busca subvertir el orden internacional dirigido por Occidente y así reafirmarse como un poder global". Por supuesto, el 'Occidente' para Scaparrotti es EEUU, y Europa es un simple apéndice que aceptó en silencio la premisa norteamericana de que Rusia es el principal enemigo de la Unión Europea. También los líderes de la UE aceptaron el programa del Pentágono, "The European Reassurance Initiative" (la Iniciativa europea de reaseguro) destinada a transformar Europa en la "primera linea de fuego para una confrontación con Rusia". Washington está destinando 3.400 millones de dólares para poner en marcha este plan y Bruselas tendrá que aportar 1.000 millones más.
Así se acabó la incertidumbre de hace unos dos años para definir la amenaza a la que debería responder la Unión Europea y que todavía no sabía qué estatus debería otorgar a Rusia: un país socio, aliado o adversario.
Washington logró poner fin a la indecisión europea simplemente designando a Rusia como un "enemigo" para Europa y Bruselas lo aceptó calladamente sin ninguna discusión. Actualmente, junto con EEUU, la UE está edificando un nuevo Cuartel General de la OTAN en Poznan (Polonia) para las tropas norteamericanas en ese país, Estonia, Lituania, Alemania, Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Bulgaria. Su propósito es "fortalecer el flanco oriental de la OTAN que sirve como un elemento importante para la disuasión de Rusia". A la vez, Francia manda sus tropas a Estonia y los británicos, sus tanques. La zona fronteriza de la mayoría de estos países con Rusia está llena de misiles, incluyendo los nucleares, sistemas de defensa antimisiles, radares, tanques, bombarderos y buques de guerra.
Según el general Scaparratti, todo este sistema de protección de Europa contra una posible agresión rusa requeriría también un significativo aporte financiero, además del aumento del gasto militar en los 28 países de la UE al 2% de su PBI (Producto Bruto Interno). Todo esto está sucediendo precisamente en uno de los ciclos económicos más impredecibles en la historia moderna de Europa. Su problema principal no es solamente la crisis económica sino unos drásticos cambios en la pirámide demográfica europea. Debido al envejecimiento de la población de la UE, actualmente se necesitan unos 2 millones de extracomunitarios como población económicamente activa (PEA).
Los economistas están utilizando lo que se llama 'tasa de dependencia' para medir el porcentaje de jubilados equivalente a la fuerza laboral activa. Este índice en los años 70 en Europa era alrededor del 9,7%. Resulta que actualmente la 'tasa de dependencia' en la UE es de 28,9% y que, según los pronósticos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), en 2020 alcanzaría el 32,1%, en 2030 — 40,3%, en 2040 — 48,5% y en 2050 llegaría al 52,8%. Se considera como una situación ideal económica cuando por cada nuevo jubilado entran en el mercado laboral cuatro personas jóvenes. Esto requiere que el índice de fertilidad para cada mujer en la edad reproductiva sea superior a 2,1 niños para asegurar la supervivencia de un país, pero en Europa eso está muy lejos de suceder. Actualmente la tasa promedio de nacimientos en Europa es de 1,55, en Francia está en 1,8, en el Reino Unido — 1,6, en Grecia, Italia y Alemania — 1,3 y en España y Portugal — 1,1. Solamente Irlanda mantiene la tasa de fertilidad de 2,2 bebes por mujer.
Los especialistas en economía política ya determinaron que el envejecimiento de Europa comenzó con el paso al retiro de la generación del 'Baby Boom' al superar la edad de 65 años en 2010. Las personas de esta generación nacieron en 1945 y durante los 10-20 años posteriores. La globalización logró imponer al mundo entero y en especial en Europa, el modelo económico neoliberal que había creado condiciones para prevenir la repetición del fenómeno de 'Baby Boom' para poder trasladar el proceso productivo de los países desarrollados a las naciones en el proceso de desarrollo debido al mucho más bajo costo de la mano de obra.
También se implantó en Europa un modelo familiar 'no tradicional' que actualmente está de moda y cuyos mayores representantes son varios líderes europeos. Los medios de comunicación globalizados promovieron la imagen de un líder o lideresa sin hijos o familia como representantes ideales del nuevo tipo de dirigentes que no necesitan dedicarse a la familia sino a su tarea de liderazgo. Así Angela Merkel, dos veces casada y sin hijos, fue presentada en Alemania como 'la madre de todos', 'la reina de Alemania', 'mutter beimer'.
El mismo camino siguieron el primer ministro de Italia, Paolo Gentiloni, la primer ministra británica Theresa May, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el primer ministro de Suecia, Stefan Löfven, el primer ministro holandés, Mark Rutte (que es soltero y no tiene pareja) y el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, casado con el arquitecto Gauthier Destenay. En realidad, la familia en Europa ha dejado de ser un elemento importante del marketing electoral debido a la diversificación y la desaparición del concepto de la familia tradicional en la sociedad contemporánea occidental.
Este fenómeno o esta nueva moda respecto a la familia también favoreció a la conversión de Europa en una sociedad gerontocrática con todas sus consecuencias económicas negativas. Según los economistas, Alemania, por ejemplo, para su supervivencia como motor de la economía europea necesitaría durante los próximos cinco años unos 500.000 inmigrantes anualmente. Las guerras en el Oriente Medio, desatadas por EEUU con la ayuda y colaboración activa de la UE, han sido utilizadas para abastecer a la Europa de viejos, con mano de obra fresca y joven, ansiosa de lograr su supervivencia después de pasar por los horrores de guerra.
Los líderes europeos pensaron que fácilmente podrían reparar sus problemas demográficos como lo hizo siempre EEUU, trayendo legalmente o creando condiciones sociales, económicas y políticas para la llegada de los indocumentados de América Latina y del Caribe que se asimilaban fácilmente. En el caso de los inmigrantes y refugiados procedentes de los países musulmanes, la asimilación es mucho más complicada. Los 70.000 musulmanes en Europa procedentes de Chechenia, Daguestán y otras regiones de Rusia se han resistido a la asimilación y han preservado sus costumbres y su modo de vivir.
En la Unión Europea actualmente residen más de 100 millones de musulmanes que representan ya entre la quinta y cuarta parte de la población total y se espera que para el 2050 su número alcanzaría unos 200 millones del total de 505 millones de la población proyectada. En países como Holanda y Bélgica, la mitad de los nacimientos sucede en el seno de la comunidad islámica y en el Reino Unido el nombre más utilizado para los recién nacidos es Mohamed. Hace poco el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan mandó un mensaje a los musulmanes en la UE que rezaba: "Pido a mis hermanos y hermanas musulmanes en Europa que no tengan sólo tres hijos sino cinco. Abrid más negocios, inscribid a vuestros hijos en mejores escuelas, vivid en los mejores barrios y las casas más hermosas".
Este es el futuro hacia el cual se dirige lentamente Europa, incluso se ha instalado la Ley Sharia en Londres y Viena y se viene expandiendo lentamente a Bruselas. Mientras tanto, los europeos están ‘jugando a la guerra' contra los rusos a instancia y bajo la supervisión de los iluminados halcones norteamericanos. La visita de Donald Trump a Bruselas solamente reforzará este 'juego' peligroso, pues Trump es un rehén del Estado Invisible que necesita amenazas de guerra o algunas guerras con contrincantes debilitados para no dejar de mantener su poderío militar y económico a nivel globalizado.
Europa es un simple tonto útil y un instrumento desechable en las manos norteamericanas, algo que los ciudadanos europeos se resisten a aceptar o no quieren darse cuenta.
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