El Senado de Estados Unidos aprobó ayer un proyecto de ley de sanciones contra Rusia por su supuesta injerencia en las presidenciales del 2016, el Rusiagate, en medio de investigaciones que Trump calificó de caza de brujas y a las que Putin aludió con sarcasmo en televisión.
La acción del Senado llega en medio de las investigaciones en el Congreso y el Departamento de Justicia sobre la supuesta injerencia rusa para perjudicar a la candidata del partido Demócrata, Hillary Clinton, en las elecciones de noviembre del 2016. Las investigaciones también procuran establecer la posibilidad de que el mandatario haya obstruido a la justicia en su investigación de los posibles lazos con Moscú de la campaña de Trump, lo cual, si se revela cierto, puede dar paso a un proceso de destitución del presidente.
Este contexto provocó respuestas de Trump en la red social Twitter ayer y el sarcasmo del presidente de Rusia, Vladimir Putin. Se trata de la primera tanda de sanciones contra Rusia de la era Trump, y la gran novedad es que el nuevo paquete procura limitar la capacidad de Trump de levantar restricciones, incluidas las impuestas por su predecesor, el demócrata Barack Obama, sobre el fin de su mandato. Esas sanciones de Obama, de fin de período, tuvieron toda la apariencia de ser una jugada para complicar al republicano antes de su llegada a la Casa Blanca.
En respuesta a informaciones de prensa de que el fiscal especial para analizar la posible injerencia rusa en los comicios presidenciales del 2016, Robert Mueller, lo investiga por obstrucción a la justicia, Trump reiteró que el caso es la mayor caza de brujas de la historia política de su país. “Inventaron una falsa conspiración en la historia de los rusos, encontraron cero pruebas, así que ahora van por la obstrucción de justicia en la historia falsa. Qué bien”, escribió Trump en su red social favorita, Twitter. “Ustedes están siendo testigos de la mayor caza de brujas de la historia política estadounidense - liderada por algunas personas muy malas y conflictivas”, twitteó poco después.
La información de que Mueller está investigando a Trump por obstrucción a la justicia fue difundida el miércoles por el diario The Washington Post, que citó a funcionarios sin identificar. Por su parte, el diario The New York Times, a su vez, dio la información horas más tarde. The Washington Post indicó, asimismo, que el actual director nacional de Inteligencia, Daniel Coats, y el almirante Mike Rogers, jefe de la Agencia de Seguridad Nacional, aceptaron reunirse con el equipo de investigadores del fiscal especial. El miércoles, el equipo legal del presidente Trump tachó la “filtración” al diario de “escandalosa, inexcusable e ilegal”. Mueller fue nombrado fiscal especial para el caso ruso tras el despido fulminante de Comey, quien después aseguró que Trump, antes de destituirlo, le pidió que dejara pasar las pesquisas sobre los vínculos de su ex asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, con Rusia.
Putin, en el tradicional programa anual Línea Directa con la ciudadanía, en el que responde a preguntas seleccionadas de las que le envían ciudadanos de la Federación Rusa ironizó sobre el asunto. El presidente ruso consideró “muy extraño” que, tal como declaró ante el Congreso, James Comey, el ex director del FBI, grabara conversaciones con el propio presidente sobre la injerencia rusa para luego filtrárselas a la prensa a través de un amigo, y se declaró dispuesto a otorgarle asilo político en Rusia si sufre alguna clase de persecución por ello. Más serio, Putin subrayó que Comey, en su reciente comparecencia sobre la supuesta injerencia rusa en la política estadounidense ante el Comité de Inteligencia del Senado, no aportó pruebas.
El miércoles, el fiscal general, Jeff Sessions, declaró ante la Comisión de Inteligencia del Senado en el marco de la misma investigación. El paquete de sanciones, que aún tiene que ser aprobado por la Cámara de Representantes (diputados) y por el Ejecutivo, llega tras un acuerdo bipartidista alcanzado esta semana sobre Rusia, que amplía las sanciones a los sectores de defensa e inteligencia militar de Rusia y a los responsables de ciberataques. El acuerdo da al Congreso 30 días (o 60 días si es próximo al receso de agosto) para revisar y potencialmente bloquear la acción de Trump en caso de que el mandatario decidiera levantar o relajar las sanciones contra Moscú y complica el levantamiento de sanciones ya impuestas por el anterior presidente, Barack Obama.
La legislación fue aprobada en la Cámara alta por abrumadora mayoría, 98 votos a favor y 2 en contra, pese a que la Administración de Donald Trump había insistido a los legisladores en que fueran más flexibles con Rusia. Los senadores ignoraron la advertencia del secretario de Estado, Rex Tillerson, de que la medida pone en riesgo la posibilidad de mantener un diálogo constructivo con el Kremlin, en particular en lo relativo a Siria,.
El paquete que recibió media sanción del Senado castiga a aquellos que realicen “actividades cibernéticas maliciosas” en nombre de Moscú, a personas vinculadas a los sectores de inteligencia y defensa de Rusia y a quienes suministren armas al gobierno del presidente Sirio, Bashar al Assad, entre otros. En cuanto a Irán, la ley impone sanciones a cualquier persona extranjera o entidad extranjera que haga negocios con una entidad ya designada por el gobierno estadounidense por su conexión con el programa de misiles balísticos de Irán.