domingo, 23 de diciembre de 2012

El sol de la Nueva Era, la culminación de un ciclo

El sol de la Nueva Era, la culminación de un ciclo

En Isla Mujeres, Quintana Roo, se realizaron diversas ceremonias conmemorando la llegada de una flamante etapa en el calendario maya

Patty Eversbush y Mariel Galán
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En el templo de la diosa Ixchel, en Isla Mujeres, se celebraron ritos de purificación para recibir los primeros rayos del sol el pasado día 21.

ISLA MUJERES, Q.R. 23 de diciembre— Punta Sur fue el primer lugar de la República mexicana en presenciar el amanecer del 21 de diciembre, fecha icónica que marca el final del Calendario Maya y en cuya espera el mundo entero especuló sobre el futuro del planeta y el verdadero significado de la culminación del 13 Baktún.
Este pedazo de la isla conocido como Punta Sur es el sitio más elevado de la Península de Yucatán y está ubicado en el extremo más al este de México; un hecho que le da el privilegio de recibir los primeros rayos del sol que entran al país.
En este majestuoso lugar, elevado a 20 metros sobre el nivel del mar, se ubica el templo de adoración a la diosa Ixchel (deidad de la fertilidad, el amor y la luna). Fue este escenario en donde con motivo de tan significante fecha los pobladores del lugar, así como autoridades del gobierno, la Oficina de Visitantes y Convenciones de Cancún y la empresa Dolphin Discovery organizaron un evento en el que los presentes disfrutaron de ceremonias, rituales mayas, sanaciones, fuegos artificiales y un programa de espectáculos que incluyó el concierto del maestro Armando Manzanero, orgulloso embajador de la cultura maya.
Camino al acantilado donde se oficiaron las ceremonias, hombres y mujeres que pertenecían a  comunidades mayas realizaban bailes y cantos tradicionales tematizados, por medio de los cuales purificaban el lugar con diversos rituales de copal, uno de los inciensos más utilizados por esta civilización para la limpieza y purificación interna.
Minutos después, el espectáculo comenzó con un impresionante ritual maya de iniciación en el que participaron danzantes que durante poco más de media hora tocaron, bailaron, rezaron y cantaron de acuerdo con aquello que sus antepasados mayas les enseñaron.
Vestidos con enormes penachos, ropa de manta e impresionantes atuendos bordados con plumas, los hombres mostraron gran devoción al pedirle permiso a los guardianes del lugar y adorar a la diosa Ixchel. “El objetivo de hacer este rito es que la tierra se fertilice a través de la luna y esperar los primeros rayos del sol. Es como si habláramos de una gestación y un nacimiento”, apuntó Adalberto Rodríguez Quintero, director del grupo Chak Balam.
Importantes arqueólogos y expertos en el tema que aprovecharon cualquier acercamiento de la gente para dejar claro que nada catastrófico ni apocalíptico estaba por suceder y que este cambio sólo representaba la culminación de un ciclo de cinco mil 125 años que corresponden a un lapso identificado como “el Quinto Sol”.
Según Luis Joaquín Leira Guillermo, arqueólogo investigador del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de Quintana Roo, si estuviéramos en el tiempo de los mayas prehispánicos veríamos que lo que realmente está sucediendo es la modificación de su fuente cronológica a partir de un final necesario que da paso a una nueva cuenta calendárica. Una explicación que tiene lógica a través de una Cuenta Larga que se llevó a cabo del 3 mil 114 a.C. y culminó en el solsticio del 21 de diciembre de 2012.
Después de un par de horas, el cielo estrellado (que caracteriza a la zona) se nubló para dar paso a un diluvio, acompañado de ráfagas de viento que anunciaban la posibilidad de un amanecer nublado.
Cuando los rayos del sol estaban por tocar Punta Sur, la lluvia cesó y el momento más esperado y emotivo llegó. Toda la gente se concentró en los vestigios del templo maya de la diosa Ixchel, ubicado en una elevación rocosa rodeada por un enorme acantilado con una espectacular vista al mar Caribe.
Entre sonidos de caracoles que anunciaban el ritual de bienvenida de la nueva era, el reloj marcó las 6:18 y los asistentes pudieron presenciar el momento cúspide en el que se abrieron las nubes y la primera estela de los rayos del sol iluminaron el lugar.
Después de varios años de especulaciones sobre lo que sucedería la mañana del 21 de diciembre de 2012, el alba que se apreció desde Punta Sur, Isla Mujeres, fue sin duda uno más de los hermosos amaneceres que caracterizan al Caribe mexicano, dejando en claro que para nuestros ancestros mayas este día no significaba el fin del mundo, sino verdaderamente el inicio de una nueva era.  
2012-12-23 01:37:00

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