jueves, 15 de agosto de 2013

Las falsas revelaciones del subdirector de la CIA

Las falsas revelaciones del subdirector de la CIA

Майкл Морелл

Las declaraciones del subdirector de la CIA, Michael Morell, relacionadas con la caída de Asad han tenido el mismo efecto que la explosión de una bomba. Ahora se temen las consecuencias de sus palabras y algunos piensan incluso que podrían ocasionar serias amenazas para la seguridad de EEUU.

Y es que, pocos esperaban que alguien de los servicios secretos norteamericanos fuera a aseverar que el futuro más probable de Siria sin Asad no será un Estado democrático, estructurado según los cánones occidentales, sino más bien el epicentro del terrorismo islámico internacional. Algunos medios de difusión se apresuraron a definir la declaración de Morell de “clarividencia”. Sin embargo, ¿cabe apresurarse? Y es que la experiencia de las observaciones de la cooperación de EEUU con sus terroristas y rebeldes “títeres” induce a poner en tela de juicio la sinceridad de la inquietud expresada por Michael Morell.
Peter Koenig, execonomista del Banco Internacional, quien dedicó muchos años al estudio de los métodos de manipulación de los medios de comunicación, empleados por las estructuras políticas y financieras occidentales, comentaba así para La Voz de Rusia las declaraciones del subdirector de la CIA:
—Si tomamos en cuenta el contexto de esta “confesión” salta a la vista la mentira que entraña. Pues, la CIA controla secretamente, y dirige, la mayor operación en el mundo de suministro de armas de Libia a Siria. La oposición siria recibe armamento moderno a través de Turquía, de Emiratos Árabes, de Qatar y de otros Estados del golfo. Ello supone el arma que sea, solo que no de EEUU para ocultar las fuentes de suministro y de financiamiento.
Es evidente que EEUU se empeña a su vez en convencer a la comunidad internacional de que combate el terrorismo aunque, en los hechos, lo financia y se ocupa de su pertrechamiento técnico.
Peter Koenig añade que la “revelación de Morell” dista de ser el primer caso en que las autoridades de EEUU han debido reconocer que sus coqueteos con organizaciones terroristas han conducido a resultados deplorables:
La exsecretaria norteamericana de Estado Hillary Clinton en un arrebato de sinceridad reconoció en 2011 algo que la BBC había ya declarado hacía muchos años, a saber, que EEUU había creado Al Qaeda para ayudar a combatir la Unión Soviética en Afganistán. Sin embargo, Al Qaeda había escapado de todo control, control que había que restablecer, concluía la diplomática.
Aquello llevó a una situación paradójica y contradictoria. Por ejemplo, EEUU respaldó la operación militar de sus marionetas francesas contra los hombres de Al Qaeda en Malí, a la vez que el Pentágono armaba y apoyaba a la oposición siria, integrada en su mayoría por miembros de Al Qaeda contratados por la CIA.
Peter Koenig plantea que todas las acciones de EEUU encajan en la concepción del denominado “Nuevo Siglo Norteamericano”, muy entrañable para Washington, al margen de la militancia partidista:
La declaración de Michael Morell, recogida porThe Wall Street Journal, constituye un intento más de confundir y de distraer la atención mundial de los planes de EEUU para derrocar a Asad. Según el proyecto del “Nuevo Siglo Norteamericano” cuyo cumplimiento está llegando a su término, prácticamente, Siria debe caer, al igual que Irán, independientemente de los argumentos y de las conversaciones. La única manera de salvar a los pueblos de Siria y de Irán consiste en la injerencia de Rusia y, posiblemente, de China. Tal intervención puede provocar el colapso de todo el proyecto norteamericano. Las acciones poderosas y consecuentes de estos dos países, y lo que sería mejor aún, de toda la comunidad del grupo BRICS pueden, muy rápidamente, destruir hasta los cimientos y planes expansionistas de EEUU sin una sola gota de sangre.
En realidad, ¿qué sentido tiene prestar atención a declaraciones de espías norteamericanos, en busca de sinceridad y de “clarividencias” que simplemente no pueden existir? Los países del BRICS pueden dar a entender a EEUU que la cantidad de sus bonos del tesoro, comprados por China, Rusia, la India, Brasil y Sudáfrica podría disminuir bruscamente si Washington no cesa la política del “terrorismo dirigido” y del “caos controlado”. Tal perspectiva infausta inducirá sin falta a los líderes norteamericanos a pensar en las consecuencias de sus acciones. EEUU no puede darse el lujo de estropear las relaciones con sus acreedores extranjeros principales. Si Washington no reacciona a la diplomacia y a las normas del derecho internacional, ¿valdría quizás la pena aplicarle medidas económicas?
sb/sk/sm
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.

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