Osiris explorará el asteroide Bennu
Foto: EPA
A
nivel de expertos se comenta que la idea de realizar un desembarco de
astronautas en un asteroide para 2025 sugerida por el presidente de
EEUU, Barack Obama, ya no es tan popular en el contexto de otros proyectos espaciales relacionados con los esteroides.
En
septiembre de 2016, el cohete estadounidense Atlas 5 provisto del motor
ruso RD-180 debe arrancar con un aparato explorador hacia el asteroide
Bennu. En dos años más, el explorador Osiris-Rex (Origins Spectral
Interpretation Resource Identification Security Regolith Explorer) se
aproximará a ese asteroide de quinientos metros de diámetro y lo
sobrevolará en busca de un lugar adecuado para tomar muestras. Luego, se
quedará colgado sobre el mismo y, usando un manipulador, sacará de
sesenta o dos mil gramos del suelo de Bennu para para traerlo a la
Tierra. En 2023, la cápsula con las muestras volverá a nuestro planeta.
El
objetivo de la misión es estudiar la composición química del asteroide,
o sea realizar algo así como un “viaje en el tiempo”, porque las
muestras seguramente contendrán huellas de materia orgánica y otras
sustancias del sistema solar en su etapa de formación. Otra tarea es
comprobar hasta qué punto puede ser rentable el uso de asteroides como
fuentes de metales raros, como oro, radio o platino. Asimismo se
estudiarán las variaciones lentas de la órbita de Bennu producto del
efecto Yarkovski, o sea causadas por una fuerza de cientos de gramos que
actúa sobre el asteroide en rotación debido a su calentamiento
irregular por el Sol. ¿Será esto es tan importante? Sí, porque Bennu
figura en la lista de cuerpos celestes potencialmente peligrosos para la
Tierra: hay una pequeña probabilidad de que colisionen dentro de ciento
sesenta y nueve años.
La
misión de Osiris es un paso lógico en la exploración del sistema solar,
observa el director ejecutivo de proyectos espaciales del Fondo
Skolkovo, el astronauta Serguéi Zhúkov:
—Jamás
aprenderemos a explorar el sistema solar sin apartarnos de las
inmediaciones de la Tierra. La estrategia correcta consiste en combinar
misiones tripuladas y no tripuladas. Para de esta forma estudiar algo.
Los astronautas deber seguir la ruta de los aparatos no tripulados.
Primero, los equipos exploran un cuerpo celeste, de pronto dejan algunas
herramientas en su superficie, y luego llegan los astronautas.
En
los últimos años, están surgiendo muchos proyectos con respecto a los
esteroides. Se propone colonizarlos o al revés atomizarlos creando una
barrera de polvo para los rayos solares, lo que permitiría ralentizar el
calentamiento global. Se sugiere acarrear un asteroide hasta la órbita
lunar (también con un cohete Atlas 5 provisto de un motor RD-180) para
luego enviar una misión tripulada hacia el mismo, tal como lo propone el
presidente estadounidense. Cabe señalar que todavía no se ha encontrado
un asteroide adecuado para realizar esta idea. Tiene mucho adversarios
en el Congreso de EEUU. Además, la jefatura de la NASA tampoco es
unánime en esta cuestión, acota el redactor de la revista Noticias de cosmonáutica, Ígor Afanásiev.
—Esta
propuesta supone un cambio del actual programa de vuelos tripulados de
la NASA. El objetivo todavía no está definido. Pero una de las posibles
tareas es acarrear el asteroide a las cercanías de la Tierra para que
una expedición terrestre pueda desembarcar en el mismo. La NASA sigue
dubitativa. Es complicado, porque la tarea es muy extraña.
Según expertos, la misión de Osiris puede modificar los planes de la NASA, si resulta un éxito.
Las
muestras que se pretende traer desde Bennu no serán las primeras que
lleguen a la Tierra. En 2010, regresó una cápsula con centenares de
partículas de polvo recogidas por el aparato japonés Hayabusa en la
superficie del pequeño asteroide Itokawa. Para 2014, los japoneses
planean estudiar otro asteroide con el explorador Hayabusa-2
tecnológicamente mucho más avanzado. El tiempo dirá cuál de los
proyectos es mejor y si la toma de muestras debe encomendarse a una
máquina o a una persona que en tal caso arriesgaría su vida.
nv/as/er
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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