viernes, 12 de agosto de 2016

La batalla decisiva en Siria pone en riesgo a 1,5 millones de personas

La batalla decisiva en Siria pone en riesgo a 1,5 millones de personas

Las fuerzas del gobierno y los rebeldes se enfrentan por el control de Aleppo y amenazan a los civiles, según la ONU
Viernes 12 de agosto de 2016
En Aleppo, los civiles se acostumbraron a caminar en lugares devastados
En Aleppo, los civiles se acostumbraron a caminar en lugares devastados. Foto: Reuters
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ALEPPO.- Después de más de cinco años de guerra en Siria y 290.000 muertos, las fuerzas del gobierno de Bashar al-Assad y los rebeldes libran la batalla crucial por el control de Aleppo, el ex corazón económico del país, que amenaza la supervivencia de 1,5 millones de civiles asediados entre los frentes de combate.
Del resultado de los enfrentamientos en la gran ciudad del Norte puede depender el futuro del país. Si los rebeldes lograran expulsar a las fuerzas gubernamentales, Siria se dirigiría previsiblemente hacia la partición.
La ONU pidió una urgente "pausa humanitaria" para enviar ayuda a la población, pero las fuerzas del régimen y las rebeldes siguen concentrando tropas para una ofensiva general.
Estas últimas semanas hubo intensos combates dentro y en los alrededores de esta ciudad dividida en barrios controlados por los insurgentes en el Este y en zonas progubernamentales en el Oeste.
El régimen de Al-Assad se apoderó el 17 de julio pasado de la ruta Castello, la principal vía de suministro de los rebeldes situada al nordeste de la ciudad. Las fuerzas insurgentes, compuestas de soldados rebeldes y grupos islamistas, quedaron aisladas y cercadas junto con 250.000 civiles.
Sin embargo, el sábado pasado rompieron el cerco, se apoderaron de una gran parte del distrito gubernamental de Ramusa, en la periferia sur de Aleppo, y cortaron, además, la principal ruta de abastecimiento de los barrios progubernamentales.
El avance generó un nuevo asedio a los barrios occidentales, donde residen 1,2 millones de personas.
Para Al-Assad y sus aliados, la conquista de Aleppo cimentaría, en cambio, su posición en la segunda ciudad en importancia del país, que de nuevo pasaría a estar bajo control del gobierno.
En plena escalada de los combates en zonas urbanas, la ONU sostuvo ayer que la situación humanitaria es cada vez más acuciante.
El organismo exige un alto el fuego de 48 horas, así como corredores seguros para que las organizaciones humanitarias puedan hacer llegar suministros a Aleppo.
"El tiempo apremia. La ayuda para la población que está sufriendo es insuficiente. Los civiles de ambas partes están en peligro", dijo en Ginebra el enviado especial a Siria de la ONU, Staffan de Mistura.

Alerta

Por su parte, el experto de la ONU en ayuda humanitaria Jan Egeland alertó que hay millones de personas que podrían morir en toda Siria. "Es desolador que debido a los combates no se pueda ayudar a millones de personas", dijo.
"Los chicos se están desangrando en este mismo instante en que nosotros estamos conversando. Las próximas horas serán decisivas para decidir si mueren o sobreviven", agregó Egeland.
Unicef alertó del peligro que corre la vida de unos 100.000 chicos en los barrios rebeldes del este de la ciudad, cuyas familias dependen para sobrevivir del agua no potable de pozos que pueden estar contaminados por materias fecales.
Las agencias humanitarias internacionales están enviando en la actualidad camiones cisterna con agua para atender a unas 325.000 personas en los distritos occidentales controlados por el régimen de Al-Assad.
En tanto, activistas sirios denunciaron ayer un nuevo ataque con gas cloro perpetrado supuestamente por las fuerzas del régimen, que causó por lo menos tres muertos.
El activista Mohammed Jaled sostuvo que una mujer y dos chicos de una misma familia murieron anteanoche y otras 50 personas sufrieron síntomas de asfixia por un ataque con gas cloro en la zona de Al-Zabdiya, en el sur de Aleppo.
De acuerdo con la fuente, helicópteros del ejército sirio lanzaron cuatro barriles de gas cloro sobre esa área, controlada por los milicianos rebeldes.
Desde Ginebra, Staffan de Mistura afirmó que la agencia competente de la ONU está investigando el incidente. "Si ocurrió, es un crimen de guerra y, como tal, requerirá que todos aborden este asunto inmediatamente", subrayó.
El canciller francés, Jean-Marc Ayrault, expresó su preocupación por el supuesto ataque. "Condeno fuertemente todos los ataques contra la población civil, aún más cuando se emplean armas químicas", dijo Ayrault.
Por su parte, la organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) pidió ayer al Consejo de Seguridad de la ONU que investigue los ataques aéreos contra hospitales en Siria. En las últimas dos semanas se registraron seis ataques a instalaciones médicas en Aleppo e Idlib de las fuerzas de seguridad del gobierno sirio o de aviones rusos, indicó un informe de HRW.
"Los ataques contra hospitales se están convirtiendo en una rutina en Siria, pero hasta el momento no hemos visto que se haga ninguna investigación ni se lleve a los culpables ante la justicia", señaló el representante de HRW, Nadim Houry.

Muere una británica de EI

Una de las tres adolescentes británicas que conmocionaron a la opinión pública del país el año pasado al huir a Siria para unirse a Estado Islámico (EI) murió durante un bombardeo en Raqqa, informó ayer la cadena ITV.
Kadiza Sultana tenía 16 años cuando abandonó su casa en el barrio londinense de Bethnal Green, y aprovechó unas vacaciones escolares, en febrero de 2015, para viajar a Turquía y cruzar la frontera siria junto con dos amigas, Shamina Begum y Amira Abase, ambas de 15 años entonces.
Agencias DPA, EFE y AFP

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