sábado, 27 de abril de 2013

El “Bloque Negro” niega autoría de los disturbios del sábado

El “Bloque Negro” niega autoría de los disturbios del sábado

La Alianza Anarquista Revolucionaria –que integra a las organizaciones Bloque Negro, Colectivo Autónomo Magonista, Coordinadora Estudiantil Anarquista, Escarlata Revoltosa, Grupo Anarco Comunista, Grupo Bandera Negra, Juventud Libertaria y La Llama de la Libertad– reconoció haber participado en las manifestaciones convocadas en la capital del país por la llegada de Enrique Peña Nieto a la Presidencia de la República, pero negó contar “con la capacidad para articular, organizar o conspirar una protesta de la envergadura del 1 de diciembre” y, por el contrario, atribuyó las confrontaciones con la policía como un “legítimo ejercicio de autodefensa” instrumentado por el “proletariado mexicano, que manifestó enérgicamente su descontento con el regreso del PRI y lo que eso representa”.
A través de un comunicado, difundido en su página en Facebook, la también conocida como Alianza Revolucionaria Libertaria afirmó que “las declaraciones del Gobierno del DF, que señala abiertamente al movimiento anarquista en general, y a ciertas organizaciones en particular (como responsables de los disturbios), no corresponden a la realidad con la que se desarrollaron los hechos”, lo que calificó como una táctica para “criminalizar” a estas agrupaciones.
Pese a ello, la Alianza Anarquista consideró que “las acciones de sabotaje y la confrontación directa con las fuerzas policiacas” del sábado –y que según cálculos empresariales dejaron daños por 25 millones de pesos en el Centro Histórico del DF–, fueron “legítimas medidas de defensa que se desarrollaron en el curso de la manifestación, de manera espontánea”, ante las agresiones de los cuerpos de seguridad pública que, desde un inicio, lanzaron “proyectiles metálicos de gas lacrimógeno y balas de goma que apuntaban directamente a los manifestantes (…) y fue ante estas agresiones que los sectores sociales ahí convocados comenzaron a desplegar tácticas de legítima autodefensa, al ir en aumento la tensión, la rabia, la impotencia y el descontento generalizado”.
Sin embargo, destaca el comunicado, estas acciones “en ningún momento fueron premeditadas por los anarquistas“, en quienes las autoridades “encuentran el chivo expiatorio ideal, al cual atribuirle el origen de los episodios insurreccionales, desestimando y reduciendo las manifestaciones de descontento de la clase trabajadora a simples actos de vandalismo provenientes de grupos aislados”.


La táctica anarquista
Los grupos que conforman la Alianza Anarquista Revolucionaria no son colectivos clandestinos y, por el contrario, han basado su actividad reciente en actividades públicas (básicamente foros de debate, los más recientes en noviembre pasado), y también abiertamente han manifestado su postura en favor de lo que denominan formas “contundentes” de protesta.
En septiembre pasado, durante la segunda Convención Nacional Contra la Imposición –encuentro de grupos inconformes con el regreso del PRI a la Presidencia, realizado en Oaxaca–, el bloque de organizaciones anarquistas presentó un posicionamiento en el que expresaba que “no podemos seguir nuestro camino por el sendero de la civilidad, ante la violencia del Estado”, y proponía desplegar “la máxima cantidad de recursos que históricamente han utilizado los movimientos sociales”.
Como ejemplo del tipo de tácticas a emplear contra la asunción de Enrique Peña Nieto, los anarquistas pusieron la toma de la capital oaxaqueña de 2006, instrumentada por la APPO y la sección 22 de la CENTE, en confrontaciones directas con la Policía Federal Preventiva, “la gesta heroica del pueblo oaxaqueño –subrayaron– nos demostró cómo debe darse una lucha real y frontal ante el despliegue de la fuerza y el terror del Estado. ¿Cómo pretendemos frenar la imposición con acciones simbólicas, flores y cantos?”.
Por ello, durante ese encuentro de organizaciones civiles, los colectivos anarquistas se definieron “en oposición al ciudadanismo y a la civilidad que niegan el conflicto existente en la sociedad, homogeneizando a la población y negando la división entre explotados y explotadores”, y criticaron a otros grupos, particular mente a #YoSoy132, “que pretenden marchar por el el sendero de la legalidad”.
Este viernes, a las 10:00 horas, la Alianza Anarquista Revolucionaria, junto con la agrupación Cruz Negra Anarquista, darán una conferencia de prensa para ampliar su postura en torno a los disturbios del sábado, y refutar las acusaciones en su contra.
La otra opción
El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que agrupa a víctimas de la violencia de todo el país, llamó ayer a investigar a profundidad la presunta participación de “grupos de choque parapoliciales” en los disturbios del sábado, y señaló que “no estamos dispuestos a permitir estas prácticas represivas que tanto lesionaron a nuestra sociedad en años pasados”.
En un comunicado emitido por la tarde, la agrupación civil, encabezada por el poeta Javier Sicilia, reconoció que “la violencia estructural ha llevado a miles de personas a una condición de desesperanza, sin embargo, pedimos a todos y todas que sigan dando oportunidad a la paz, a la palabra y a las acciones de resistencia no-violenta”.
Además, el Movimiento por la Paz se sumó a la exigencia de liberación de todas las personas detenidas durante las confrontaciones con la policía, ante las denuncias de que se trataron de “detenciones arbitrarias cometidas no sólo contra muchos ciudadanos que se manifestaban pacíficamente, sino también de otros que nada tenían que ver con la protesta”.
“Nosotros y nosotras –concluye el mensaje de las víctimas de la violencia– conocemos bien el dolor, la rabia y la impotencia que causa la injusticia y la impunidad, por eso, hoy abrazamos y caminamos con los y las detenidas, con las personas que resultaron heridas y con sus familiares.”

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