El exilio, fuente de crisis diplomática entre EEUU y Rusia
Fotо: EPA
Ahora es la Casa Blanca la que reacciona
decepcionada por el estatus de exiliado temporal que el Gobierno de
Moscú ha otorgado al excolaborador de la CIA Edward Snowden, quien según
su país ha traicionado al Gobierno de EEUU al revelar informaciones
secretas inherentes a la Seguridad Nacional, creando de paso una crisis
diplomática a gran escala a EEUU con países que son socios comerciales y
aliados estratégicos. Todo esto justo en el momento en el que se habían
disipado las reacciones por los conflicto derivados de los llamados
“WikiLeaks”.
Alexánder Isáievich Solzhenitsin fue un
escritor e historiador ruso, premio Nobel de Literatura en el año 1970.
Era matemático y físico y sirvió al Ejército soviético desde el año 1941
hasta el año 1945, en el cuerpo de transporte y oficial artillero. Tras
su participación en la batalla de tanques más grande de la historia (la
batalla de Kursk) fue detenido en febrero del 1945 por emitir opiniones
antiestalinist as y condenado a ocho años de trabajos forzados y al
destierro perpetuo.
En la cárcel escribió su primera novela El círculo,
en la que relata los sufrimientos de los excombatientes de la Gran
Guerra Patria. Esta y las sucesivas obras de este prolífico escritor
fueron proscritas en aquella época por el Gobierno de Stalin. Tras ser
liberado de la cárcel, pero aún condenado al destierro perpetuo, sirvió
como maestro de matemáticas en Vladímir y Riazán, en el corazón de Rusia
donde llevaba una vida normal. Allí escribió la novela Un día en la vida de Iván Denísovich,
en el año 1962, cuando el estalinismo se eclipsaba en la URSS, dando
paso el XX Congreso del PCUS, dirigido por Nikita Jruschov, a una nueva
etapa de relanzamiento del Soviet Supremo.
El autor de la famosa obra Archipiélago Gulag,
que es un análisis del sistema de prisiones soviético, terrorismo y de
la policía secreta, contiene matices irónicos y un laberinto de
tragedias y atrocidades de un Estado enfrentado a su propio pueblo en
una lucha demencial por controlar hasta la cantidad de aire que entra y
sale de los pulmones de cada ciudadano. Los ciudadanos eran presos de
confianza y en el gulag, hacia 1936, había una colonia penitenciaria de
aproximadament e cinco millones que a la muerte de Stalin había llegado a
cuarenta o cincuenta millones en las ergástulas de la URSS.
El laureado escritor viajó a EEUU en 1975 donde se estableció como exiliado. Allí siguió escribiendo su novela Lenin en Zúrich y
se convirtió en el portavoz de más importancia en contra de la
revolución soviética que a la vez criticaba duramente a Occidente.
Cuando
cae el muro de Berlín y termina la guerra fría volvió a su patria, ya
disuelta la URSS, en el nacimiento de la Federación de Rusia. Regresa en
el año 1994 donde fue recibido como un héroe nacional, recobrando su
nacionalidad. El 3 de agosto del año 2008 muere en su residencia de
Moscú, velado en la sede de la Academia de las Ciencias de Rusia. Esto
fue un acontecimiento que desde los Urales hasta el mar Báltico
consternó a la sociedad postsoviética, quienes desfilaron en masa frente
al féretro y el hoy presidente, Vladímir Putin, rindieron homenaje a quien fue el mayor crítico del régimen comunista.
El
Gobierno de la Federación de Rusia ha decidido, haciendo uso a sus
prerrogativas soberanas, darle asilo temporal a Edward Snowden y esto no
significa que el Gobierno ruso se solidariza con sus pronunciamient os
ni que apoya su deslealtad al Gobierno norteamericano, sino que está
actuando dentro de los cánones del derecho internacional y cumpliendo
con un aspecto humanitario, pues en toda parte del mundo donde hay
establecida la pena de muerte esta es la condena en primera instancia
que merecen los traidores a la patria y, en un grado de conmiseración de
la justicia norteamericana, la cadena perpetua.
El enfado del Gobierno del demócrata Barack Obama
es atendible y comprensible, pues ningún presidente puede reaccionar
con indiferencia diplomática ante lo que se considera un crimen contra
su patria, sin embargo, tiene que ponerse en la perspectiva inversa y
saber que, desde los inicios de Revolución cubana, esa gran nación que
es EEUU, la más demócrata del planeta, ha servido de reserva a
desertores cubanos, algunos por razones políticas otros por razones
económicas y los que más por el deseo que comparten los habitantes del
tercer mundo: emigrar a los EEUU atraídos por “el sueño americano”.
Además
huelga decir que el asilo tiene una larga historia: se inició con
carácter religioso para delincuentes y desde hace mucho tiempo solo está
contemplado para políticos y personas que son susceptibles de represión
por sus ideas en su país de origen, además de los aspectos de carácter
humanitario que se mezclan en estos casos y obligan a los países a
considerarlo como un derecho humano de carácter universal.
ws/kg
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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