Por Martin Hacthoun
Buenos
Aires, 1 ago (PL) Mientras bloques de derecha reacomodan estrategias e
intensifican la ofensiva pública contra el gobierno argentino, el
flamante frente opositor UNEN de la centro-izquierda muestra ya fisuras
en una campaña electoral en la que se definen posiciones.
La contienda se encamina primero a las elecciones primarias internas
del 11 de agosto, que definirán los candidatos a los comicios
legislativos del 27 de octubre en los que se renovará la mitad de la
Cámara de Diputados y un tercio del Senado.
Bajo el lema de "si
no les ganamos ahora, se quedan 10 años más", el empresario candidato a
diputado nacional Francisco De Narváez ha lanzado una feroz campaña
mediática y publicitaria especialmente contra la presidenta Cristina
Fernández.
El millonario jefe del Frente Unión por la Libertad y
el Trabajo (FULT) ha montado carteles por la Capital Federal y
localidades de la provincia de Buenos Aires en la que llama "Ella o vos;
yo voy con vos".
Da Narváez buscó fallidas alianzas primero con
Mauricio Macri, gobernador de la capital y cabeza de la derechista
Propuesta Republicana (PRO), y después con el intendente de Tigre Sergio
Massa, quien fuera jefe del Gabinete de Cristina Fernández y ahora es
su enemigo político que busca una banca en el Congreso.
Massa
rechazó unir su Frente Renovador con el FULT de De Narváez, y este lo
recrimina cada vez que puede, e incluso lo tilda de "falso oficialista y
un falso opositor"; sin embargo, ya el intendente de Tigre se definió
como abierto y marcado adversario de su antigua jefa y del Frente para
la Victoria (FpV).
Incluso, los jerarcas del PRO, como Macri y
su primo Jorge, candidato por Buenos Aires por ese bloque derechista,
reiteraron un acuerdo encubierto entre el PRO y el tinglado de Massa
encaminado a "trabajar juntos en la provincia para ponerle un límite a
los Kirchner".
Jorge Macri, quien es intendente del distrito
bonaerense Vicente López, insistió en que el objetivo de la alianza
PRO-Frente Renovador es que "pierda el kirchnerismo".
Pero al
dejar sentado su oposición y evidenciarse sus lazos con la derecha,
Massa perdió el apoyo de un grupo importante de líderes peronistas que
se les unieron en un principio.
La alianza UNEN, un conglomerado
de pequeños bloques de centro-izquierda, creado de forma circunstancial
para la ocasión, más el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT)
también están bien definidos en su fuerte oposición a la presidenta y
su FpV.
En el actual contexto político argentino podría
parafrasearse "todos contra una y una contra todos" a partir de la
máxima del ilustre Alexandre Dumas en su novela Los Tres Mosqueteros.
Pero UNEN no da fe a su nombre y la propia naturaleza, temperamento e
intereses disímiles de sus líderes lo ha llenado de fisuras. El FIT, de
la extrema izquierda, mantiene mayor cohesión, pero sus posibilidades
sobre el terreno electoral son realmente muy escasas.
lac/mh |
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