La
demanda acusa a los sicólogos James E. Mitchell y John Jessen de
desarrollar un programa de interrogatorios que incluyó golpizas,
privación del sueño, hambre, ahogo simulado y otros métodos que causaron
sufrimiento físico y sicológico a los prisioneros en manos de la CIA,
según reseña este martes el diario digital Politico.
La acusación sigue a la presentación hace 10 meses de un informe del Senado según el cual las prácticas de interrogatorio afectaron a los prisioneros de al-Qaeda mucho más de lo permitido por los límites legales sin proporcionar datos decisivos.
Interpuesto en un tribunal federal en el estado de Washington, el pedido aborda el caso de tres prisioneros de la CIA, Gul Rahman (muerto por las torturas), Suleiman Abdullah Salim y Mohamed Ahmed Ben Soud, ambos ya libres.
La acción legal fue interpuesta atendiendo el amparo del Estatuto de Agravios a Extranjeros, el cual permite a no ciudadanos demandar en tribunales estadounidenses por violaciones a los derechos humanos.
Según la ACLU los sicólogos desarrollaron un programa para la CIA que se inspiró en experimentos de la década de 1960 con perros y la teoría de la indefensión adquirida.
Mitchell y Jessen se desempeñaron como contratistas independientes para la CIA, formaron una empresa que recibió pagos por 81 millones de dólares y en abril de 2007 empleaban directamente a 11 de los 13 interrogadores utilizados por la agencia, plantea ACLU.
Los acusados conspiraron con la CIA para torturar a estos tres hombres y muchos otros, dijo Steven Watt, abogado del Programa de Derechos Humanos de ACLU, en un comunicado.
Afirmaron que su programa estaba basado científicamente, seguro y probado, cuando en realidad no era ninguna de esas cosas. El programa era ilegal y sus métodos bárbaros. La psicología es una profesión de curación, pero Mitchell y Jessen violaron el código ético de no hacer daño con algunas de las formas más aberrantes imaginables, puntualizó el letrado.
Salim, uno de los sobrevivientes, dijo que la terrible experiencia en manos de la CIA aún lo persigue. “Todavía tengo recuerdos, pero he aprendido a lidiar con ellos con un psicólogo que trata de ayudar a la gente, no les hará daño”, indicó.
La acusación sigue a la presentación hace 10 meses de un informe del Senado según el cual las prácticas de interrogatorio afectaron a los prisioneros de al-Qaeda mucho más de lo permitido por los límites legales sin proporcionar datos decisivos.
Interpuesto en un tribunal federal en el estado de Washington, el pedido aborda el caso de tres prisioneros de la CIA, Gul Rahman (muerto por las torturas), Suleiman Abdullah Salim y Mohamed Ahmed Ben Soud, ambos ya libres.
La acción legal fue interpuesta atendiendo el amparo del Estatuto de Agravios a Extranjeros, el cual permite a no ciudadanos demandar en tribunales estadounidenses por violaciones a los derechos humanos.
Según la ACLU los sicólogos desarrollaron un programa para la CIA que se inspiró en experimentos de la década de 1960 con perros y la teoría de la indefensión adquirida.
Mitchell y Jessen se desempeñaron como contratistas independientes para la CIA, formaron una empresa que recibió pagos por 81 millones de dólares y en abril de 2007 empleaban directamente a 11 de los 13 interrogadores utilizados por la agencia, plantea ACLU.
Los acusados conspiraron con la CIA para torturar a estos tres hombres y muchos otros, dijo Steven Watt, abogado del Programa de Derechos Humanos de ACLU, en un comunicado.
Afirmaron que su programa estaba basado científicamente, seguro y probado, cuando en realidad no era ninguna de esas cosas. El programa era ilegal y sus métodos bárbaros. La psicología es una profesión de curación, pero Mitchell y Jessen violaron el código ético de no hacer daño con algunas de las formas más aberrantes imaginables, puntualizó el letrado.
Salim, uno de los sobrevivientes, dijo que la terrible experiencia en manos de la CIA aún lo persigue. “Todavía tengo recuerdos, pero he aprendido a lidiar con ellos con un psicólogo que trata de ayudar a la gente, no les hará daño”, indicó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario