La generosidad de China puede causar una nueva crisis financiera mundial
La generosidad de China puede causar una nueva crisis financiera mundial
/
Reuters
En las últimas décadas, China se ha convertido en
un centro de inversiones para las economías emergentes, sobre todo para
los grandes proyectos de infraestructura en América Latina, y en algunos
casos, Pekín ha asumido una parte del riesgo. La profesora de la
Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Carmen Reinhart, sostiene que esta
"generosidad" del gigante asiático puede provocar una nueva crisis
financiera mundial.
"Si bien no hay dos crisis financieras idénticas, todas tienden a compartir algunos síntomas reveladores", escribe la profesora en un nuevo artículo para elportal 'Project Syndicate'.Entre estos síntomas, Reinhart enumera "una importante desaceleración en el crecimiento económico y de las exportaciones, la anulación de los auges de precios de activos, un creciente déficit fiscal y de cuentas corrientes, el aumento de apalancamiento, la reducción o reversión de la entrada de capitales".
"En diversos grados, las economías emergentes están mostrando ahora todo esto", sentencia la analista.
No obstante, también pueden estar experimentando "otro síntoma común de una crisis inminente, que es mucho más difícil de detectar y medir: deudas ocultas", prosigue la autora del artículo, que considera que "la gran pregunta de hoy es dónde se esconden las deudas de economías emergentes".
Durante el auge de este tipo de inversiones China financió grandes proyectos de otros países, a menudo relacionados con la minería, la energía y la infraestructura, recuerda Reinhart.
Sin embargo, explica la experta, el volumen exacto de estos préstamos se desconoce, ya que una gran parte de ellos provino de los bancos de desarrollo de China que no están incluidos en los datos recopilados por el Banco de Pagos Internacionales (la fuente global principal de dicha información), ni tampoco en las bases de datos del Banco Mundial. Incluso cuando estos datos existen, deben interpretarse con cuidado, agrega.
En opinión de Reinhart, aunque las deudas de las economías emergentes parecen moderadas para los estándares históricos, es probable que estén siendo subestimadas.
"Si es así, la magnitud de la actual reversión de los flujos de capital que están experimentando las economías emergentes puede ser mayor de lo que generalmente se cree, y potencialmente lo suficientemente grande para desencadenar una crisis", asevera la analista.
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