El
diario The Washington Post ha dedicado dos editoriales en los últimos
días a regañar a dos importantes figuras internacionales: el Papa
Francisco y el presidente de EE.UU. Barack Obama.
La causa para ambas reprimendas es la misma: Su comportamiento hacia Cuba.
Al Pontífice el periódico de la capital estadounidense le reprochó haberse reunido con el líder histórico de la Revolucón cubana, Fidel Castro, “pero no con algún miembro de la comunidad disidente”. A Obama TWP lo reprende por reunirse con el presidente cubano Raúl Castro luego de que este pidiera ante la ONU el fin del bloqueo norteamericano a Cuba y la devolución del territorio que EE.UU. ocupa en Guantánamo; para el Post lo primero está en el rango de lo “políticamente difícil” y lo segundo de “lo imposible”.
Si algo parece haber molestado al Post es la insistencia del canciller cubano Bruno Rodríguez en que Obama utilice sus facultades ejecutivas para modificar efectivamente el bloqueo. Pero si el diario se siente en la necesidad de orientar editorialmente a sus lectores sobre ese tema es precisamente por el impacto que en la opinión pública norteamericana logró la denuncia cubana durante los seis días que el presidente de la Isla permaneció en Nueva York en posicionar mediáticamente una idea: “el bloqueo está intacto”.
La realidad es que TWP, y las posiciones que este representa en el tema Cuba, después de dos semanas de éxito diplomático cubano, primero con la visita del Papa a la Isla y luego con el viaje de Raúl a Nueva York, han quedado bastante cuestionados.
La frustración porque ni el Papa ni Obama hayan asumido para hablar con Cuba la agenda de la extrema derecha de Miami, tan cercana a TWP, lleva al Post a titular su segundo editorial “La relación de un solo lado con Cuba”, reclamando al presidente estadounidense colocar en las negociaciones entre ambos países y en sus pronunciamientos públicos temas internos, de la exclusiva competencia de los cubanos.
Cuba no bloquea económicamente a EE.UU., no ocupa ilegalmente una porción de su territorio, no viola su espacio radioléctrico con transmisiones de radio y televisión ni financia a grupos de estadounidenenses para que modifiquen el régimen político establecido en su país. Por eso las reclamaciones cubanas no pueden tener una respuesta similar desde Washington, porque la política estadounidense hacia Cuba ha sido así, de “un solo lado”, sin tomar en cuenta a los cubanos de la Isla pero sí a los sectores que The Washington Post representa: la extrema derecha cubanoamericana, creada por esa misma política que se va quedando cada vez más aislada en EE.UU. pero a la que TWP ha decidido acompañar en sus lamentos. Gracias a tan importante medio de prensa por confirmar estas dos semanas de victorias.
Fuente: Cuba Ahora
La causa para ambas reprimendas es la misma: Su comportamiento hacia Cuba.
Al Pontífice el periódico de la capital estadounidense le reprochó haberse reunido con el líder histórico de la Revolucón cubana, Fidel Castro, “pero no con algún miembro de la comunidad disidente”. A Obama TWP lo reprende por reunirse con el presidente cubano Raúl Castro luego de que este pidiera ante la ONU el fin del bloqueo norteamericano a Cuba y la devolución del territorio que EE.UU. ocupa en Guantánamo; para el Post lo primero está en el rango de lo “políticamente difícil” y lo segundo de “lo imposible”.
Si algo parece haber molestado al Post es la insistencia del canciller cubano Bruno Rodríguez en que Obama utilice sus facultades ejecutivas para modificar efectivamente el bloqueo. Pero si el diario se siente en la necesidad de orientar editorialmente a sus lectores sobre ese tema es precisamente por el impacto que en la opinión pública norteamericana logró la denuncia cubana durante los seis días que el presidente de la Isla permaneció en Nueva York en posicionar mediáticamente una idea: “el bloqueo está intacto”.
La realidad es que TWP, y las posiciones que este representa en el tema Cuba, después de dos semanas de éxito diplomático cubano, primero con la visita del Papa a la Isla y luego con el viaje de Raúl a Nueva York, han quedado bastante cuestionados.
La frustración porque ni el Papa ni Obama hayan asumido para hablar con Cuba la agenda de la extrema derecha de Miami, tan cercana a TWP, lleva al Post a titular su segundo editorial “La relación de un solo lado con Cuba”, reclamando al presidente estadounidense colocar en las negociaciones entre ambos países y en sus pronunciamientos públicos temas internos, de la exclusiva competencia de los cubanos.
Cuba no bloquea económicamente a EE.UU., no ocupa ilegalmente una porción de su territorio, no viola su espacio radioléctrico con transmisiones de radio y televisión ni financia a grupos de estadounidenenses para que modifiquen el régimen político establecido en su país. Por eso las reclamaciones cubanas no pueden tener una respuesta similar desde Washington, porque la política estadounidense hacia Cuba ha sido así, de “un solo lado”, sin tomar en cuenta a los cubanos de la Isla pero sí a los sectores que The Washington Post representa: la extrema derecha cubanoamericana, creada por esa misma política que se va quedando cada vez más aislada en EE.UU. pero a la que TWP ha decidido acompañar en sus lamentos. Gracias a tan importante medio de prensa por confirmar estas dos semanas de victorias.
Fuente: Cuba Ahora
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