México.- El TPPeor, un TLCAN recargado
por
CEPRID
Alfredo Acedo
CIP Américas
Negociado a puerta cerrada—clandestinamente, diríase—la
Asociación Trans-Pacífico (TPP por sus siglos en inglés), significa la
venta final de México a las corporaciones multinacionales, en otras
palabras, tocarle Las Golondrinas a lo que queda de la soberanía
nacional y eliminar cualquier posibilidad de recuperar la soberanía
alimentaria.
Mientras la ONU celebra este 16 de octubre el Día
Mundial de la Alimentación y La Vía Campesina conmemora el Día de Acción
Global por la Soberanía Alimentaria en contra de las corporaciones
transnacionales, organizaciones campesinas e indígenas en México
repudiaron el nuevo acuerdo comercial y se preparan para demandar al
Senado de la República el rechazo a la firma del TPP, el cual—en su
opinión—debería ser sometido a consulta pública.
Pequeños y medianos productores integrantes de la Unión
Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) y de
El Barzón aseguraron en sendos comunicados que el TPP agravaría aún más
la dependencia del exterior al imponer condiciones que volverían
imposible la soberanía alimentaria.
Las corporaciones trasnacionales y un puñado de
políticos tecnócratas y grandes empresarios son quienes han participado
en las negociaciones “en lo oscurito”. Aunque no hay acceso a los
documentos del acuerdo, es obvio que el proceso ha sido desarrollado de
una manera sigilosa con el fin de garantizar los intereses de la élite
económica global, en contra de las sociedades y naciones involucradas.
Los borradores filtrados indican que se trata de un acuerdo comercial
peor que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El TPP, como el TLCAN, no es comercio ni “libre
comercio”. No se trata de bajar barreras arancelarias. Estos acuerdos
abordan más la creación y extensión de privilegios para las
corporaciones multinacionales. Permiten a estas empresas colocarse por
encima de los gobiernos, de las leyes y decisiones judiciales para
evitar impactos negativos en sus inversiones. Se convierten así en una
amenaza para el medio ambiente, la soberanía alimentaria, la salud
pública y otros derechos de la población.
Precisamente, la principal preocupación de expertos y de
los productores del campo mencionados es que las leyes soberanas y los
sistemas judiciales de los países signatarios de tratados como el TLCAN y
el TPP, quedan subordinados a tribunales establecidos por los acuerdos,
sin garantías ni derecho al debido proceso, sometidos a cortes más
favorables a las empresas privadas que al interés público.
“La mayoría de la gente estaría en peores condiciones
como resultado del acuerdo. Peor aún, las disposiciones del TPP que
fortalecen y alargan las patentes y la protección del derecho de autor,
tendrían un impacto en la distribución del ingreso. No es una
exageración cuando los opositores al TPP se refieren al acuerdo como la
‘toma del poder por las trasnacionales’”, asegura el experto Mark
Weisbrot, del Centro para la Investigación Económica y Política.
De acuerdo con los estudios del Programa de las
Américas, a México le fue bastante mal en los primeros 20 años de TLCAN.
“Desde que el acuerdo entró en vigor en 1994, el crecimiento anual per
cápita del país se estanco en un promedio de solo 1.2 porciento—una de
las más bajas del hemisferio. Su salario real ha disminuido y el
desempleo ha incrementado, escribió su directora Laura Carlsen en el New
York Times. También generó desempleo y pérdida de salario en Estados
Unidos.
En este contexto, destaca Weisbrot, “Las lecciones del
TLCAN son una gran parte de la razón por la que el gobierno de Obama
tendrá tantos problemas para conseguir la aprobación del TPP en el
Congreso. Los defensores del TPP también han aprendido del TLCAN: por
eso el contenido del nuevo acuerdo ha sido mantenido en secreto a través
de todo el proceso de negociaciones”.
Para la UNORCA, México y sobre todo el medio rural está
siendo víctima de un nuevo atropello de dimensiones mayúsculas y casi
nadie está poniendo atención debido a los múltiples problemas y crisis
en curso. “Está en puerta otra peligrosa traición del gobierno de
México”, afirmó su dirigente nacional Olegario Carrillo.
El común de la gente nunca ha oído hablar del TPP, y la
mayoría de quienes han escuchado sobre él no saben qué es exactamente.
Eso no es casualidad. Una enorme cantidad de personas de varios países a
uno y otro lado del Océano Pacífico, incluido México, va a ser
gravemente afectada y no se le ha pedido su opinión ni ha sido
consultada la ciudadanía sobre el tema.
El TPP contiene 30 capítulos, que incluyen temas como
medio ambiente, medidas sanitarias, acceso a mercados, reglas de origen,
obstáculos al comercio, defensa comercial, competencia, compras
públicas, servicios, inversiones, comercio electrónico,
telecomunicaciones, servicios financieros, propiedad intelectual,
cuestiones laborales, entre otros. Incorpora además los llamados temas
horizontales: coherencia regulatoria, competitividad, desarrollo y
pequeñas y medianas empresas. Y a nivel industrial, el acuerdo involucra
las áreas automovilística, textil, farmacéutica y agrícola.
Según Beatriz Plaza y Gorka Martija, del Observatorio de
Multinacionales en América Latina, los puntos clave del acuerdo son:
Prohibición de etiquetado obligatorio para los productos transgénicos.
Protección de patentes y derechos de autor, (incluido un sector tan
sensible como los medicamentos genéricos, favoreciendo a las
trasnacionales farmacéuticas mediante el reforzamiento de la propiedad
industrial).
Reconocimiento mutuo de numerosas regulaciones, lo cual implica la
aplicación de aquellas menos garantistas y más beneficiosas para los
intereses de las corporaciones.
Detrimento de la contratación pública en favor de la
privatización (reducción en la compra de productos locales en pro de
productos internacionales).
Regulaciones ambientales (se pactan asuntos relacionados con energía
nuclear, contaminación y sostenibilidad).
Y desregulación financiera.
En efecto, no se trata de comercio, no se trata de
“libre mercado”; se trata de poder y control. El poder desplazado cada
vez más lejos de los pueblos, y acaparado por una clase reducida de
magnates y accionistas de las corporaciones trasnacionales que están por
encima hoy más que nunca de gobiernos y naciones.
El TPP crea un sistema de tribunales comerciales
internacionales que permitirá a las empresas trasnacionales ignorar y
anular las leyes nacionales de cualquier país miembro. Son tribunales
extrajudiciales, es decir, su autoridad se encuentra fuera y por encima
de los sistemas nacionales de justicia. Sus integrantes no son electos y
no tienen que rendir cuentas a los ciudadanos.
Las leyes que estarán sujetas a este nuevo acuerdo son,
entre otras, el derecho a la alimentación, la propiedad intelectual
(patentes), seguridad e inocuidad de alimentos, subsidios, normas
ambientales, y prácticamente cualquier regulación que afecte los
negocios de las corporaciones. Los cambios en este configuración
institucional y legislativo tendrán un impacto mayor en el acceso a
alimentos suficientes y sanos por parte de la población mexicana, y en
particular, los sectores más empobrecidos.
Si un país aprueba una ley para proteger a sus
ciudadanos, para garantizar la calidad de los alimentos o para reducir
la contaminación, la multinacional que se vea afectada puede llevar el
caso a esos tribunales. Las sentencias serán vinculantes. No importa que
la gente haya votado a sus legisladores y aprobado sus propias leyes.
“Rechazamos tajantemente la participación del gobierno
de Enrique Peña Nieto en la negociación de estos acuerdos secretos a
favor de las trasnacionales y en contra del pueblo de México”, expresó
la UNORCA.
El gobierno mexicano, que se sumó a las negociaciones
cuando estos ya habían llegado a algunos acuerdos y que se sometió a los
intereses del gobierno de EEUU y las trasnacionales, hace referencia a
los supuestos beneficios que se conseguirán con la firma del TPP. El
presidente Enrique Peña Nieto lo llamó en un tuit, “acuerdo de
vanguardia con el que México fortalece su integración comercial con el
mundo” como si la integración en si mismo fuera un beneficio. Agregó:
“El Acuerdo de Asociación Transpacífico se traducirá en mayores
oportunidades de inversión y empleo bien remunerado para los mexicanos”.
Para desmentirlo, sólo tendríamos que vernos en el
espejo del TLCAN. A 21 años de su entrada en vigor, el campo es un
desastre. Su aportación al PIB se ha ido decreciendo, la migración del
campo a las ciudades y a los Estados Unidos ha alcanzado niveles
alarmantes y se ha mantenido estancada la economía con un promedio de 2%
de crecimiento anual, reducido a cero por el aumento poblacional y la
cifra es peor para el sector agrícola. La dependencia alimentaria del
país ha llegado a 42 por ciento, según datos oficiales.
Por su parte, El Barzón asegura que en la mayoría de las
regiones el TLCAN no ha generado crecimiento del empleo mientras que el
crecimiento de las exportaciones confinadas a un sector reducido de la
producción ha descansado en mano de obra barata, empleos precarios y en
un aumento de componentes e insumos importados tanto en la agricultura
como en las manufacturas.
Tratados nefastos para el campo
En la actualidad México tiene firmados 11 Tratados de
Libre Comercio con 46 países, 32 Acuerdos para la Promoción y Protección
Recíproca de las Inversiones (APPRIs) con 33 países y 9 acuerdos de
alcance limitado (Acuerdos de Complementación Económica y Acuerdos de
Alcance Parcial) en el marco de la Asociación Latinoamericana de
Integración (ALADI).
O sea, por tratados no paramos, y esta es la prueba de
que estos acuerdos no son la solución a la crisis de la producción
agroalimentaria, ni el despegue de la economía del país sino el rescate
de la planta productiva nacional para poder aprovechar la relación
comercial con otros países en condiciones más equitativas.
“Se presume mucho que los productores mexicanos
entraremos en contacto con 700 millones de consumidores. En la
actualidad los tratados ya nos permiten llegar a más de 500 millones de
consumidores, sin embargo, la debilidad de la planta productiva nacional
y la existencia de una estructura monopólica en los mercados
nacionales, han impedido que nuestro país llegue a niveles mejores de
desarrollo”, considera El Barzón.
El TPP no sólo no aportará ninguna solución sino que
afectará de manera severa a los productores de arroz, trigo, leche y
carne y profundizará la dependencia alimentaria de México, además de
llevar a la destrucción y a la quiebra a miles de productores y regiones
enteras del país.
Igual que en el TLCAN, el sector agropecuario será uno
de los más afectados pues tanto en arroz, carne, leche y trigo nuestro
país ha sufrido el desplome de su producción con el aumento de las
importaciones lo cual nos ha convertido en un país absolutamente
dependiente del exterior.
El TPP y las condiciones sobre las cuales se realizará
la apertura total de la desgravación de aranceles nos llevará a la
práctica desaparición de los productores pequeños y medianos que se
encuentran aún ligados a estos productos y a estas regiones del país.
En realidad el TPP sólo traerá beneficios para las
empresas mexicanas que ya tienen presencia multinacional. Así los únicos
favorecidos serán el grupo Visur a partir de la empresa Su Karne, las
empresas Lala y Alpura, la empresa Bimbo y el grupo Gruma, pues su
crecimiento y presencia internacional se ha logrado a partir de la
dominancia de los mercados nacionales y de los grandes apoyos que
reciben en materia fiscal, de financiamientos y recursos presupuestales
del gobierno.
Veamos algunos de los impactos en cada producto:
Arroz
En México sólo quedan 3, 800 productores de arroz y
somos dependientes en un 80% de las importaciones para cubrir el consumo
nacional. La apertura indiscriminada que se está proyectando en el TPP y
los plazos tan cortos para desgravación arancelaria provocará la ruina
de estos productores y la afectación grave en los estados de Nayarit,
Michoacán, Veracruz y Morelos, entre otros. Frente a la enorme potencia
de Vietnam que produce 28 millones de toneladas o Japón con 7.9 millones
de toneladas, ¿qué haremos con las 232 mil que producimos en México?
Trigo
Hoy en día México padece una dependencia de
aproximadamente 70% del consumo de trigo pues sólo tiene capacidad de
producir al año 3.6 millones de toneladas. Estados Unidos produce casi
60 millones de toneladas anuales, altamente subsidiados por el estado.
Ha sido esta relación desventajosa lo que ha llevado prácticamente a
desaparecer a los productores nacionales de trigo.
Las nuevas ventajas que el TPP daría a Estados Unidos y
Canadá afectarían de manera severa a Sonora, Baja California,
Guanajuato, Sinaloa, Chihuahua y Jalisco donde los productores cada día
sufren la falta de apoyo gubernamental y el crecimiento de los costos de
producción.
Carne y leche
La participación de Nueva Zelanda, la desgravación
arancelaria y los plazos tan cortos van a destruir a miles de
productores, con una dependencia del 49.6% de importaciones de las
cuales 90% provienen de Estados Unidos, 5% de Nueva Zelanda y 1.5% de
Canadá.
En el caso de la carne, el 87% de las importaciones
provienen de Estados Unidos, el 11% de Canadá. EU tiene una producción
de 11.05 millones de toneladas. En México hay 1.5 millones de
productores de carne, con una producción de 1.8 mdt, siendo los
principales estados productores: Veracruz, Jalisco, Chiapas, Sinaloa,
Sonora, Baja California, San Luis Potosí y Michoacán.
Finalmente, los pequeños y medianos productores reiteran
su condena a la secrecía y la clandestinidad con la que se han llevado a
cabo estas negociaciones y manifiestan su inconformidad porque sólo
algunos líderes del Consejo Nacional Agropecuario y representantes de
las grandes empresas agroalimentarias del país fueron tomados en cuenta.
Varias organizaciones campesinas han hecho un llamado a
todos los afectados por el TPP a sumar esfuerzos para movilizar a la
población y evitar que se imponga el interés de las grandes
corporaciones agroalimentarias.
Exigieron que el Senado no actúe como oficialía de
partes del ejecutivo, sino que analice en detalle y responsablemente
este acuerdo. Y demandaron un debate con todos los sectores involucrados
y una consulta pública nacional vinculante.
Alfredo Acedo es un periodista Mexicano y
el director de comunicaciones para el Unión Nacional de Organizaciones
Regionales Campesinas Autónomas. Escriba sobre la agricultura, la
soberanía alimentaria y la organización de campesinos, la biodiversidad,
y los políticos Mexicanos.
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