EE.UU. acusa al Gobierno ruso de ciberataques para favorecer a Trump en las elecciones
Por el contrario, no ha habido filtraciones de documentos o emails que resultaran perjudiciales para el candidato Donald Trump, que hasta la fecha ha destacado por su agresividad hacia prácticamente todos los países del mundo -aunque sean aliados de EEUU- con la sola excepción de Rusia. En diciembre pasado, Trump declaró que es “un gran honor” recibir elogios del presidente ruso, Vladimir Putin.
El candidato republicano también ha declarado que no irá en ayuda de los Países Bálticos si éstos son atacados por Rusia, pese a que son miembros de la OTAN, y ha negado que Rusia se haya anexionado Crimea, en Ucrania. En julio, el jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, tuvo que dimitir por sus vínculos -que podrían ser ilegales- con el ex Gobierno prorruso de Ucrania, que fue derrocado en febrero de 2014.
Así se deduce de de un documento conjunto de los servicios de espionaje estadounidenses en los que se declara textualmente que “la comunidad de inteligencia de EEUU tiene el convencimiento de que el Gobierno ruso ha dirigido” los recientes ciberataques a “personas e instituciones” estadounidenses. El documento conjunto del Departamento de Seguridad Interior y la Oficina del Director Nacional de Inteligencia declara que “basándonos en el alcance y lo sensible [de la información robada], creemos que solamente autoridades del máximo nivel en Rusia podrían haber llevado a cabo estas actividades”.
En anuncio llega justo cuando el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ha declarado su intención de difundir más información de la campaña de Clinton en las próximas semanas, y en vísperas de un nuevo debate entre Hillary y Trump, mañana domingo. El protagonista de la mayor filtración de WikiLeaks, el ex espía estadounidense Edward Snowden, está en Moscú, con estatus de refugiado político.
En el pasado, EEUU ha acusado a países de llevar a cabo ciberataques. El caso más famoso -y casi surrealista- fue el de Corea del Norte, que atacó las redes de la empresa de entretenimiento estadounidense, aunque de capital japonés, Sony Pictures, como represalia por la comedia cinematográfica The Interview, en la que se satirizaba al dictador de ese país, Kim Jong-un. Pero otra cosa muy diferente es que Estados Unidos acuse formalmente a un país de interferir en sus asuntos internos, como es el caso. Es algo que no tiene precedentes, y que sitúa la tensión entre Washington y Moscú a un nivel que no se conocía desde la Guerra Fría.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario