sábado, 16 de diciembre de 2017

El botín de las notarías, otra cara de la corrupción


contralinea.com.mx

El botín de las notarías, otra cara de la corrupción

 

Álvaro Cepeda Neri *

I. Tiene al menos la edad del PRI, que antes de irse con lo que han robado, los desgobernadores entregan notarías a sus amigos, para constituir una pandilla que “da fe” de los negocios que tienen cautivos. Las entregan como trofeos. Como la mala yerba –pues aparecen de la noche a la mañana sexenal–, en cada esquina hay una, porque a cambio de un millonario soborno el desgobernador en turno las subasta (y luego no quiere Enrique Peña que echemos pestes, maldiciones y mentadas). Resulta que en su entrega hay complicidad de favores, entre el desgobernador que las otorga y quienes reciben esa presea para dar fe pública con tarifas a precio de “un ojo de la cara” para quienes tienen que recurrir a ese requisito. Y salvo en la capital del país –donde se obtienen por concurso–, en las 31 entidades ha sido un botín. Y ha llegado la hora de que el Congreso de la Unión reglamente su ley, para poner un alto a esa corrupción. Un cálculo somero arroja que hay unas mil notarías por entidad.
II. Pero por ejemplo, Peña y Eruviel Ávila en el Estado de México dieron a sus amigos más de 2 mil durante sus sexenios. Y son las preferidas en las contrataciones por las administraciones públicas. Pero no dan fe de la corrupción de los funcionarios, porque son parte de ella. Es un ejército de notarios al mejor postor sin reglamentación para su funcionamiento, por lo que son libres de hacer lo que les venga en gana. Y cobrar por estampar su firma. Incluso las notarías se pueden heredar o dejar en otras manos, como muchos que se vuelven funcionarios y tienen ese guardadito que es una mina; pues sus facultades son enormes cuantitativamente, ya que eso de dar fe pública es un amplio abanico de servicios. Son las notarías un cáncer: se multiplican por obra y gracia de los desgobernadores que cada ciclo sexenal reparten autorizaciones como confeti entre los cuates con título de abogados. Quienes las entregan y quienes vorazmente las reciben, constituyen la otra cara de la pervertida corrupción. Unos y otros comparten el abuso del poder público, al fin y al cabo nadie les pide cuentas y por esto roban y disponen a su antojo de esas facultades del sistema despótico que priva en el sistema burocrático-administrativo.
III. Notarías al por mayor como regalos de los desgobernadores a sus amigos y para armar sus particulares intereses; aunque ni por eso abaratan sus servicios y autoritariamente se manejan con tarifas elevadísimas. Notarios que en las ciudades se dan ínfulas de prepotencia, como si hubieran obtenido sus licencias por méritos profesionales. Son una agrupación mafiosa, donde el “padrino” gangsteril es el desgobernador en turno, obsequiando títulos como dádivas. Cada desgobernador o desgobernadora, para despedirse, entrega al por mayor notarías. Y los premiados de inmediato colocan letreros para anunciar que tienen el poder de su firma para dar fue pública a quienes necesiten contratar sus servicios. Así que es urgente reglamentar esa dispendiosa facultad para desaparecer esa putrefacta cara del poliedro de la corrupción.
cepedaneri@prodigy.net.mx

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