lunes, 19 de noviembre de 2018

Crece la rebelión social en Francia contra el aumento de los combustibles


kaosenlared.net

Crece la rebelión social en Francia contra el aumento de los combustibles


Por Kaos. Internacional
Tras la masiva marcha del sábado, que dejó una persona muerta, el domingo continuaron las manifestaciones y los cortes de ruta. Nuevos enfrentamientos con la policía. Ya son hay más de 150 detenidos.

Los Chalecos Amarillos franceses, que protestaban inicialmente el sábado contra el alza de combustibles, continuaron con sus bloqueos de rutas el domingo y amenazan con transformarse en desobediencia civil. La movilización de 280.000 personas del sábado se extendió al domingo y al menos 40.000 personas se desplazaron. Desde su inicio han dejado una manifestante muerta, 409 heridos, entre ellos 28 policías, y 157 detenidos.
Los heridos se producen por enfrentamientos con las fuerzas del orden o por incidentes con ciudadanos que no quieren atravesar los bloqueos, los manifestantes se lo impiden y los automovilistas se los llevan por delante. Una conductora que llevaba a su hija al hospital se llevó por delante a una manifestante jubilada de 63 años, que nunca había participado en la manifestación causándole la muerte, en Savoie. Se encuentra bajo control judicial.
En una acción espectacular el domingo, Disneyworld fue bloqueada por los manifestantes. Instalaron sus barreras en el estacionamiento del lugar y bajo la vigilancia de la policía, bloquearon siete de los nueve accesos y permitieron el acceso gratuito de los visitantes. El precio del parking en Disneyworld es 30 euros la hora.
La empresa Vinci, que controla autorutas y peajes, dijo que hubo “una intensificación de las manifestaciones”, que incluye bloqueos de peaje, estaciones de servicios e incluso supermercados cerrados por precaución. Contabilizaron al menos 50 acciones en las grandes autopistas. ”Operación peaje gratuito” fueron las acciones del domingo de los manifestantes. Las autoridades recomendaron a la población no salir a la carretera si no era absolutamente necesario.
La protesta ha superado el alza de combustibles para una parte de la población que vive en pequeños pueblos y debe recorrer en automóvil varios kilómetros para ir a trabajar, o hacer las compras o visitar un hospital. Es el poder de compra perdido, el aumento de impuestos sin fin, la desertización sanitaria en amplias zonas de Francia porque los médicos no quieren instalarse contra lo que protestan.
El este del país, la Costa Azul y Normandía fueron las zonas más perturbadas por los bloqueos. El alcalde republicano de Troyes, el ex ministro de economía François Baroin llamó al gobierno “a escuchar este mensaje de alerta profunda” que representa la manifestación de los Chalecos Amarillos. ”No se puede hacer como si nada hubiese pasado. Los Chalecos Amarillos no es otra que la clase media que está en plena interrogación sobre su futuro, sobre su poder de compra. Ellos piden a Emmanuel Macron que escuche. Espero que los escuche”, dijo, tras llamar” a trabajar en el plano fiscal, los impuestos, que deben bajar” .
Los testimonios de estos “nuevos pobres” son tremendos. Evelyn acompañó los bloqueos en Saint Gervais La Foret. Después de haber trabajado toda su vida en una farmacia mayorista, ella gana con su jubilación 1100 euros al mes. “Tengo un pequeño coche diésel con 120.000 kilómetros. Ahora me quieren hacer creer que contamina más que los aviones, los yates y todos los que ellos me hacen pagar como contribuyente. La comida no deja de aumentar y hasta comprar una torta el fin de semana se ha convertido para mi en un lujo”, protesta.
Sin sindicatos que los respalden, sin creer en los partidos, los Chalecos Amarillos quieren ser escuchados por sus penas, por su abandono y no por su ideología. Se sienten las víctimas de las élites, que están lejos de sus vidas cotidianas y gobiernan para “la metrópoli”, con “ambiciones de ecologistas de ciudad, que nunca pusieron un pie en el campo ni vieron como crece una planta”.
Llenar el depósito subió de 45 a 65 euros y los Chalecos amarillos deben recorrer hasta 80 kilómetros diarios para llegar a sus trabajos. Con un salario que ni supera los 1.300 euros mensuales, necesitan al menos 350 euros para el coche.

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