sábado, 20 de abril de 2013

El represor Dauahare ni fue preso político ni es el honor militar encarnado

El represor Dauahare ni fue preso político ni es el honor militar encarnado

Ricardo Alejandro @RicardoAlex1974 sáb 20 abr 2013 08:08
Para hablar respecto a lo ocurrido al señor Tomas Ángeles Dauahare, primero quisiera comentar lo que sigue a manera de ejercitar un poco la memoria histórica y poder sustentar mi dicho al respecto:
“Dauahare con justa razón señala de aberración las figuras del arraigo y los testigos protegidos y de habérsele violado sus derechos humanos y el debido proceso…Pero en su momento, este señor echó mano discrecionalmente de estas figuras para perjudicar a militares y civiles cuando tuvo poder y sin recato alguno, violándoles sus debidos procesos y sobre todo sus derechos humanos SIN RECATO ALGUNO y enarbolando la trillada y cínica frase que solo los COBARDES emiten: SI MI GENERAL SECRETARIO LO ORDENA, ESTÁ BIEN.”
Vayamos por partes y por casos en donde este señor está involucrado como VICTIMARIO:
Caso General Brigadier José Francisco Gallardo Rodríguez
Es de dominio público lo ocurrido con este general: su detención ilegal y arbitraria, el que le hayan fabricado más de 18 delitos que ni cometió ni comprobaron pero que aun así se le sentencio a más de 20 años de cárcel cuando el Código de Justicia Militar estipula que cuando son delitos no graves, su pena no debe rebasar más de 14 años de prisión ordinaria, pues los delitos que le intentaron fabricar sin éxito no eran graves.
Hablamos de un general que en su carrera militar alcanzó un número de condecoraciones, además de las de perseverancia, se le impuso la del mérito militar por sus acciones contra el narcotráfico y sin ser diplomado de Estado Mayor, alcanzó el grado de general brigadier a los 40 años de edad POR MÉRITO PROPIO, siendo considerado el general brigadier más joven de México en tiempos de paz.
Todo empieza cuando este general, aunque teniendo la oportunidad de ingresar a la Escuela Superior de Guerra para engrosar la élite clasista de los diplomados de Estado Mayor, opta por ingresar a la máxima casa de estudios en México: la UNAM.
En dicha casa de estudios como oficial de Caballería, realiza la licenciatura en ciencias políticas y administración pública, tiempo después y ya como general brigadier, realiza su maestría, pero en la tesis que elaboró para obtener ese grado académico, denuncia las arbitrariedades cometidas por el Ejército contra sus propios elementos y contra civiles, el título de la tesis es “La necesidad de un ombudsman militar”.
Aunque las leyes y reglamentos militares NO prohíben que el personal militar exprese sus ideas en libros o publicaciones y a pesar de que el general Gallardo nunca insultó a nadie, simplemente relató sus vivencias como cadete, oficial, jefe y general dentro del ejército, cosa que constitucionalmente, militarmente y legalmente NO CONSTITUYE DELITO NI DIFAMACIÓN ALGUNA fue arbitrariamente detenido y amenazado de muerte él y su familia, al grado de que lo llevaron a “pasear” en avión para amedrentarlo en el sentido de tirarlo al vacío y así ejecutarlo por no someterse a la cúpula mandante en el ejército: los diplomados de Estado Mayor.
 Finalmente fue confinado en la prisión del campo militar número uno, y en juicio que se dio en 1998 fue sumariamente sentenciado a 28 años de prisión por delitos que nunca cometió y que le fabricaron tan desesperadamente, delitos que por su clasificación no son graves, y aun así le echaron más de 20 años cuando el código de justicia militar, entre las consecuencias de la sentencia sumaria que se le hizo, fue despojado ilegalmente de su grado militar y tiempo en filas, siendo trasladado (después de estar en prisión desde noviembre de 1993) de la prisión militar al centro de readaptación social del Bordo en Nezahualcóyotl donde paso tiempo hasta su liberación en el 2002.
Sus flamantes verdugos: Enrique Cervantes Aguirre, Tomas Ángeles Dauahare, Marcial Rafael Macedo de la Concha y el fiscal en turno contra el general Gallardo: el mayor de justicia militar y licenciado Gerardo Salazar Bolaños.
Violando no solo sus derechos humanos de Gallardo, no solo también amenazando y acosando a sus familiares y a quien osara defenderlo, también se le violó el debido proceso y se usaron contra él las figuras del arraigo y de testigos de a oídas, esta figura de los testigos de a oídas eran el prototipo de lo que hoy es la figura de los testigos protegidos y que en el laboratorio de la justicia militar fue creada por Cervantes Aguirre y ejecutada discrecionalmente por su sicario más sutil pero efectivo: Tomas Ángeles Dauahare.
Caso: General de División Diplomado de Estado Mayor Jesús Gutiérrez Rebollo
Jesús Gutiérrez Rebollo encabezó los tres operativos para detener a Amado Carrillo Fuentes ‘El Señor de los Cielos’, que resultaron frustrados por filtraciones de información desde el Ejército.
 En 1995, siendo comandante de la V Región Militar con sede en Jalisco dirigió la operación de aseguramiento de 12 millones de dólares en efectivo en una aeronave en el estado de Nayarit. El dinero lo entregó al general Tomás Ángeles Dauahare, secretario particular del titular de la Sedena, para que lo entregara a su vez al general Enrique Cervantes Aguirre, secretario de la Defensa Nacional. Durante dos años el dinero no apareció, hasta 1997, cuando Gutiérrez Rebollo fue detenido y denunció este hecho. Sosteniéndose Rebollo en el sentido de que el remitió dicho caudal de fondos al propio alto funcionario militar.
En 1997, Gutiérrez Rebollo declinó asistir a la boda de León de Jesús Zedillo Hernández, celebrada en Colima, en casa de un lugarteniente de Amado Carrillo Fuentes, a la que acudió la familia del presidente Ernesto Zedillo, custodiados por elementos del Estado Mayor Presidencial, y asistieron  también los hermanos Amezcua Contreras (José de Jesús, Adán y Luis), que encabezaban el Cártel de Colima.
Las ordenes de Cervantes Aguirre en el sentido de realizar la operación para detener a Gutiérrez Rebollo fue ejecutada por el general Tomás Ángeles Dauahare, quien tenía como clave de radio: Alfil y en nombre de Cervantes amenazó a los familiares y en especial mandó torturar al hijo del general Rebollo.
Por otra parte, al general Gutiérrez Rebollo se le imputó el delito de acopio de armas de fuego. Esto es refutable en virtud de que hay un oficio, en poder de los familiares del general Rebollo donde el propio Cervantes Aguirre por escrito ordena que estas armas (objeto de la falsa imputación) fueran remitidas de la plaza de Guadalajara a la Ciudad de México por la Sedena y no para que fueran del uso personal del general Gutiérrez Rebollo, sino para el USO EXCLUSIVO del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas que el encabezaba. Ese documento está firmado por Cervantes Aguirre, el entonces Secretario de la Defensa Nacional.
Cabe mencionar que el general Rebollo además de seguirle la pista para echarle el guante a Amado Carrillo, también investigaba los vínculos con el narco de Nilda Patricia Velasco, esposa del presidente de ese entonces Ernesto Zedillo, ante ello, una tarde en la oficina del secretario Cervantes, en específico en la parte denominada como “ámbar” (la Ayudantía General) suena el teléfono rojo que es la línea directa entre el Alto Mando con el Ejecutivo siendo muy breve dicha llamada entre Zedillo y Cervantes.
Pocos días después de esa llamada, de hecho el  lunes 3 de febrero de 1997, Gutiérrez Rebollo fue citado de emergencia a la oficina del entonces secretario de la Defensa Nacional, Enrique Cervantes Aguirre, estando presentes, además del titular de la Sedena, el entonces coronel de justicia militar y licenciado Marcial Rafael Macedo de la Concha quien en ese entonces era jefe de la sección jurídica del Estado Mayor; general de división diplomado de estado mayor Juan Heriberto Salinas Altes, Jefe del Estado Mayor de la Sedena; el en ese entonces coronel de infantería diplomado de estado mayor Augusto Moisés García Ochoa, quien en esa época era jefe del CIAN (Centro de Inteligencia Anti Narcóticos perteneciente a la Secretaria Particular); y desde luego el secretario particular de Cervantes: Tomas Ángeles Dauahare quien en ese entonces era general de brigada D.E.M.
Ese día, el Cervantes Aguirre se había pasado a retirar a descansar a su residencia oficial “La Quinta Galeana” que esta justamente en el predio del Hospital Central Militar, eran como las 14 horas de ese día cuando Cervantes sale de su oficina al elevador que lo conduce al túnel de los vehículos a su disposición, la rutina era siempre la misma a esas horas y en la noche cuando se retiraba de sus labores:
“Estrella de ámbar……Caminante en túnel…….Estrella, estrella….Caminante en acción…..”. Esto quiere decir que la oficina de la Ayudantía General –ámbar- notificaba por radio a La Quinta Galeana -estrella- de la salida de Cervantes de la Sedena y su inminente arribo a su residencia para que ahí se dispusieran a recibirlo.
La gente de la ayudantía y de la secretaria particular se disponía a ir a comer o descansar desde ese momento hasta que dieran las 18 hrs para reanudar las actividades una vez que Cervantes regresara a su oficina desde la Quinta Galeana…Todo iba bien, pero de repente en menos de 30 minutos de haber arribado a su residencia Cervantes Aguirre, el radio sonó lo siguiente:
“Ámbar de estrella….ANTENAS, ANTENAS, CAMINANTE EN ACCION.” (La Quinta Galeana notificaba que la Ayudantía se pusiera alerta –ANTENAS- ante el inminente pero inesperado retorno de Cervantes a su oficina).
Cervantes arribó a su oficina, lo hizo vestido en pants y muy rojo de la cara porque había estado en el vapor, pero algo urgente lo hizo regresar con lo puesto (el pants, sandalias de baño y una toalla sobre su espalda).
Al ser recibido por uno de sus ayudantes, un oficial de zapadores, Cervantes manda llamar a Dauahare (mismo que no se movió para nada de su oficina en la secretaria particular), el oficial ayudante procede y cuando Dauahare se reúne con Cervantes despide al oficial y le pide que nadie entre, ni de la particular, ni de la ayudantía con excepción de quienes había mandado llamar además de Dauahare. Minutos después arribaron Macedo de la Concha, Salinas Altes y Augusto Moisés García Ochoa, una vez reunidos ellos, se hace el siguiente dialogo:
Cervantes Aguirre: “¿Ya llegó?”
Dauahare: “Sí mi general, está en el vestíbulo”
Cervantes Aguirre: “Que pase”
El aludido era el general de división diplomado de Estado Mayor Jesús Gutiérrez Rebollo, quien atendiendo el llamado urgente que se le hizo para presentarse ante Cervantes estaba presente. Cuando llegó con Cervantes, éste lo esperaba acompañado del reducido grupo de militares, PERO NO PARA LO QUE OFICIALMENTE SE HA VERTIDO: “Ahí le presentó grabaciones y fotos donde aparecía con Amado Carrillo. Además, documentación que señalaba que el departamento que tenía en arrendamiento en las Lomas, había sido propiedad del capo”. No, fue por lo siguiente:
Cervantes Aguirre: “A ver, cabrón, ya se te dijo que le bajaras de huevos con el patrón y sigues, no entendiste razones y quisiste pasarte de pendejo. Sabemos que estabas investigando no solo al patrón de los Cielos, sino también a la señora del presidente Zedillo, bueno, tú no entiendes, ¿verdad, cabrón? Mira pendejo, aquí está tu gente del INCD, ¿qué te parece, eh?”
Cervantes además del reproche que le hacía a Rebollo respecto a que este indagaba los nexos criminales de la esposa de Zedillo y asediaba mucho a Amado Carrillo (el patrón de Cervantes) le mostraba fotos, no las que se vertían oficialmente de Rebollo junto con Amado Carrillo, sino fotos donde aparecían mutilados y asesinados los elementos que tenía Rebollo bajo su mando y que realizaban las investigaciones al respecto ordenadas por él. También Cervantes le mostraba videos donde torturaban y asesinaban a sus elementos del INCD.
Rebollo se impactó muchísimo, se hizo de palabras con Cervantes aludiendo al honor militar, cuando Rebollo menciono el honor militar no se dejaron esperar las risas de Cervantes y Dauahare en coro al unísono, en ese momento los presentes daban la famosa “pócima” (esto es el bullying o abusos cometidos contra los cadetes en el Hco.Col.Mil. cuando son de nuevo ingreso, o la “potreada”) como si fuera vil cadete, entre risas e insultos todos humillaban a Rebollo y se burlaban de él y sus convicciones de hacer lo correcto.
Cervantes le preguntó a Rebollo: “¿Estás armado, Jesús?”, Rebollo responde en forma seca y firme: “NO, mi general, no ando armado”.
En ese momento Cervantes le daba dos opciones: ser detenido por habérsele “descubierto” nexos con el narco y ser expuesto en su honor y ante los medios o simplemente pegarse un tiro, ofreciéndole Cervantes una pistola Beretta con la cual le sugería que se suicidara, ante eso Rebollo no pudo más y empezó a tener un ataque cardiaco, se desmayó y ante esto, los presentes comenzaron a incrementar sus burlas como si fueran pubertos de secundaria cuando se burlan de un compañero por sus defectos o una desgracia que le ocurra…NO PARECÍAN MILITARES, ERAN UNA PARTIDA DE DELINCUENTES BURLÁNDOSE DE UN MILITAR HONORABLE Y DAUAHARE FUE EL MAS ATROZ Y CINICO CON REBOLLO.
De ahí el general Rebollo fue llevado en camilla al Hospital Central Militar y de ahí, sin escalas directamente a Almoloya.
Quince minutos después de lo ocurrido, Cervantes Aguirre sale ante los medios en el salón destinado a las conferencias de prensa que está ubicado en el tercer piso de la Sedena y que se ubica justamente frente a la oficina del titular del ramo; y en cadena nacional Enrique Cervantes informó la versión oficial: “Rebollo tenia nexos con Amado Carrillo y vivía en una propiedad del capo y sería procesado por ello”.
Una vez que el general Rebollo estaba hundido en prisión, incomunicado, enfermo y con sus derechos humanos hechos polvo, el señor Dauahare se encargó de hacer la “limpieza”, esto es: evitar la defensa de Rebollo, la cual era ejercida por la  propia esposa del general detenido ante los recursos legales de la nación, el hijo de Rebollo, quien más actividad tenía en esta cruzada en defensa de su señor padre, fue secuestrado por un grupo de militares pertenecientes al CIAN y a la Policía Judicial Federal Militar, al ser trasladado al Campo Militar número 1, y para mas exactitud, en las instalaciones de la segunda brigada de policía militar es donde se le retuvo hasta que el señor Dauahare llegara y “hablara” con él.
Dauahare ordenó a los secuestradores que se hicieran a un lado para que el mismo procediera a quitarle la venda que cubría el rostro de Cesar Gutiérrez Pliego, hijo del general Rebollo para poder hablar con él y decirle:
“Dice mi general secretario que si no se callan ese par de putas hijas de la chingada los vamos a matar a todos….Y QUE ESTO QUE TE VA A PASAR, QUE TE SIRVA DE EJEMPLO Y ESCARMIENTO”.
Dauahare ordena a los secuestradores que lo vuelvan a vendar de los ojos y lo empezaron a torturar a golpes en zonas blandas y con toques eléctricos, haciendo gala de una acción de terror y psicosis contra Cesar Gutiérrez Pliego y así amarrar el miedo en el para darle así “la lección y escarmiento”.
Logicamente Cesar Gutierrez denunció esta acción en su contra ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos y ante la PGR encabezada por ese entonces por Jorge Madrazo Cuellar, siendo esta última instancia en donde no le dieron seguimiento y al contrario, derivado a ello, las amenazas y asedio contra la familia del general Rebollo se incrementaron. Solo procedió y se le dio seguimiento a su denuncia que presentó en la PGJDF.
Lo demás al respecto de este caso es historia.
El caso más reciente, el del general brigadier Ricardo Martínez Perea
El entonces coronel de caballería Ricardo Martínez Perea, después de más de 40 años de servicio en el activo del Ejército y después de muchos méritos en campaña reconocidos por el alto mando, y siendo ascendido a general brigadier y condecorado por su perseverancia y acciones en campaña contra el narco (pues este hombre y su regimiento asestaban durísimos golpes a narcotraficantes de uno y otro cartel sin defender a alguno).
Cuando llegó el gobierno del supuesto “cambio” con Vicente Fox, y al ver este que sus intereses con los narcos eran afectados en una parte gracias a las acciones de Martínez Perea, fue que el propio Ejército le puso una emboscada: por oficio se le mandó llamar a la Procuraduría de Justicia Militar para declarar respecto a uno de los operativos donde el participó y su intervención en la diligencia judicial era para declarar contra algún delincuente detenido por su gente, sin embargo, al llegar a dicha dependencia, es detenido, golpeado, torturado y sumariamente sentenciado a 15 años de prisión y también se le destituyó del grado.
También violándosele el debido proceso y la base de la acusación era un ANÓNIMO DONDE NI SIQUIERA ACUSABA AL GENERAL NI MENCIONABA SIQUIERA SU NOMBRE, pero por estorbarle al régimen panista y sus muy comprobados nexos con el narco desde Los Pinos, este general languidece en prisión, siendo primero metido a la prisión militar, luego en forma clandestina y sin orden alguna que justificara esto, lo trasladan a Nayarit a una prisión de máxima seguridad y recientemente, apenas hace como 4 meses, se le remitió clandestinamente a las Islas Marías.
Respecto al caso del general Ricardo Martínez Perea, cuando en 2006 se dio el cambio de poderes, los familiares de dicho militar solicitan audiencia con el titular de la Sedena, el general Galván Galván y con el entonces subsecretario Tomas Ángeles Dauahare MISMOS QUE IGNORARON DICHA PETICIÓN haciendo caso omiso de la solicitud que por CONSTITUCIÓN debieron haber recibido y asentado un acuerdo en breve.
Estos casos son apenas la punta del iceberg en relación a aberraciones judiciales dentro del ámbito militar. Los menciono en este caso por una razón: poner las cosas en la balanza, pues ahora que Dauahare estuvo en esa situación él y su familia apelaron a que Dauahare ya era un preso de conciencia y preso político (esta documentada esta declaración en Milenio, Impacto, así como también con Carmen Aristegui y Proceso) por lo que le estaban haciendo.
Sin embargo, un preso político y de conciencia es aquel que por sus ideas es encarcelado, torturado o asesinado o de una forma u otra asediado y hostigado por las autoridades con el fin de que se calle y deje de ejercer su libertad de expresión; por otro lado, quien ha hecho uso de la fuerza bruta, quien ha reprimido y hostigado a los activistas de derechos humanos que en su momento le rogaban por la integridad y libertad de sus familiares no puede ser llamado preso de consciencia, pues Dauahare siempre fue represor y abusó mucho de su autoridad.
Él siempre se expresaba de las instancias de derechos humanos y de sus activistas como simples “defensores de delincuentes” y decía: “Esos que defienden delincuentes deben de dejar de patear el pesebre, si mi general secretario dice que fulano o zutano es delincuente aunque no lo sea, simplemente porque mi general secretario lo dice, es delincuente entonces y se acabó.”
Yo no me burlo ni gozo con lo que le ocurrió al señor Dauahare y la presión que en su momento sus familiares tuvieron derivado a esta injusticia, pero que se acuerde el señor cuando el tenia poder de cómo uso las figuras del arraigo y testigos protegidos contra quienes se le ordenaba chingar y defenestrar.
Ahora, la detención de Dauahare no solo fue un berrinche de Felipe Calderón, no solo fracasó esto porque la PGR hizo la indagatoria con las patas y bajo presiones de Calderón para fregar a Dauahare a como diera lugar. Fue por lo siguiente:
El berrinche de Calderón tenia cierto sentido, pues Dauahare cuando servía en el régimen priista de Ernesto Zedillo, se sometió y subordinó (como su actual y vigente patrón Enrique Cervantes) ante el cartel del momento: El de Juárez, cuando en 2000 cambia el régimen y el Partido Acción Nacional entra en Los Pinos, Dauahare sigilosa y astutamente espera ver quien será el cartel en vigencia en ese entonces, al saber que era el cartel del Chapo, se sometió y subordinó ejerciendo lealtad al ahora cartel en vigencia durante el panismo, continuando así con Calderón, lo cual le fue recompensado con la subsecretaria de la Defensa Nacional, al llegar a la edad límite para un divisionario (65 años) pasó al retiro, fungiendo desde el retiro en un cargo importante dentro de la Policía Federal bajo el mando de Genaro García Luna, sirviendo desde ahí, en ese cargo los intereses del régimen de Calderón en relación con sus vínculos con el narcotráfico. O sea: cuidando los intereses del patrón de entonces, el Chapo Guzmán.
Cuando en 2012 recibe la certeza de que el ungido para ocupar la Presidencia sería indiscutiblemente Enrique Peña Nieto y sabiendo que el priismo regresaría al poder, también regresaría al poder el anterior cartel del narco, al que en su momento sirvió fiel y voluntariosamente, al darse cuenta de ello, Dauahare opta por dejar el panismo y acercarse sutil y mañosamente al priismo para que lo vieran los priistas, participando en mesas de trabajo sobre seguridad, etc. Ese fue el verdadero berrinche de Calderón: el que Dauahare se le volteara al final del tiempo y por eso lo castigó. Lógicamente y al darse cuenta el priismo de que Dauahare regresa como el hijo prodigo de la parábola, es rescatado de la prisión como lo ha documentado la historia reciente.
Yo no sé qué pase con este señor, yo en lo personal no lo veo como una víctima de las circunstancias, yo estoy convencido y el señor Dauahare mismo lo sabe también que él no podrá tener paz, no podrá dar la cara ni mucho menos tendrá los huevos para denunciar a quienes ejercieron la injusticia contra él porqué no tiene cara, no tiene argumentos ni mucho menos se le consideró preso de conciencia. El señor no tendrá paz por lo siguiente: su lealtad siempre fue al narco, el osciló de partido político en partido político, brincando al mejor postor por su propia conveniencia, nunca fue leal al Ejército, siempre usó el poder del Ejército para defender los intereses del narco que en su momento protegía en ambos regímenes.
Dauahare no tiene más que dos opciones: irse del país o pegarse un tiro, pues si no se da el tiro, se lo van a dar los narcos a los que el traicionó y si huye del país tampoco vivirá en paz lo que resta de su vida porque será perseguido de todas formas, no solo por quienes traicionó, sino por su propia conciencia y la sangre de los inocentes que mandó derramar bajo el lema de: “LO QUE DIGA MI GENERAL SECRETARIO YO LO CUMPLO”
Por ultimo: muchos militares saben que hay razón en lo que he escrito, tan bien lo saben que una parte de los militares (sean retirados o en activo) dirá que no es cierto y que Dauahare es un pobrecito sufridito y el buenito de la serie, y otros me darán la razón no solo en lo que acabo de mencionar, sino en otras cosas y hazañas que no todos conocen de este señor.
No me extrañaría recibir insultos, ofensas, y hasta amenazas y agresiones por parte de paleros del señor Dauahare, esos que pudieran denigrarme, señalarme y hasta agredirme, sé de donde vienen, y estoy convencido de que no son soldados a pesar de ser militares, para mí y para quienes si nos asiste el honor y la razón y sobre todo el VALOR, esos paleros que puedan insultar y agredir no son más que mercenarios al mejor postor defendiendo lo indefendible.
Es cómico y risible el hecho de que en su momento al señor Dauahare lo hayan intentado convertir por arte de magia de represor y abusivo que siempre ha sido en un buenito y sufridito “preso político y de conciencia”. Más risa me da cuando en recientes entrevistas y en las primeras que dio cuando fue recientemente encarcelado, Dauahare decía que esta detención obedecía a cuestiones políticas dentro del Ejército, que había por ahí un grupo en su contra….PERO NUNCA DABA NOMBRES NI SEÑAS……Y hasta la fecha sigue así: sin dar nombres y solo remitiéndose a LO QUE SU GENERAL SECRETARIO LE ORDENE DECIR O NO DECIR….
El que a hierro mata, a hierro muere, así de simple.

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