Las razones públicamente declaradas por los funcionarios israelíes no son el motivo real de la escalada de los ataques aéreos israelíes y las operaciones de combate terrestre en Siria, afirma el historiador y periodista estadounidense Gareth Porter en su artículo para el medio Antiwar.
AFP 2018/ Jalaa Marey
© AFP 2018/ Jalaa Marey
El 10 de febrero, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) llevaron a cabo el uso más agresivo de la fuerza israelí en Siria hasta el momento. Tras haber bombardeado varios "objetivos iraníes" en respuesta a una supuesta incursión de un
dron iraní
, Israel tomó represalias por el
derribo
de uno de sus aviones de combate y
atacó
12 objetivos, incluidos tres sistemas antiaéreos y "cuatro instalaciones que forman parte de la presencia de Irán en Siria".
Porter recuerda que Israel ha estado sentando las bases políticas para una escalada militar en Siria desde mediados de 2017. Fue entonces cuando los funcionarios israelíes comenzaron a repetir dos temas políticos interrelacionados: que se debe impedir que Irán establezca bases permanentes e implante sus fuerzas en los Altos del Golán sirio, y que Irán construya fábricas secretas en Siria y el Líbano para proporcionar a Hizbulá misiles capaces de atacar con precisión.
Sin embargo, el autor observa que no hay pruebas de que haya fábricas de armas iraníes en el Líbano o en Siria.
El analista está seguro de estos pretextos no tienen que ver nada con las razones reales de la escalada de ataques israelíes en Siria.
"Las razones públicamente declaradas por los funcionarios israelíes no son el motivo real de la escalada de los ataques aéreos israelíes y las operaciones de combate terrestre en Siria", señala.
Según el analista, Israel teme que los recientes movimientos en Siria amenacen la ocupación israelí en los Altos del Golán. Gadi Eizenkot, jefe de Estado Mayor de las FDI, declaró en enero que Israel "no puede ignorar el hecho de que Hizbulá, las milicias chiíes e Irán se consideren ganadores en Siria, junto con Bashar Asad, y compartan su deseo de volver a los Altos del Golán".
"Los funcionarios israelíes han expresado su intención de establecer el control sobre la llamada 'zona segura' que abarca gran parte del Golán sirio. (...) Sin duda, esta zona requerirá un número cada vez mayor de operaciones militares israelíes para hacer retroceder a los sirios y chiíes en esa zona", comenta Porter.
Mientras tanto, "las ambiciones israelíes no se limitan al Golán sirio", añade. Las FDI están decididas a penetrar más profundamente en Siria para limitar las acciones de Irán y Hizbulá. El objetivo militar a largo plazo, como declaró el Jefe de las FDI Eizenkot en su discurso de enero, es "empujar a los iraníes de vuelta a Irán". Más concretamente, los funcionarios israelíes se han comprometido a impedir que Irán establezca un corredor terrestre que conecte Teherán con el Líbano y el Mediterráneo a través de Irak y Siria, explica el periodista.
Ese objetivo ya ha dado lugar a al menos 100 ataques aéreos israelíes contra cientos de objetivos en Siria desde enero de 2013, agrega.
El experto enfatiza que "los funcionarios israelíes se niegan a reconocer que el objetivo de Irán de construir y mejorar la fuerza de misiles de Hizbulá siempre ha estado relacionado con la disuasión del ataque militar israelí o estadounidense contra Irán o de un ataque israelí contra Hizbulá". Según Porter, los funcionarios iraníes comenzaron a suministrar misiles a Hizbulá para reforzar su propia capacidad de disuasión
."Durante mucho tiempo, los funcionarios israelíes se han jactado de haber impedido un ataque con misiles de Hizbulá contra Israel. Pero lo que nunca se discute es la necesidad de contener a Israel del uso de la fuerza militar", subraya.
"Aunque Israel nunca lo admitiría oficialmente, Hizbulá ha establecido una paz relativamente estable con Israel durante más de una década al construir un potente arsenal de misiles".
El autor cita a Seth Cropsey, del Instituto Hudson, quien reconoció que "Hizbulá es la única fuerza a la que se enfrentó Israel y que provocó un estancamiento operativo y estratégico de las FDI". Según Porter, la guerra que Israel está planeando en Siria es al menos en parte una respuesta a su incapacidad de utilizar la fuerza contra Hizbulá en el Líbano. Y no va a alterar el balance fundamental de poderes en Siria ni entre Israel y Hizbulá, concluye.