EEUU y México: amo y criado, poder y obediencia, fachada y patio trasero, modelo e imitador
EEUU y México: amo y criado, poder y obediencia, fachada y patio trasero, modelo e imitador
Pedro Echeverría V.
1. Me provoca enorme carcajada leer a
los esclavos políticos del régimen, el tal Joaquín Coldwell (de Energía)
y el tal Antonio Meade (de Relaciones), rechazar que del gobierno de
los EEUU haya surgido la propuesta de reforma energética, en concreto de
la señora Clinton. Como respuesta señalan: ‘‘el presidente Enrique Peña
Nieto buscó inspiración en nuestra propia historia, tras rechazar el
canciller Meade que la propuesta haya sido obra del gobierno
estadunidense porque como dijo Coldwell, la reforma energética se
enriqueció con las experiencias de países como Colombia, Noruega, entre
otros”. ¿Por qué niegan que fue una orden? ¿Qué pasaría si reconocieran
que el incremento de la deuda y los intereses, al tener millones de
migrantes, al cerrarse el mercado yanqui y nuestro crédito, México se
hundiría mucho más?
2. ¿De qué historia habla Meade? ¿Se
refiere a que Hillary Clinton, entonces de la política exterior de EEUU,
le ordenó a Felipe Calderón, siendo éste presidente de México, que
establezca contacto con el embajador Carlos Pascual para realizar la
reforma energética? ¿Busca explicar Meade –que era influyente ministro
en el gobierno de Calderón- que David Goldwyn (el coordinador de energía
de la Clinton) fue el redactor de la reforma energética, cuando Peña
Nieto aún no era candidato oficial? En México dicen que “tan culpable es
el que mata la vaca como el que la jala la pata”. Panistas y priístas,
así como sus apoyadores perredistas, son los culpables de todas la
reformas privatizadoras que innegablemente han sido impuestas por el
imperio yanqui por lo menos desde 1982, cuando se introdujo abiertamente
el neoliberalismo y la total privatización.
3. Basta con tener en cuenta que
tenemos tres mil kilómetros de frontera con EEUU, para comprender que
tenemos una relación de esclavo-amo. Recibimos del país imperialista más
grande y brutal del mundo, todos sus deshechos: desde mercancías fuera
de época y recicladas, hasta restos de guerra y contaminación, pasando
por una ideología de discriminación y racismo. Sólo habría que imaginar:
si en toda América Latina hay protestas contra las invasiones de todo
tipo de los yanquis, sólo habría que pensar en México donde nada se
mueve si los yanquis no dan las órdenes. Así que nuestros bellacos
gobernantes no pueden acudir a los pocos episodios en que nuestro pueblo
se ha cubierto de gloria, porque como gobiernos sólo han justificado y
dado continuidad a nuestra vergonzosa dependencia.
4. México es un país independiente de
fachada; no lo fue durante tres siglos (1521-1821) cuando fue una
colonia del imperio español; tampoco lo fue cuando los imperios: inglés,
francés y yanqui –valiéndose de sus invasiones y sus logias- se
confrontaban para quedarse con la excolonia. ¿Qué fueron la llamada
Doctrina Monroe (1823) y el Destino Manifiesto (1845) sino dos libelos
que subrayaron el gran poder de los EEUU sobre América y el mundo? La
brutal dominación española de tres siglos sobre la “Nueva España” fue
casi nada comparada con la moderna esclavitud económica, política,
social, ideológica, tecnológica, que ha sufrido México durante un siglo.
Incluso el mismo dictador asesino Porfirio Díaz (1876-1911) declaró:
prefiero dar entrada a otros capitalistas europeos para hacerle
contrapeso al hambre devoradora de los EEUU.
5. la geografía y la historia entre
EEUU y México no pueden negarse. Sólo unos cuantos mexicanos –los más
dignos- han podido resistir y luchar contra ese monstruo que desde hace
150 años nos domina. Pero contrario a ello no han faltado los
“malinchistas” o admiradores del modo de vida yanqui, que gritan que en
vez de haberse entregado Tejas, Nuevo México, California y la Mesilla en
el 1848, debió venderse toda la república mexicana para ser hoy
estadounidenses. No está mal que en el mundo se borren todas las
fronteras que fueron trazadas por con la fuerza de los poderosos, pero
ello sólo podría ser cuando se entierren los imperios, las armas, las
guerras, la desigualdad; mientras esto no sea nadie escapará de la
explotación y la opresión. Los mexicanos, así como negros, los de Puerto
Rico y otros países no dejarán de ser discriminados y perseguidos como
delincuentes en EEUU.
6. ¡Qué bueno que en México contemos
con el diario La Jornada y con el semanario Proceso que representan el
uno por ciento independiente contra toda la prensa basura y de los
medios de información al servicio empresarial y de gobierno que circulan
en el país! No me hubiera enterado el lunes en primera plana que
“Hilary Clinton armó la reforma energética para México”; pero tampoco el
martes en el mismo lugar que Joaquín Coldwell dijera que “la reforma
energética es 100% mexicana”; que Meade nos enterara que “los mexicanos
(sin saberlo) fuimos actores centrales en la reforma” o que el flamante
Beltrones desde el PRI a su servicio, la reprobara como “un tufillo
populista que trata de destruir las reformas de Peña Nieto”. ¿Es que en
alguna ocasión ha sido distinta la “cargada” y la “borregada” que cierra
las distancias entre el PRI y el presidente?
7. Lo único nefasto y que nos debería
dar vergüenza a los izquierdistas es no haber podido levantar una gran
fuerza de los trabajadores contra estos gobiernos y empresarios que nos
dominan desde hace un siglo por lo menos. Sabemos que no sólo es un
asunto de voluntad, de buenos deseos; pero también que por lo menos
desde 1982 –con el PRI, el PAN, El PRD- hemos tenido a los más
entreguistas, ladrones y asesinos. ¡Qué carajo nos pasa que después de
50 años no hayamos podido crear una alternativa anticapitalista que
convenza a los trabajadores a salir a las calles a luchar! ¿O no se
puede por el enorme poder de los medios de información que idiotizan y
de las fuerzas armadas que asesinan? Ya, “chale” (como dirían en mi
tierra) ya está muy, pero muy cabrón seguir soportante pobreza, miseria y
represión. ¿Hasta cuándo diremos basta? (12/VIII/15)
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