¿Y si el escándalo de abuso sexual infantil de Westminster hubiera sido en otro país?
¿Qué pasaría si en un país que no fuera el Reino Unido
existiera una red de abusos a menores por parte de personalidades de
alto nivel funcionando con total impunidad? "Ya estarían cayendo
bombas", sostiene el escritor y activista político Richard Sudan, quien
afirma que actualmente los medios británicos tratan este escándalo como
algo anclado en el pasado a pesar de que "hay muchas razones para pensar
que aún existe esta misma red sórdida".
¿Deberíamos, como nación, esperar sanciones económicas por la inclinación de la clase política británica por mantener una cultura de abuso de menores que permite y luego cubre hasta algunos de los comportamientos más reprobables?"Vamos a darle la vuelta a la dinámica por un segundo para ver lo absurdo de todo esto y la doble moral que nosotros, el pueblo británico, aceptamos para nosotros mismos: si escucháramos que el Gobierno sirio o iraní, por ejemplo, tiene miembros destacados del Gobierno, del Parlamento, de la prensa y de la Policía implicados en un caso de abuso de menores cubierto por los jefes de Estado y poderosas figuras políticas, como es el caso del Reino Unido, me pregunto cuál sería la reacción", critica el activista político Richard Sudan en RT.
El columnista sostiene que en tal caso, la sociedad británica probablemente haría un llamamiento para emprender una campaña humanitaria con el fin de restaurar la justicia de aquel país a favor de las víctimas del abuso. "Ya estarían cayendo bombas", indica.
"¿Deberíamos, como nación, esperar sanciones económicas por la inclinación de la clase política británica por mantener una cultura de abuso de menores que permite y luego cubre hasta algunos de los comportamientos más reprobables?", plantea Sudan.
Desde las revelaciones de 2012 del una vez querido y ahora caído en desgracia presentador de la BBC Jimmy Savile, no han dejado de brotar nombres de personalidades de alto nivel que supuestamente han participado en el 'círculo de Westminster'. Los inicios del escándalo se remontan a las últimas décadas del siglo XX y las investigaciones policiales siguen en curso.
"El hecho de que estos depredadores acosaran a algunas de las personas más indefensas y vulnerables de la sociedad, los niños de los hogares de acogida, solo agrava la magnitud de los crímenes cometidos y pone de relieve cuán vil es en realidad la clase política del Reino Unido", afirma Sudan, quien hace hincapié en la labor de Margaret Thatcher, "que era una buena amiga de Jimmy Savile", o David Cameron, de intentar tapar y proteger a estos "abusadores de alto rango".
Sudan critica que las investigaciones policiales se centren en personalidades ya fallecidas (la acusación más reciente hace referencia al fallecido ex primer ministro británico Edward Heath) en lugar de dirigirse a los que aún pueden cumplir condena.
"Y no nos engañemos: mientras que muchos en los medios de comunicación están tratando estos crímenes de abusos de menores como algo 'del pasado', hay muchas razones para pensar que aún existe esta misma red sórdida", sentencia el columnista.
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