El Economista Confundido
Después
de intentar fállidamente en múltiples ocasiones agregar el código de
los Podcast del programa punto de silla de los buenos compañeros de la
Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), me remetiré a publicar su link correspondiente al tercer programa, para pagar ese costo que me hacía ser un free rider y compensar el beneficio de "recomendación" de este espacio virtual en el segundo programa.
En las próximas líneas haré unos comentarios derivados en parte de lo hablado en el más reciente podcast de punto de silla "la enseñanza de la economía en México". No obstante, advierto de algunas incoherencias mencionadas como parte de una simple sinrazón.
En las próximas líneas haré unos comentarios derivados en parte de lo hablado en el más reciente podcast de punto de silla "la enseñanza de la economía en México". No obstante, advierto de algunas incoherencias mencionadas como parte de una simple sinrazón.
La idea
de ir involucrando cada vez más a los métodos cuantitativos en la
enseñanza de la economía es totalmente indispensable, debido a los
niveles de competencia tanto nacional como internacional que existen
actualmente. En México por ejemplo, las escuelas privadas destacan una
formacion matemática y doctrinalmente neoclásica en sus estudiantes, a
diferencia de muchas universidades públicas en donde se cae en un
sentido muy social o moderadamente mixto.
Al
parecer, existe una asociación de "entre más matemáticas aprenda y más
neoclásico sea, mi nivel de competencia académica es mayor". Esto es
afirmativo, bajo la lógica sistémica de un modelo económico en donde
solo se permite pensar como neoclásico.
Si
bien, son de suma importancia las matemáticas en la economía, para las
matemáticas no es de suma importancia la economía, lo que sugiere que
las primeras se enseñorean sobre las segundas e inclusive
metodológicamente, surge un efecto centrífugo, cayendo en una conclusión
delicada: "sino se modela no vale".
Este conflicto de índole epistemológico e histórico es generalizado a nivel científico, puesto que la tendencia neopositivista ha influenciado al paradigma de la ciencia. Ya no sorprende ver a una economía, sociología ó psicología matemática, en donde todo es explicado en función de variables representadas por un modelo matemático probado con determinadas herramientas de la metodología cuantitativa.
Este conflicto de índole epistemológico e histórico es generalizado a nivel científico, puesto que la tendencia neopositivista ha influenciado al paradigma de la ciencia. Ya no sorprende ver a una economía, sociología ó psicología matemática, en donde todo es explicado en función de variables representadas por un modelo matemático probado con determinadas herramientas de la metodología cuantitativa.
También
es válido reconocer, que esta influencia viene de los EUA, imponiendóse
como el paradigma hegemónico de la ciencia, por lo tanto, la economía
es un ejemplo vivo de la preponderancia norteamericana en esta ciencia,
que aunque ya no se crea, efectivamente, sí, es social.
Hoy en día, como lo sugieren mis compañeros de la UNAM en su podcast que parafrasean a un director anónimo, "lees tal libro y ya sabes de economía". Un ejemplo de ello son las recomendaciones de muchos profesores tanto de licenciatura como de posgrado: si lees a Mas-colell ya sabes de microeconomía, si lees a Romer ya sabes de macroeconomía. Como si sólo las universidades de Harvard, Chicago, Berkeley, Stanford, Oxford, Cambridge, Yale, MIT, Columbia, etc., tuviésen el privilegio de pensar y ser pensadas, dando un matiz académico totalizante.
Hoy en día, como lo sugieren mis compañeros de la UNAM en su podcast que parafrasean a un director anónimo, "lees tal libro y ya sabes de economía". Un ejemplo de ello son las recomendaciones de muchos profesores tanto de licenciatura como de posgrado: si lees a Mas-colell ya sabes de microeconomía, si lees a Romer ya sabes de macroeconomía. Como si sólo las universidades de Harvard, Chicago, Berkeley, Stanford, Oxford, Cambridge, Yale, MIT, Columbia, etc., tuviésen el privilegio de pensar y ser pensadas, dando un matiz académico totalizante.
Obviamente
existe una persuasión del mismo paradigma en los estudiantes de
economía, precisamente por esta cuestión de las competencias académicas
y/o laborales, más aún en los países perifericos cuyas reproducciones
sociales consisten en la "sobrevivencia". Esto es un aspecto también
formativo, ¿acaso me equivoco con este orgullo en el cual se erijen
nuestros diferentes profesores cuando dicen: "estudié en Yale, me dió
clases Philips Perron, publiqué en la Journal of Econometrics Surveys y
fui adjunto de James Stock"?
Considero
que en nuestras universidades mexicanas y latinoamericanas, más que el
debate de lo público o lo privado, se encuentra la discusión de enfoques
tanto positivo y normativo de la economía, e inclusive hasta en la
epistemología de la ciencia misma, lo que sobrepasa las fronteras entre
lo público y lo privado de las diferentes escuelas.
Ahora los economistas queremos ser matemáticos para fortalecer al conocimiento científico de nuestra ciencia. La pregunta es, ¿necesita la economía ser fundamentada con las matemáticas? Efectivamente, no piensen mal, también creo que totalmente la respuesta sería sí. Pero lo anterior me hace reflexionar en lo siguiente: ¿De quién o de qué necesita la matemática para fundamentarse? Acaso la matemática se eleva tanto como la filosofía? !No!, la matemática es un lenguaje. Por ejemplo, ¿se puede hacer ontología con una integral? Aunque la visión conservadora e instrumentalizada de la ciencia dirá que pensar así o preguntarse eso es anticientífico, así que los que hacen fenomenología como el buen matemático Husserl, no sé que habrán hecho al final de sus vidas. (Heidegger, no te molestes, estoy jugando); ¿se imaginan, la fenomenología económica?
Ahora los economistas queremos ser matemáticos para fortalecer al conocimiento científico de nuestra ciencia. La pregunta es, ¿necesita la economía ser fundamentada con las matemáticas? Efectivamente, no piensen mal, también creo que totalmente la respuesta sería sí. Pero lo anterior me hace reflexionar en lo siguiente: ¿De quién o de qué necesita la matemática para fundamentarse? Acaso la matemática se eleva tanto como la filosofía? !No!, la matemática es un lenguaje. Por ejemplo, ¿se puede hacer ontología con una integral? Aunque la visión conservadora e instrumentalizada de la ciencia dirá que pensar así o preguntarse eso es anticientífico, así que los que hacen fenomenología como el buen matemático Husserl, no sé que habrán hecho al final de sus vidas. (Heidegger, no te molestes, estoy jugando); ¿se imaginan, la fenomenología económica?
El
punto central de enfocarse al estudio, consiste en que todo estudiante
de economía antes de especializarse debe ser holístico, para que abra su
abánico cognitivo a las múltiples posibilidades teóricas e inclusive
culturales, políticas, etc. y después elegir bajo una exhaustiva
reflexión la especialización que más se le adecúe a sus procesos
mentales y su conocimiento construido, porque tampoco nos encontramos en
tiempos socráticos, seamos realistas, ya no somos sabios.
Pero también debemos exigirnos fuertemente a no persuadirnos tanto por la especialización, porque en muchas ocasiones varios se especializan en nada, ya saben: Doctor en economía con orientación a la política monetaria de la curva phillips (ejemplo irrisorio). Por lo que todo estudiante de economía debe tener consciencia social y ser muy reflexivo a su entorno, de tal modo que sea creativo y reconocedor de su contexto. No está de más algo de sensibilidad humana, a veces a los econometristas por ejemplo, les haría bien leer al Quijote de Saavedra, al Otelo de Shakespeare ó al Montecristo de Dumas como mínimo. Ah es cierto, lo olvidaba, y ¿cómo máximo, qué podrían leer? (¿Cuál será la Utilidad marginal de un econometrista que lee a Saavedra y otro econometrista que lee a Shopenhauer?)
Pero también debemos exigirnos fuertemente a no persuadirnos tanto por la especialización, porque en muchas ocasiones varios se especializan en nada, ya saben: Doctor en economía con orientación a la política monetaria de la curva phillips (ejemplo irrisorio). Por lo que todo estudiante de economía debe tener consciencia social y ser muy reflexivo a su entorno, de tal modo que sea creativo y reconocedor de su contexto. No está de más algo de sensibilidad humana, a veces a los econometristas por ejemplo, les haría bien leer al Quijote de Saavedra, al Otelo de Shakespeare ó al Montecristo de Dumas como mínimo. Ah es cierto, lo olvidaba, y ¿cómo máximo, qué podrían leer? (¿Cuál será la Utilidad marginal de un econometrista que lee a Saavedra y otro econometrista que lee a Shopenhauer?)
Concluyo
lo anterior en que las matemáticas se han convertido en un medio de
gran baluarte para el estudio de la economía, esto es inegable, y que
los estudiantes deben tener unas sólidas bases en esta área. Pero para
los que se han arriesgado (apróximadamente el 90%) en inscribirse a la
carrera de economía sin saber matemáticas, es sugerible en primer lugar
vacíen toda la descomposición educativa (en su mayoría) del bachillerato
o la secundaria y que de forma autodidacta, comiencen a construir su
propio conocimiento, que cuando lo sepan explicar a sus abuelas, dijera
el buen Albert Einstein, entonces podrán estar lo suficientemente
preparados.
De esta
forma nos haremos preguntas más interesantes, indagaremos en otras
disciplinas o en temas más complejos de las mismas matemáticas y la
economía, posiblemente conozcamos autores desconocidos, se plantearán
nuevas respuestas a viejas preguntas de la economía, etc. Verbigracia,
andaremos asociando de qué forma podemos aplicar los fractales a la
política monetaria ó al mercado bursátil, o cómo analizar la pobreza con
ecuaciones estructurales, discutir la relación de los pobres con el
free rider, etc.; leeríamos a autores más allá de los gringos, tal vez
a Oskar Lange, Michal Kalecki, Charles Bettelheim, Henri Hauser, Nikolai
Kondratiev, Alexander Bogdanov, por citar a algunos pensadores
alternos.
Por
último, las matemáticas son una forma de interpretar una realidad
compleja y la economía es la ciencia que explica la formación de la
sociedad. Juntas explican, analizan y estudian la formación de la
sociedad en una determinada interpretación de la realidad compleja,
aunque no se descarta que pueda aún complementarse más con la misma
filosofía. Si
bien la matemática es un lenguaje, la filosofía es la episteme y la
economía engloba a los objetos o fenómenos asociados al origen de la
sociedad que requieren ser explicados.
La economía al explicar a la formación de la sociedad y encontrar aspectos asociados a la producción, distribución, intercambio y consumo, la escasez, las necesidades, la satisfacción y las decisiones, inheremente a su ontología, influye en la construcción de un marco epistemológico dado, que es expresado a su vez por un lenguaje matemático.
¿Quién dijo que lo matemático es exclusivamente de los neoclásicos? Piensen, la matemática no es neoclásica, ni marxista, ni keynesiana, más sin embargo puede usarse marxista y keynesianamente también.
La economía al explicar a la formación de la sociedad y encontrar aspectos asociados a la producción, distribución, intercambio y consumo, la escasez, las necesidades, la satisfacción y las decisiones, inheremente a su ontología, influye en la construcción de un marco epistemológico dado, que es expresado a su vez por un lenguaje matemático.
¿Quién dijo que lo matemático es exclusivamente de los neoclásicos? Piensen, la matemática no es neoclásica, ni marxista, ni keynesiana, más sin embargo puede usarse marxista y keynesianamente también.
Ahora,
que si nos ponemos más antiguos y profanos y para concluir, podemos
considerar lo que en sus momentos de delirio matemático, filosófico y
hasta religioso, Keynes ya nos expresaba:
"Newton
no fue el primer representante de la Edad de la Razón. Fue el último de
los magos, el último de los babilonios y Sumerios...porqué contemplaba
el universo y todo cuanto contiene como un enigma, un secreto que podía
leerse aplicando el pensamiento puro a ciertos indicios, ciertas claves
místicas que Dios había dispersado por el mundo para permitir una suerte
de caza del tesoro filosófico por parte de la hermandad
esóterica...Contemplaba el universo como un criptograma dispuesto por el
Todo poderoso...de la misma manera que él envolvió el descubrimiento
del cálculo como un criptograma al comunicarse con Leibnitz. Creía que
mediante el pensamiento puro, mediante la concentración mental, el
enigma sería revelado al iniciado."
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