12/10/2015 10:58:18
Las
últimas semanas se han producido una cadena de dimisiones de cargos de
alto perfil encargados de asesorar al presidente norteamericano Barack
Obama.
La semana pasada, la secretaria de educación del presidente Obama, Arne Duncan, anunció que se iba a finales del año.
Sin
embargo se ha prestado mucha menos atención a la cadena de otros
cargos de alto perfil que han abandonado la administración
norteamericana desde el 22 de septiembre, cuando Bloomberg informó que
John Allen, el general que Obama habia elegido para liderar la guerra de
Estados Unidos contra Estado Islámico en Irak y Siria, había
renunciado a su cargo.
Una
semana después, el 29 de septiembre, se informó que Evelyn Farkas, la
funcionaria superior del Pentágono responsable de la supervisión de las
relaciones de Estados Unidos con Rusia y Ucrania, dejaba su puesto
después de cinco años.
Se
espera que la administración “tendrá dificultades para encontrar un
reemplazo”, justo cuando la renuncia de Farkas llega en un momento de
gran división dentro de la administración Obama sobre cómo responder a
las maniobras de Rusia en Ucrania y Siria.
Sin
embargo, ha pasado más desapercibida la renuncia de Ari Schwartz,
principal asesor de la administración en seguridad cibernética.
Schwartz dimitió el 1 de octubre, después de haber servido en el cargo
desde marzo del año pasado.
Su
mandato coincidió con una serie de ataques cibernéticos dañinos que se
cree que han sido realizados por los gobiernos de Rusia y China, entre
ellos el robo a gran escala de información confidencial de los
empleados de la Oficina de Administración de Personal.
Todas
estas renuncias repentinas podrían tener que ver con graves luchas
internas en el Pentágono y la administración norteamericana, como
vienen denunciando desde hace tiempo analistas de renombre como Thierry
Meyssan.
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