lunes, 17 de diciembre de 2012

El magisterio (y el gobierno) necesita a Elba Esther

El magisterio (y el gobierno) necesita a Elba Esther


No hay intención de arrollar el SNTE


El resentimiento es como tomar veneno
y esperar que la otra persona muera.
Anónimo


José Fonseca
“Atan de manos a Elba Esther Gordillo”, rezaba el encabezado de El Economista para informar sobre la iniciativa de reforma educativa presentada por el presidente Enrique Peña Nieto, iniciativa que cuenta con el respaldo de los tres grandes partidos representados en el Congreso de la Unión, lo cual asegura su aprobación.
El anuncio presidencial y la ausencia de la profesora Gordillo han provocado jubilosas y recriminatorias reacciones que reflejan las malquerencias cosechadas durante tantos años en que la dirigente sindical pareció poseer un poder que superaba el del Estado en el campo de la educación pública.
Alguien escribió hace tiempo que el poder nunca es concreto. Alguien tiene el poder que los demás piensan que tiene.
La iniciativa de reforma educativa, pese a todo, no tiene el propósito de hacer polvo el SNTE. Simplemente el gobierno del presidente Peña Nieto recupera los espacios que por razones de coyunturas políticas le cedieron sus antecesores al sindicado. Tan es así que garantizó los derechos de los trabajadores de la educación.
El SNTE no se opondrá a la reforma. Sería una torpeza, pues la iniciativa contiene algunas de sus propuestas. Además, sería suicida, pues cualquier oposición estaría condenada al fracaso, dado el respaldo tripartito para la iniciativa.
En estricto rigor, se insiste, a la profesora Gordillo sólo le quitan mucho del poder que le cedieron los gobiernos anteriores. No parece haber intención de arrollar el SNTE. Sería un error garrafal, eso que en el beisbol llaman “error de cabeza”, pues al debilitarlo se fortalecería a la minoritaria pero belicosa Coordinadora magisterial.
En la operación política, el secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet, debe recordar que la coordinadora es el saldo de la descentralización educativa. La descentralización llevó a algunos gobiernos estatales a pactar con su magisterio y a ceder a sus demandas, las cuales han escalado hasta que la disidencia se convirtió en un frankenstein.
Esa es la resistencia que enfrentará la reforma educativa. Y será una resistencia muy agresiva, la cual exigirá mucho talento y capacidad de negociación para impedir que las entidades donde domina la CNTE se conviertan en islas donde persista el rezago educativo.
En cuanto a la profesora Gordillo, su peor escenario sería que la forzaran a dejar la dirigencia del SNTE. No será pronto, pues la necesitan para mantener cierta cohesión en el magisterio.
Y cuando por fin se vaya, no pierde tanto como se cree, pues, a diferencia de otros líderes defenestrados, ella mantiene el control de un partido político nacional, con registro y representación en el Congreso.
Jesús Robles Martínez y Carlos Jonguitud sólo se quedaron con su dinero.

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