domingo, 11 de junio de 2017

Acogida sí, guerra no.


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Acogida sí, guerra no.

 

 

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Hartas y hartos de esperar que Europa cumpla con las promesas de acoger a personas refugiadas que huyen de las guerras imperialistas, un grupo de poetas nos hemos unido para lanzar un manifiesto y celebrar diversos actos en varias ciudades el 30 de junio.
Por Silvia Cuevas – Morales
Ese es el lema. Poetas y artistas con las personas refugiadas. Será el viernes 30 de junio, En muchas de nuestras ciudades y fuera de España. ¿Te sumas?
Hartas y hartos de esperar que Europa cumpla con las promesas de acoger a personas refugiadas que huyen de las guerras imperialistas, un grupo de poetas nos hemos unido para lanzar un manifiesto y celebrar diversos actos en varias ciudades el 30 de junio. De momento se han unido poetas y artistas de Madrid, Valencia, Gijón, Huelva, Sevilla, Toledo, Salamanca, Tenerife, Castellón y Cáceres, entre otras, Esta convocatoria no se limita sólo a España, ya que también se han convocado actos en Bruselas, Atenas y Policastro y cada día se van sumando más ciudades. Todavía están por confirmar Nueva York y Guadalajara, México.
En Madrid la cita será el 30 de junio, a partir de las 19:00 horas en la Plaza de Lavapiés.
Si estás de acuerdo con el siguiente manifiesto que hemos consensuado súmate a la iniciativa y organiza tu propio acto en tu ciudad.
MANIFIESTO 30 DE JUNIO
León Tolstói dijo: “Ahora entiendo que mi bienestar solo es posible si reconozco mi unidad con todos los pueblos del mundo sin excepción”.
Por esa unidad de los pueblos y por su dignidad, hemos decidido manifestarnos públicamente frente a las inhumanas políticas europeas hacia las personas que huyen de la guerra en búsqueda de asilo. El próximo 30 de septiembre caduca el plazo para que Europa cumpla con los compromisos que ella misma se fijó en septiembre de 2015 con respecto a la acogida legal y digna de estas personas, según les corresponde por Ley tal como se recoge en la Carta Internacional de Derechos Humanos.
En el programa que firmó Europa en 2015 adquiría, básicamente, los siguientes compromisos:
1 – Reubicar, que significa dar refugio y asilo a personas que ya hayan llegado a Europa por sus propios medios: hoy día, 98.255 personas. De ellas solo han sido reubicadas 16.340 personas, habiendo quedado en un limbo de espera, física y emocionalmente insalubre, 81.915 personas. Esto significa que de este punto se ha cumplido únicamente un 16,63%. Varios países europeos albergan campos llenos de personas en situación de absoluto abandono.
2 – Reasentar, que significa acoger y dar refugio y asilo a personas que están fuera de Europa todavía, corriendo peligro de muerte: 22.505 personas de las cuales se han abierto las puertas solo al 69%: esto significa que quedan, si aún viven, unas 7.000 personas en situación de espera.
3 – Atender, legalizar y facilitar la reagrupación de familias que así lo hubieran solicitado. En esta situación se encuentran 10.082 familias, de las que sólo se ha reagrupado al 68%.
Estos datos evidencian la falta de voluntad política para cumplir los compromisos a solo tres meses de la fecha en la que tendrían que ser una realidad. No podemos olvidar que el vergonzoso pacto con Turquía incluye solo a un 3% de desplazados procedentes de Siria, excluyendo a quienes huyen de otras zonas en guerra como Afganistán o Pakistán; guerras en las que también participa Europa. Estamos hablando de 65 millones de personas desplazadas y la respuesta de España, desde hace una década, vulnera de forma permanente el derecho al asilo, denegado la mayor parte de las solicitudes, especialmente en la frontera Sur, e institucionalizando los “rechazos en frontera”, que son una clara violación del derecho internacional. La denegación de asilo supone que estas personas pasen a situación irregular y, eventualmente, a ser objeto de deportaciones a zonas consideradas “no seguras” desde la defensa de los Derechos Humanos. Así pues, no se trata de un incumplimiento coyuntural sino de una política sistemática de denegación del asilo a cientos de miles de solicitantes que jamás obtendrán ningún tipo de protección internacional. Aunque las cifras no son exactas debido a la voluntad de ocultar la gravedad de la situación, sí sabemos que solo en 2016 han muerto en el Mediterráneo 5.000 personas y aproximadamente unos 200 niñas y niños se han ahogado en lo que va de año. También se han rescatado, al menos, a 36.000 personas desde enero de 2017 las cuales han sido abandonadas en Sicilia. Gracias a los voluntarios de todo el mundo que están ayudando en esta crisis se filtran cifras dramáticas que, de no ser por estos canales, seguiríamos ignorando. España, en dos años, ha reasentado a 346 personas y reubicado a 744, cuando, según Oxfam Intermon, deberíamos haber asilado a 17.337.
Estas guerras, de las que huyen familias enteras y personas solas (a veces mayores, otras adolescentes), son provocadas y sustentadas por los intereses del autodenominado primer mundo, principalmente Europa y EEUU, que intervienen en zonas de conflicto, incluso como proveedores de armas.
No alcanzan, no bastan, no sabemos siquiera ya si ayudan nuestros intentos individuales o colectivos; por eso, hoy estamos aquí una vez más, más firmes que nunca, para exigir el cumplimiento inmediato de los compromisos de Europa con los refugiados de guerra sin refugio. No los vamos a abandonar.
En nuestro nombre exigimos el asilo inmediato y legal para todas las personas que llegan huyendo de la guerra y el hambre y que se encuentran ahora mismo en campos de refugiados diseminados por muchos más países de Europa de los que creemos en condiciones indignas con sus vidas y sus perspectivas varadas a la espera de que se cumplan los compromisos contraídos.
Exigimos que se cumplan estos compromisos que asumió Europa y que el 30 de septiembre de este año, 120.759 personas tengan sus papeles en regla y la posibilidad de una nueva vida a salvo y entre nosotros.
En solidaridad con la marcha convocada en Atenas para el día 30 de septiembre, decimos en voz alta: No queremos una Europa que cierra sus ojos y sus fronteras al dolor de los pueblos. Todos merecemos vivir con dignidad y en paz. Estamos hartos y hartas de esperar y de que esperen.
¡ACOGIDA SÍ, GUERRA NO!

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